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Por Susanne Gargiulo

(CNN) — Todos conocemos la historia. Alguien obtiene un ascenso en el trabajo y de repente cambia; comienza a olvidar a sus compañeros anteriores o se convierte en un bully.

Resulta que podríamos estar ‘programados’ para eso.

Los autores de un estudio dicen que un mecanismo cerebral predeterminado puede causar que perdamos empatía cuando ganamos poder.

“Esta investigación es importante porque abre la puerta a examinar lo que el poder nos hace”, dice uno de los autores del estudio, Sukhvinder Obhien, de la Universidad Wlifrid Laurier, en Canadá.

“Tenemos muy poca comprensión de cómo el poder afecta al cerebro, en términos de causas y consecuencias neurales”.

Específicamente, en el estudio se mostró que cuando pones a las personas en un estado donde se sienten más poderosas, su sensibilidad en relación con otras personas se reduce, incluida su habilidad para ponerse en los zapatos de otras personas.

“Así que si alguien es promovido, podrías ver un procesamiento reducido de la gente, olvido de nombres, o que no conozca a los miembros individuales del personal”, dice Obhi.

“Ser poderoso podría causar que tu cerebro borre esos detalles”.

La ciencia

A principios de la década de 1990 un grupo de científicos que trabajaba con primates descubrió que sus cerebros reaccionaban de forma similar si tomaban un objeto y si veían que otro tomaba un objeto.

Cuando los seres humanos ven a otra persona tomar una manzana o desempeñar cualquier acción, también se imaginan en su situación. A este proceso se le conoce como neuronas espejo y está vinculado con nuestros sentimientos de empatía.

Obhi y su equipo encontraron que los sentimientos de mayor poderío bloquean nuestras neuronas espejo (y potencialmente nuestra empatía) a través de un mecanismo predeterminado en nuestros cerebros.

“Las personas que activan más las neuronas espejo también obtienen mayores puntajes en la empatía”, dice Liza Aziz-Zadeh, profesora universitaria que estudia la empatía desde una perspectiva neurocientífica.

Añade que mientras más similar o relevante sea una persona para ti en rasgo o grupo, mayor es la empatía. “En relación con este estudio, puede ser que los líderes simplemente no se ven a sí mismos como similares a los demás”, dice.

Obhi explica: “El hecho de que las personas poderosas no se identifiquen tanto es consistente con los estudios en los que se muestra que las personas poderosas pueden ser más superficiales”.

“Su sistema está menos interesado en otros, lo que significa que no prestan atención a la diferencia individual. Esto significa que pueden tender a estereotipar o categorizar a las personas con base en atributos superficiales”.

¿Una buena excusa para el mal comportamiento?

El siguiente paso en la investigación de Obhi es si los efectos del poder en las personas pueden o no ser regulados. Pero especula que, si se les puede recordar a las personas su interdependencia con otras personas, sería posible.

Aziz-Zadeh concuerda: “Cosas como el entrenamiento en compasión pueden hacer una gran diferencia en las respuestas de empatía”.

William Gentry, investigador científico en el Centro de Liderazgo Creativo en Estados Unidos, dice que no solo puedes entrenar a las personas para tener empatía, sino que vale la pena hacerlo.

Gentry realizó un estudio en 2011 que involucró a más de 6,000 gerentes de 38 países. Concluyó que los que tenían mayores puntajes en empatía también tenían mejores puntajes en desempeño. “Los gerentes empáticos son más efectivos en su trabajo”, dice, y agrega que la empatía es una de las principales competencias para el liderazgo efectivo.

“Lo que encontramos es que cuando las personas obtienen poder y ascienden, pero no entienden cómo relacionarse, no se comunican bien, y parecen insensibles, fríos y autoritarios; eso a final de cuentas descarrilla sus carreras”. También tiene un enorme costo en tiempo, dinero y moral para las empresas, añade.

Obhi apunta la utilidad de su investigación: “En términos prácticos, este tipo de investigación eventualmente puede utilizarse y aplicarse en programas de entrenamiento como de atención plena o talleres educativos para ejecutivos para que lidien mejor con el poder”.

El investigador concluye que apenas comenzamos a entender los efectos del poder. “El poder tiene un efecto interesante en nuestras neuronas espejo, pero necesitamos muchos experimentos para entender más (…) Este estudio es uno de los primeros en analizar los mecanismos cerebrales y el poder. Más allá de eso realmente abre muchas más preguntas interesantes que respuestas”.