Por Sarah Brown
(CNN) — Michaela Cross, una estudiante estadounidense de la Universidad de Chicago, publicó un iReport en CNN en el que relata el acoso sexual que asegura que vivió en su viaje de estudios a India.
La historia de Cross, el iReport más visto de todos los tiempos, suscitó miles de comentarios y respuestas apasionadas, de parte de mujeres que viven en India o que han viajado al país, y que deseaban compartir sus propias experiencias.
“Esta es una faceta de India y una realidad para la mayoría de las jóvenes que residen aquí o en todo caso que viajan aquí”, dijo Meera Vijayann, de Bangalore, India.
“Desearía poder aliviar tu dolor”, dijo Anaka Kaundinya, de Mumbai.
El acoso sexual prevalece en India y se identifica con la frase “molestar a Eva”. En 2011, un estudio mostró que el 95% de las mujeres de Nueva Delhi dijeron sentirse inseguras en lugares públicos, dicho estudio recibió el apoyo de ONU Mujeres.
A pesar de que a principios de este año, el país implementó leyes más estrictas tras la letal violación grupal a una joven de Nueva Delhi, la desigualdad de género sigue arraigada en la sociedad india, especialmente tras los reportes de otra violación grupal en la ciudad de Mumbai.
Cross llamó la atención tras revelar su experiencia, pero no fue la única. Cuatro mujeres que tienen relación con el país asiático compartieron sus propias experiencias. CNN no puede verificar por su cuenta los incidentes que se describen a continuación.
Shwetha Kalyanasundara, de 27 años; profesional en desarrollo de negocios de Chennai.
Cuando leí el artículo de Cross me avergoncé de mi país por primera vez. Pero me di cuenta de que no podía permanecer en mi zona de confort y ver cómo la gente hacía trizas mi país.
Casi todas las mujeres que crecen en India han experimentado alguna clase de insinuación sexual, pero por cada hombre que no puede controlar su libido y cede a su impulso sexual enloquecido, les aseguro que habrá 10 hombres que lucharán por ti y por tu dignidad.
En sánscrito decimos: Matha, Pitha, Guru, Deivam (traducción: Madre, Padre, Maestro, Dios). Este es el principio básico que existe desde tiempos inmemoriales. A cada hombre se le ha enseñado a colocar a las mujeres incluso por encima de Dios.
Los hombres indios saben que deben tratar a sus mujeres con respeto. No puedo tolerar que generalicen al decir que los hombres indios son malos. No pueden culpar a toda la población masculina por los actos de unos cuantos.
En todos los países que he visitado, he sido blanco de las miradas y de propuestas sexuales por parte de hombres. Tanto peatones como taxistas me han mirado lascivamente y me han molestado. Ni siquiera están a salvo las mujeres de mediana edad. No seamos tan dramáticos y reconozcamos que los delitos sexuales contra las mujeres son un problema en todo el mundo.
Shaheen Madraswala, 22 años; estudiante del Mount Holyoke College en Massachusetts; creció en Mumbai.
Nací y crecí en India. Me mudé a EU hace tres años para estudiar en la universidad. Al igual que Cross, estudié en el extranjero a finales de 2012. El destino que elegí fue París.
Cuando regresé, dije a mi familia en India y a mis amigos de todo el mundo justo lo que esperaban escuchar. Les dije que estaba enamorada, enamorada de París. Difruté la experiencia de vivir en un país cuya cultura e idioma son tan diferentes de los míos.
Sin embargo, omití mencionar aquella vez que un hombre ebrio me acosó en la estación de Montparnasse mientras muchas personas simplemente se quedaban mirando; omití mencionar la ocasión en la que un hombre me manoseó en un autobús y amenazó con seguirme a mi casa, o aquella vez en que un hombre de hecho me siguió a mi casa cuando regresaba de correr en el Champ de Mars.
Esta es, desafortunadamente, la difícil situación de una mujer en cualquier parte del mundo. Aunque soy una mujer india y se espera que esté acostumbrada a las miradas y al acoso, no estoy preparada para estar cuidándome las espaldas después del atardecer, ni para tener que pensarlo dos veces antes de usar el transporte público o para pensar en las reacciones que podría provocar mi vestimenta.
Aunque he vivido en tres de las megaciudades del mundo, Bombay, París y Nueva York, estaba poco preparada en donde sea que me encontrara por la simple razón de que soy mujer. La prevalencia del acoso sexual es mundial.
Aishwarya Subramanian, de 25 años; reportera originaria de Bangalore.
Muchos de quienes vivimos en India sentimos una responsabilidad colectiva por lo que le ocurrió a Cross y nos sentimos terriblemente mal por su experiencia. Sin embargo, también pienso que es terriblemente injusto que convirtamos en un monstruo a cada hombre de India. También duele leer comentarios en los que la gente urge a la gente a mantenerse lejos de este hermoso país.
Soy una persona que vive aquí cada día de su vida y me duele cuando alguien dice: “Si tu piel es blanca, debes mantenerte alejado de India”. Esta es la clase de fanatismo racista que debemos tratar de vencer.
Sí, desafortunadamente algunos hombres me han manoseado y acosado. Soy atleta y cada vez que me dispongo a correr sola, me aseguro de llevar mi teléfono y mi gas pimienta en caso de que los hombres en la calle decidan acosar a una chica en pants (nunca uso shorts cuando corro sola).
Pero el país no se trata de eso. Es una gran nación y no se debe generalizar. En cualquier ciudad, encontrarás millones de personas que hablan idiomas diferentes, con culturas diferentes. Simplemente no puedes generalizar, en India no es posible.
El acoso sexual es un problema mundial con el que las mujeres tienen que vivir todos los días. Desafortunadamente esto es lo peor que puede ocurrir en India. Realmente creo que se necesita cambiar las actitudes hacia las mujeres.
Sanjana Govindarajan, de 21 años; estudiante de Mumbai.
Cada renglón de la historia de Cross me llenó de una abrumadora sensación de vergüenza. Me han mirado lascivamente, me han manoseado, algunos desconocidos me han seguido durante casi 11 años de mi vida. Sin embargo, me siento avergonzada antes que indignada.
Creo que el maltrato a las mujeres y su cosificación sexual son endémicos en la sociedad india actual. Tal vez a los niños se les enseñe a tratar a las mujeres con respeto en los salones de clases, pero la mayoría regresa a casa y observa que los miembros de su familia hacen exactamente lo contrario.
Parece que es una tarea abrumadora y ardua el educar a una población de más de mil millones de personas sobre la importancia de tratar correctamente a las mujeres para lograr un cambio significativo en la sociedad. Pero tiene que ocurrir.
Parte esencial de la solución tienen que ser leyes más estrictas. La apatía de la policía y, en algunos casos, la descarada indiferencia ante la desesperación de las víctimas solo anima y fortalece este comportamiento desagradable.
Creo que para las mujeres es más importante dar un paso al frente y hablar sobre el tema. Mientras crecimos nos enseñaron a guardar silencio acerca del abuso sexual. Creo que uno de los cambios más importantes que puede ocurrir en esta situación es eliminar la vergüenza asociada con ser víctima de abuso sexual.
Si hablamos más sobre ello, millones de mujeres reunirán la fuerza para hablar con la verdad y se acercarán a la liberación.