Por Sheena McKenzie

(CNN) — Durante siglos, los faros han iluminado las costas más peligrosas del mundo y han ofrecido a los marineros una luz de esperanza en la oscuridad más profunda.

Sin embargo, cada vez más funcionan con luces automatizadas, y muchas de estas torres históricas y las cabañas adyacentes se transforman en singulares alojamientos.

Te presentamos nuestros cinco principales hoteles-faro.

Juego de niños

Si te parece conocido el Faro de San Antonio, en el suroeste de Inglaterra, probablemente eras aficionado a Fraggle Rock, un programa británico de marionetas de la década de 1980.

Actualmente, los huéspedes pueden alojarse en la cabaña Sally Port Cottage, que cuenta con dos habitaciones, una sala de observación iluminada con luz natural y vista al turbulento Canal de la Mancha.

Debemos advertirte que el faro sigue totalmente en operación y una señal electrónica entra en acción automáticamente en las noches realmente oscuras o con densa neblina.

Art decó holandés

Si buscas vistas panorámicas impresionantes, no debes perderte el Faro Harlingen, ubicado a 100 kilómetros al noreste de Amsterdam.

Su luz se apagó en 1998 y actualmente los huéspedes pueden alojarse en el edificio art decó remodelado que se ubica en el corazón del puerto de Harlingen.

Si subes por la escalera de caracol hasta la punta, descubrirás que la enorme luz fue sustituida por una mesa para dos desde donde puedes disfrutar de magníficas vistas del pequeño pueblo de pescadores.

“Durante siglos, los ojos de los marineros estaban fijos en este punto”, dijo Piet Beuker, farero de Harlingen entre 1970 y 1998. “Ahora los papeles se han invertido maravillosamente: el faro se volvió un punto de observación”.

Escondite en el Hudson

Es difícil creer que el recóndito Faro Suagerties, que data del siglo XIX, se encuentra a solo dos horas en auto del bullicioso Manhattan, en Nueva York.

El pintoresco edificio de ladrillos rojos se asienta en una pequeña península del Hudson; está rodeado de extensas lomas y ofrece un paisaje de aguas cristalinas.

El encantador faro se construyó en 1869, se automatizó en 1945 y quedó a merced de la naturaleza, hasta que en 1990 se restauró.

Hoy los huéspedes pueden alojarse en la casa del farero y caminar por los senderos naturales circundantes.

Una maravilla del otro lado del mundo

Lo primero que vieron muchos de los primeros inmigrantes europeos que llegaron a Australia en el siglo XIX fue la peligrosa costa de Cape Otway.

Luego de sobrevivir al viaje hasta otro lado del mundo, muchos barcos naufragaron en los pronunciados acantilados justo frente a las costas de Melbourne.

El Faro de Cape Otway se construyó en 1848 y es el más antiguo del país.

Actualmente, los huéspedes pueden alojarse en las cabañas del farero que se ubican en el Great Ocean Road, a solo 90 minutos en auto de las famosas formaciones rocosas conocidas como los Doce Apóstoles.

Retiro insular

Asentado en un pequeño banco de tierra en la bahía de San Francisco, el Faro East Brother es como estar en tu propia isla.

En 10 minutos, los huéspedes llegan en lancha desde San Francisco hasta el histórico faro, que ilumina la bahía desde hace más de 130 años.

La casa de huéspedes tiene vista a la centelleante del horizonte de edificios de la ciudad, del monte Tamalpais y la costa de Marin.

Cuando no están disfrutando las vistas del océano, los visitantes también pueden disfrutar de paseos de pesca y caminatas por el campo.