Por Matthew Teller, para CNN
(CNN) – La Tierra Santa da lugar a un viaje inspirador, fascinante y desconcertante.
Para algunos, el territorio entre el río Jordan y el mar Mediterráneo es todo Israel.
Para otros, es todo Palestina.
Como ocurre tan seguido en esta región de verdades variables y narraciones históricas manipuladas, es un poco de ambos.
1. En cuanto a playas, está el Mar Rojo, el Mediterráneo o el Mar Muerto
Israel está rodeado por el mar.
Eilat ofrece buceo y actividades en la playa del lado del Mar Rojo.
Rosh HaNikra tiene sensacionales acantilados del lado del Mar Mediterráneo.
En el Mar Muerto, puedes alejarte flotando en Ein Bokek, donde las aguas saladas de este lago fácilmente sostienen tu cuerpo.
2. La identidad es complicada
Los espectadores frecuentemente ven el conflicto aquí de forma tan sencilla entre judíos y árabes.
A cada una de las partes en ambos lados les gusta evocar una constante lucha a muerte entre musulmanes y judíos.
Sin embargo, esta lucha no existió durante gran parte de la historia.
Lo cierto es que los problemas del siglo pasado son tanto religiosos como políticos, y vale la pena saber quién es quién.
La mayoría de israelíes (identidad política) son judíos (identidad religiosa), y la mayoría se enorgullecen en la diversidad étnica de su país: judíos europeos, judíos rusos, judíos africanos, judíos estadounidenses, judíos árabes y muchos otros se mezclan más o menos libremente.
Ésta es la razón detrás de esto: si puedes establecer ante las autoridades religiosas de Israel que eres judío, según las complicadas reglas de nacimiento, ascendencia o conversión, instantáneamente tienes derecho a la ciudadanía israelí y a los beneficios del estado.
Los palestinos (identidad política), la mayoría de quienes son árabes (identidad cultural), son principalmente musulmanes, pero existen considerables minorías de palestinos cristianos y otros.
3. Vale la pena ver la valla de seguridad
Participa en un tour de caminata por Jerusalén Oriental, como los que organiza Green Olive Tours, o en una peregrinación a la ciudad palestina de Belén (donde nació Jesús), y te encontrarás con la infame valla de seguridad de Israel.
Esta pared de concreto de ocho metros de altura se construyó para evitar que los palestinos se movieran libremente entre Ribera Occidental e Israel. Los israelíes creen que la construcción del muro ha impedido que bombarderos suicidas puedan llegar a Israel.
La mayor parte de la valla se encuentra dentro del territorio de Ribera Occidental en lugar de en la línea de la frontera.
Este hecho llevó al Tribunal Internacional de Justicia a emitir un fallo en cuanto a que la construcción de la valla violaba el derecho internacional.
Con sus guardias armados, torres de vigilancia y puertas fortificadas, para los viajeros esto puede ser un riguroso símbolo del control militar que Israel tiene sobre su territorio.
4. A los viajeros ecológicos les encantará el desierto
Hay un desierto vasto y abrasador situado al sur de Israel, el cual se conoce como Negev en hebreo, o Naqab en árabe.
A pesar de los camellos y las tiendas, muy pocos de los tours ecológicos tienen algo relacionado a los habitantes originales de este desierto.
Bedouin Hospitality, una empresa social fundada por activistas de derechos civiles, ofrece la oportunidad de escuchar historias beduinas en persona, presentadas entre tribus de beduinos.
5. Jerusalén resuena con significado religioso
Pocas personas olvidan su primera visita a la Ciudad Vieja en el centro de Jerusalén, todavía rodeada por las murallas almenadas que fueron construidas por el sultán otomano, Suleiman el Magnífico, en 1538.
En esta pequeña área, de aproximadamente un kilómetro cuadrado, la Vía Dolorosa, recorrida por Jesús, lleva a la Iglesia del Santo Sepulcro, donde la tradición cristiana dice que Jesús fue crucificado y sepultado.
A unos pasos de distancia, los judíos oran en el Muro Occidental, la última estructura que queda del Templo Judío, destruido por los romanos.
En un lugar cercano, la mezquita de Al-aqsa, mencionada en el Corán, se levanta al lado del santuario dorado del Domo de la Roca, el cual conmemora el místico Viaje Nocturno del Profeta Mohammed.
Al-aqsa y el Domo de la Roca se encuentran en una colina conocida como el Noble Santuario o Monte del Templo, considerado lugar santo por musulmanes, judíos y cristianos, como el lugar donde Abraham se preparó para sacrificar a su hijo.
En términos de importancia religiosa, este lugar tiene mucho que ofrecer.
Y en medio de los lugares santos, se desarrolla la vida diaria: los zocos ocupan estrechos callejones de adoquín, los niños van a la escuela, bibliotecas se disputan su lugar con los restaurantes.
6. Jerusalén tiene su propio síndrome
Para algunos, la ciudad puede ser demasiado.
Alrededor de 100 turistas cada año ceden ante el síndrome de Jerusalén, una condición psiquiátrica vinculada a la atmósfera de intensidad de la ciudad.
Los afectados normalmente presentan signos de agitación prolongada y fervor religioso, pasando días -a menudo vestidos en batas blancas (por lo general una sábana del hotel)- declamando versos religiosos o predicando sermones públicos sobre la pureza moral.
La mayoría se recupera.
7. Tel Aviv da la sensación de ser su propio país
A una hora de Jerusalén, por la costa, Tel Aviv, de orientación más secular, se levanta entre fiestas de playa, marcas de diseñadores y actitudes sofisticadas.
Durante el Shabbat Judío -el día de descanso, que va desde el viernes al atardecer hasta el sábado al atardecer- el oeste de Jerusalén permanece en silencio, en una actitud de oración, pero Tel Aviv vive un estilo de vida vibrante, con paseos en la costa, tiendas llenas de gente y bares abarrotados.
Esta ciudad hedonista, que tiene vista al atardecer mediterráneo, también se ha forjado una nueva identidad como una capital de gays, que ofrece una excepcional y hospitalaria bienvenida a visitantes y residentes homosexuales.
En un país donde el establecimiento religioso judío es quien manda en general, Tel Aviv representa una burbuja de liberalidad y apatía relajada.
8. Las caminatas por el campo son fantásticas
Varios senderos atraviesan Ribera Occidental. Muchos están dedicados a la naturaleza, otros -como los Senderos Sufí, de Birzeit- a la cultura.
Uno de los mejores es el Camino de Abraham, que une las ciudades palestinas de Nablus, Belén y Hebrón, en una caminata de dos semanas. También se puede hacer en etapas más cortas por días, en las que los participantes pasan la noche en albergues y casas de huéspedes rurales.
Los israelís tienen una larga tradición de turismo en la naturaleza, centrado en parques nacionales, reservas de vida salvaje y caminatas por el bosque, incluyendo el increíble Sendero de Jesús, el cual recorre las colinas sobre el centellante Mar de Galilea.
Los visitantes pueden conectarse a la red que Israel tiene de “zimmers”, alojamientos rurales que ofrecen hospedaje y desayuno, que van desde hostales en granjas hasta exclusivos centros de retiro en el campo.
9. Cuando visitas Israel, también estás visitando la Palestina bíblica
Cuando lo visitas como turista, estás visitando dos lugares distintos.
Si sólo ves uno, sólo verás una parte de todo el contexto.
El estado soberano de Israel surgió -me disculpo por el eufemismo, y por pasar por encima de algunos milenios previos en la historia- en 1948, en un pequeño territorio en la costa mediterránea, en las colinas del norte y en los desiertos del sur, agregando los distritos occidentales de Jerusalén después de un brote inicial de peleas con sus vecinos árabes.
Aquí es donde se encuentra lo mejor de la cultura israelí y el idioma hebreo.
Las partes orientales de Jerusalén (incluyendo la antigua y amurallada Ciudad Vieja), más la porción de Ribera Occidental, con forma de riñón, que rodea Jerusalén de tres lados, la Franja de Gaza y los Altos del Golán no formaban parte del moderno Estado de Israel al momento de su creación en 1948, pero llegaron al control de Israel durante la guerra de 1967.
Desde entonces, Israel eficazmente ha incorporado Jerusalén Oriental, poniendo ésta y otras áreas vecinas en Ribera Occidental bajo el absoluto control del gobierno israelí, mientras expandió en gran manera los asentamientos israelís en la Ribera Occidental. Al mismo tiempo, unilateralmente sacó a su ejército y colonizadores de Gaza, pero ha mantenido control de las fronteras del área (con la excepción de la frontera de Rafah que se encuentra entre Gaza y Egipto).
La comunidad internacional considera que la presencia de Israel en Jerusalén Oriental, en Ribera Occidental y en la Franja de Gaza es una ocupación ilegal.
Éstas son las áreas donde la cultura palestina y el idioma árabe son más fuertes.
Un estado palestino, si es que alguno va a concretarse al lado de Israel, probablemente se ubicará en ese territorio con forma de riñón, conocido por la mayoría de personas como Ribera Occidental junto con la Franja de Gaza en el Mediterráneo.
Muestras de la cultura israelí se desarrollan a través de Ribera Occidental en “asentamientos”, poblados únicamente de judíos cuya presencia en general se ve como una violación al derecho internacional.
Y muestras de la cultura palestina permanecen firmes por todo Israel, desde el clamor urbano de Jaffa y Haifa, hasta las aldeas rurales en el campo y el desierto.
10. Tiene espinas por fuera, pero es dulce por dentro
Sabra es la palabra en hebreo para la fruta del cactus -tiene espinas por fuera, pero es dulce por dentro. Así es también la forma en que los israelíes nativos orgullosamente se describen a sí mismos.
Esta metáfora es adecuada: las gracias sociales no están al inicio de la lista de prioridades de Israel, y el servicio en tiendas y restaurantes puede resultar brusco.
Sin embargo, si pelas el exterior espinoso, generalmente encontrarás calor y amabilidad dentro. Tal vez hasta una sonrisa.
Es interesante que la misma palabra en árabe, sable, denota paciencia y tenacidad: firmes cercos de cactus todavía se usan para marcar fronteras a lo largo de Ribera Occidental, y la idea se vincula a un concepto clave en el sentido de identidad palestina -sumud, significa firmeza o calmada solución.
Una planta, dos personas, tres interpretaciones. Es tan común.
Acerca del autor: Matthew Teller, escritor independiente, escribe y hace transmisiones sobre el Medio Oriente para medios de comunicación alrededor del mundo. Ha ganado premios como escritor de viajes, y tiene ya un buen recorrido como autor para Rough Guides, una editorial de viajes por el mundo. Tiene un blog acerca de viajes al Medio Oriente en QuiteAlone.com, y lo encuentras en Twitter como @matthewteller.