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(CNN) – Los estudiantes se reúnen en el gimnasio en la escuela secundaria Druid Hills, en Atlanta, sacan sus tapetes y se preparan para relajarse. Respiran profundo, estiran sus espaldas y se empiezan a agachar para lograr la postura de cobra, el perro boca abajo y finalmente la posición de loto.

Emily Schroeder, de 11 años, dice que hacer yoga durante el día en la escuela, la ayuda a que se refresque y relaje. Lo más importante, comenta, es que la respiración le ayuda a lograr resistencia en los otros deportes que practica.

“Me gusta la forma en que el yoga me enseña a controlar mis emociones y a pasarla bien en la vida”, dice Schroeder.

Muchos distritos escolares están agregando clases de yoga al currículum de educación física, para asegurarse de que los estudiantes cumplan con los requerimientos de buena condición física. Es poco, o casi nada de equipo lo que el yoga necesita. Además, los niños que no son tan atléticos se pueden beneficiar de esto sin la presión de tener que practicar un deporte en equipo.

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Sin embargo, algunos padres no están de acuerdo con que el yoga sea parte de las escuelas; ellos argumentan que los vínculos religiosos de la práctica no son apropiados para la educación financiada por el gobierno.

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A principios de este verano, el Centro Nacional de Leyes y Políticas presentó una demanda en nombre de Stephen y Jennifer Sedlock, cuyos hijos asisten a la escuela en el distrito escolar de Encinitas Union, cerca de San Diego.

Jennifer Sedlock le dijo a CNN que 250 miembros de la comunidad firmaron una petición en contra de la práctica de yoga Ashtanga en las escuelas del distrito. Sedlock dijo que les preocupaba que las clases de yoga estuvieran afiliadas a alguna religión, y que los estudiantes cuyos padres no querían que participaran, se perderían de la educación física en general si optaban por no ser parte de esto.

“El asunto no es si a las personas les gusta el yoga o no, el asunto es la libertad religiosa”, expresó Sedlock.

Mientras el yoga en sí no es una religión, según la Asociación Estadounidense de Yoga, la práctica ha sido incorporada a varios sistemas de creencias, principalmente al hinduismo. Ashtanga significa “ocho pasos”; la práctica fue descrita por un sabio llamado Patanjali en su libro “Yoga Sutras” hace más de 1.500 años. Las formas más modernas del yoga Ashtanga se enfocan en el tercer paso: la postura, según Richard Freeman, experto para Yoga Journal.

Mary Eady, quien tiene un hijo en primer grado en el distrito escolar de Encinitas Union, dijo que había observado una de las clases de yoga del distrito. Mientras se cambiaron los nombres de las poses, ella consideró que el “ritual religioso” era inapropiado para la escuela. Sacó a su hijo del programa, diciéndole que esto no se alineaba con la religión elegida por la familia: el Cristianismo.

“Después de habérselo explicado, él lo entendió y tampoco quiso seguir participando”, dijo Eady.

“No negamos que las personas usan el yoga como práctica religiosa”, le dijo a CNN el superintendente Timothy Baird. “Sin embargo, la mayoría de estadounidenses no lo usan para eso”.

En julio, John Meyer, Juez de la Corte Suprema de San Diego, dio un fallo en favor del distrito escolar y los programas de yoga. En su fallo, Meyer dijo que el distrito escolar había creado un currículum para sus clases de yoga que no hacía énfasis en la religión.

“Éste no es el final del camino en el caso; tampoco es la última palabra en cuanto al destino del yoga en la educación pública”, expresó Dan Broyles en una declaración, presidente del Centro Nacional para las Leyes y Políticas. Él le dijo a CNN que el centro planea apelar el fallo.

Sarah Herrington, autora de “Om Schooled” e instructora de yoga para niños y adolescentes dijo que hay maneras de dar clases de yoga que no involucran la espiritualidad.

“Si lo analizamos a fondo, sólo se relaciona con tu cuerpo”, expresó.

Los índices de obesidad infantil se han duplicado en niños y adolescentes durante los últimos 30 años, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades. Los programas como “Let´s Move” de la Primera Dama, Michelle Obama, animan a los niños a tener actividad física con la esperanza de fortalecer sus músculos y huesos, controlar su peso, reducir la ansiedad y mejorar el autoestima.

Aunque parece que no se menciona mucho, el yoga incluso puede traer beneficios cardiovasculares, según Herrington. La posición de “Saludo al Sol”, por ejemplo, cultiva el balance y fortalece los músculos, mientras se trabaja todo el cuerpo.

“Los pequeños de tan sólo cuatro años pueden fortalecer sus habilidades motoras, aumentar su flexibilidad y aprender la diferencia entre su mano izquierda y derecha”, explica. “Cualquier persona puede practicar el yoga, y los ejercicios se pueden modificar para que hagas un poco de cardio”.

Con el yoga, los niños aprenden de la autorregulación; están conscientes de sus cuerpos, identifican sus sentimientos y aprenden a darse lo que necesitan de forma saludable, explica Herrington. Muchos niños salen del aburrimiento, la tristeza o el cansancio, comenta. Cuando aprenden a auto-regularse, ellos pueden tomar decisiones más conscientes respecto a lo que comen y cuándo lo hacen.

Los niños, al igual que los adultos, se estresan, y necesitan formas de liberar la tensión, explica el psiquiatra Glenn Kashurba.

“Todos saben que cuando hacen ejercicio, mejoran emocionalmente”, dice Kashurba. “Bioquímicamente, liberas muchas hormonas cuando te ejercitas, que en realidad te hacen sentir mejor”.

Investigadores de la facultad de medicina de Harvard le preguntaron a un grupo de estudiantes de secundaria cómo se sentían después de haber tomado clases de yoga durante un semestre. Muchos de los estudiantes que fueron entrevistados disfrutaron las clases, y dijeron sentirse menos estresados, y tener mayor control de sus emociones negativas. Algunos estudiantes también expresaron sentir mayor respeto por sus cuerpos, al igual que una mejora en la imagen que cada uno tiene de sí mismo.

Otro estudio cualitativo publicado en la revista “Behavioral Health Services & Research” sugiere que estudiantes que practican yoga experimentan cambios positivos en sus estados de ánimo y actitudes. Según el estudio, los estudiantes también dijeron que su postura había mejorado, que se sentían más relajados después de clases, y que tenían más energía.

“Queremos que desarrollen el hábito de la actividad física y que realmente lo disfruten”, dijo Kashurba. “Es mas importante que los niños aprendan que esto puede ser divertido”.