Por Sheena McKenzie
(CNN) — Repite después de mí: “¿Una flor, señor?” Ahora dilo de nuevo, 341 veces.
Virginia Cherril tuvo que haber estado al borde de las lágrimas después de que el director y actor Charlie Chaplin hiciera que repitiera una escena, en la que sólo dice dos palabras en una película muda, 342 insoportables veces.
Es cierto que Cherrill no era una actriz profesional, sino una chica de sociedad que Chaplin había descubierto entre la multitud en un encuentro de boxeo
El legendario comediante, quien definió la era del cine mudo con su bombín como sello característico, su caminado y su bigote de cepillo de dientes, ni siquiera había habado con Cherrill cuando la contrató como la “damisela” en una de sus más exitosas películas de todos los tiempos: “City Lights”, de 1931.
“Chaplin era un perfeccionista, el rey de la repetición de tomas”, dijo Hooman Mehran, historiador y autor de “Chaplin’s Limelight and the Music Hall Tradition”.
“Ésta fue una secuencia de tan sólo tres minutos en la película completa”, añadió. “Pero Chaplin fue duro con ella, aunque se trataba de una película muda”.
Ahora, por primera vez, podemos ver la realización de la memorable escena, en la que una muchacha ciega confunde al vagabundo Chaplin con un hombre rico, en un material detrás de escenas dado a conocer por el archivo cinematográfico, Criterion Collection.
La practica perfecciona.
Se trata de una increíble percepción de la ética laboral del comediante ganador de premios de la academia, quizá mejor conocido por su icónico papel como el querido “Vagabundo” que como director.
“Él lo hacía todo; no sólo era el director, sino también el escritor y productor. Cuando la música llegó, también fue compositor”, dijo Mehran, quien narra la titilante secuencia en blanco y negro.
En una carrera que abarcó 75 años, desde la Inglaterra victoriana hasta el Hollywood de los años cincuenta, Chaplin llegó a ser una de las más reconocidas estrellas de cine del mundo; negoció un contrato por 670.000 dólares por una película cuando apenas tenía 26 años, una extraordinaria cantidad en esos tiempos.
No era raro que Chaplin repitiera una escena 10 o 20 veces. Pero, ¿342? “Esto fue extraordinario incluso según sus estandares”, dijo Mehran.
¿Por qué hubo tantos intentos en una escena aparentemente simple?
“Chaplin ensayaba en la película; ponía a prueba una idea y lo hacía una y otra vez”, explicó Mehran. “Y como él era el director, no podía ver su propia actuación, así que tenía que grabarla”.
En esa época, el sonido había comenzado a llegar a las películas y a Chaplin le preocupaba que “City Lights” fuera a ser su última película muda, así que quería que fuera una obra maestra. Como productor, invirtió todo su dinero en la película; si hubiese sido un fracaso, lo habría destruido. Por suerte, resultó ser un éxito de taquilla.
De pobreza a riqueza
Chaplin creció en un hogar de escasos recursos en Londres; su madre estuv internada en un asilo mental, y su padre alcohólico murió de falla hepática, así que tuvo que pasar parte de su niñez en orfanatos.
“Él identifica a su madre como su más grande influencia”, dijo Mehran. “Cuando era niño, se sentaban en su departamento y ella imitaba a las personas que caminaban por la calle”.
“No es casualidad que ‘City Lights’ se trate de una mujer ciega; muchas de las heroínas de Chaplin tienen una discapacidad, lo cual viene de su madre”.
¡Corte!
Después de unirse a varias compañías teatrales cuando era adolescente, Chaplin fue contratado por la prestigiosa compañía de comedia de Fred Karno. Él recorrió Estados Unidos, ganando la atención de los Estudios Keystone, y lanzando su carrera en la pantalla gigante.
Llegó a ser un maestro de la comedia física, con sus exageradas expresiones faciales, su caminar gracioso y su comportamiento tambaleante, influenciando a generaciones de artistas de payasadas, desde Abbot y Costello hasta Lucille Ball y Mr. Bean. Aún así, a pesar de que en la pantalla siempre metía la pata, Chaplin como director era muy disciplinado.
“Era muy estricto en el plató”, dijo Mehran. “Sabía exactamente lo que quería, y hubiera preferido no tener otros actores en sus películas; incluso una vez trató de hacer una película en la que él era la única persona”.
Éste fue un estilo que a Marlon Brando aparentemente le costó aceptar en el plató de la película de Chaplin de 1967, “A Countess from Hong Kong”.
“Brando era un actor metódico y realmente quería entender qué era lo que su personaje estaba sintiendo. Le dijo a Chaplin: ‘No entiendo la motivación de mi personaje en esta escena,’ y Chaplin contestó: ‘Olvida la motivación, sólo haz lo que te digo, esa es tu motivación’”, relató Mehran.
Cápsula del tiempo
Después de vivir en Estos Unidos en los años cincuenta y de haberse mudado a Suiza con su esposa Oona O’Neill (la pareja permaneció casada hasta la muerte de él en 1977 y tuvieron ocho hijos) Chaplin ordenó que muchas de sus tomas eliminadas fueran destruidas.
“Somos muy afortunados al tener este material de ‘City Lights’”, comentó Mehran.
“Fue grabada por su amigo Ralph Barton, quien se suicidó poco después, y ciertamente Chaplin no iba a dejar que alguien más, aparte de su hermano, filmara en el plató”.
Para una leyenda del cine mudo, las acciones de Chaplin hablaron mas alto que las palabras.