Por Ben Brumfield
(CNN) — A unos minutos de que se diera a conocer la noticia de la muerte de Nelson Mandela, se desataron las reacciones negativas en la sección de comentarios de su obituario en CNN.com, en los feeds de Twitter y en publicaciones en blogs.
Las declaraciones gritaban que no se debería reverenciar a Mandela como ícono de los derechos civiles, sino que habría que poner en evidencia lo que es: un comunista, un terrorista, un racista.
Ciertamente no se puede colocar a Mandela en el mismo grupo en el que están Mahatma Gandhi o Martin Luther King, Jr. A diferencia de ellos, no siempre se apegó al pacifismo por el que se hizo famoso más adelante en su vida.
Pero, ¿debería ser razón para lanzar críticas tan amargas? Echamos un vistazo a tres de los sentimientos más comunes en estas acusaciones en la red y las pusimos en contexto.
AFIRMACIÓN 1: Nelson Mandela era comunista
Lo que se dice:
“Antes de que lloren por Mandela, recuerden que era comunista y que nunca cambió su punto de vista”. “Así que Nelson Mandela era un comunista que apoyó a Saddam Hussein y que al parecer se hizo amigo de Gadafi…”.
En qué se basan:
El gobierno blanco del apartheid calificó a Mandela como comunista y era delito serlo. Era una etiqueta que Estados Unidos aceptó felizmente.
La Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética estaba en su apogeo. Los soviéticos habían levantado el muro de Berlín unos meses antes y el mundo se dividía en dos facciones opuestas: los aliados de Estados Unidos o los aliados de la Unión Soviética y China. Esto incluyó a muchos países africanos.
El gobierno de Sudáfrica terminó del lado de Occidente; fuera comunista o no, Mandela estaba decididamente del otro lado.
La verdad:
La relación cercana de Mandela con los marxistas se remonta por lo menos a la década de 1940, cuando se inscribió en la escuela de Derecho. Inició una amistad que duraría toda la vida con Joe Slovo, “un comunista ferviente”, según escribió el ícono de la lucha contra elapartheid en su autobiografía El largo camino hacia la libertad.
Mandela relató que Slovo era una persona del pueblo, “sin él habría logrado muy poco”. Un momento decisivo unió sólidamente a Mandela con Slovo y otros aliados comunistas.
La policía mató a tiros a 69 manifestantes desarmados en el pueblo de Sharpville en marzo de 1960. El gobierno proscribió al partido comunista y al Congreso Nacional Africano (CNA), que luchaba por la libertad de los negros de Sudáfrica.
Junto con Slovo y otros marxistas fundó el movimiento militanteUmkhonto we Sizwe, que significa “la lanza de la nación”. El 16 de diciembre de 1961, el grupo ejecutó sus primeros ataques contra unas instalaciones del gobierno y repartieron volantes en los que daban a conocer su existencia.
Pero, ¿Mandela era un comunista extremo? No realmente, de acuerdo con el historiador sudafricano Sampie Terreblanche. “Tienes que entenderlo todo en el contexto de la lucha contra el apartheid”.
Mandela concluyó que el CNA era demasiado dócil y empezó a promover una lucha violenta en la década de 1940, cuando dirigía la liga juvenil, relata el exprofesor de Economía de la Universidad de Stellenbosch. Los comunistas estaban a favor del uso de la violencia y Terreblanche cree que eso propició la alianza.
Tras salir de prisión, Mandela se dejó ver con los líderes comunistas. Visitó a Fidel Castro en Cuba. Dio un discurso para conmemorar el relanzamiento del partido comunista de Sudáfrica, en 1990. Sin embargo, también distanció a su propio partido: “El CNA no es un partido comunista”, dijo.
AFIRMACIÓN 2: Nelson Mandela era terrorista
Lo que se dice:
“Es asombroso que olvidemos que era un terrorista”. “Por favor expliquen por qué es racista señalar que los artículos biográficos sobre Mandela omiten mencionar sus actos terroristas anteriores a 1991”.
En qué se basan:
El gobierno de Estados Unidos incluyó a Mandela en una lista de vigilancia contra el terrorismo, en la que permaneció hasta 2008, mucho después de su presidencia y de haber recibido el Premio Nobel de la Paz.
Lo incluyeron en la lista a causa de la militancia de su grupo contra elapartheid. Cuando Umkhonto we Sizwe ejecutó sus primeros ataques, Mandela estaba al mando. Al año siguiente, en 1962, partió hacia Marruecos y Etiopía, en donde estudió la guerra de guerrillas en secreto.
Cuando Mandela regresó a casa a finales de ese año, lo arrestaron y lo acusaron de salir ilegalmente del país y de incitar a huelgas. Firmes en sus objetivos, Umkhonto we Sizwe creó una milicia y en 1963 planeó iniciar una guerra civil.
La policía interceptó el plan y arrestó a Mandela y a otros líderes del CNA. Mandela recibió una pena de cadena perpetua.
La verdad:
Es cierto que Mandela creyó alguna vez que la desobediencia civil no era suficiente para erradicar el racismo y la segregación. Sintió que tenía que elegir el menor de dos males: someterse o pelear.
Tal vez no estuvo directamente detrás de los ataques, dijo Hermann Giliomee, historiador originario de Sudáfrica. “Estaba prófugo, así que no creo que tuviera tiempo para planear esto”.
Giliomee considera que el plan de 1963 fue cosa de aficionados y no precisamente la obra de un terrorista experto. “Creo que es un plan muy ingenuo con muy pocas probabilidades de éxito”, dijo el exprofesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Ciudad del Cabo.
Mandela cambió su punto de vista respecto a la violencia durante los 27 años en que estuvo encarcelado. El rebelde se convirtió en pacifista. “Mientras salía hacia la puerta que me llevaría a la libertad, supe que si no dejaba atrás mi amargura y mi odio, seguiría prisionero”, dijo Mandela tras su liberación.
AFIRMACIÓN 3: Nelson Mandela era racista
Lo que se dice:
“Qué conveniente que elijamos ignorar que alguna vez cantó: ‘Maten gente blanca’”. “Si el apartheid era racismo contra los negros, Mandela también era racista contra los blancos”.
En qué se basan:
Umkhonto we Sizwe declaró la guerra a la “supremacía blanca” y al “Estado blanco”. Sus miembros a menudo cantaban una canción tituladaTráeme mi ametralladora.
La verdad:
Aunque despreciaba al gobierno de la minoría blanca que mantenía sometida a la mayoría negra, no le desagradaban los blancos.
“Se oponía firmemente al racismo”, dijo Terreblanche. “La víspera de que lo enviaran a Robben Island, dio un discurso en el Parlamento y dijo que se oponía a todas la formas de racismo”.
Estaba dispuesto a morir por la eliminación del racismo, dijo el historiador. Joe Slovo, uno de los mejores amigos de Mandela, era blanco, al igual que muchos otros revolucionarios que se unieron a él en el grupo militante.
“Umkhonto we Sizwe es un órgano nuevo e independiente formado por africanos y que incluye en sus filas a sudafricanos de todas las razas”, señalaba el manifiesto del grupo. Mandela apoyaba desde hacía mucho la vía de la reconciliación y llamó a que no hubiera violencia racial en respuesta al apartheid.
En la transición del régimen segregacionista a la democracia no racista, se asoció íntimamente con su antecesor blanco, Frederik Willem de Klerk, con quien compartió el Premio Nobel de la Paz.
Durante un encuentro deportivo, en 1995, Mandela hizo un gesto de apoyo a los sudafricanos blancos que provocó asombro. El rugby era el deporte predominante entre los sudafricanos blancos de ascendencia holandesa —los afrikáners— y los negros lo vituperaban.
Durante un partido de un campeonato mundial en contra del equipo de Nueva Zelandia, Mandela se dirigió a la cancha: llevaba puesta la camiseta del capitán de su equipo. La escena fue la inspiración para la cinta hollywoodense de 2009, Invictus, que dirigió Clint Eastwood. La multitud empezó a corear su nombre. Casi todos eran blancos.