Por Ben Wyatt, CNN
(CNN) — “Los rusos tienen un problema de relaciones públicas, así es como lo veo. Las instalaciones y el clima son grandiosos aquí pero tienen un problema de verdad para contar su historia”.
Si la experiencia cuenta para algo, Hubertus von Hohenlohe, el atleta de mayor edad en Sochi, debe saber de qué habla.
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Son las 05:00 horas en el lugar turístico alpino de Rosa Khutor cerca de la Villa Olímpica que está a una distancia de cinco minutos en automóvil de la pendiente.
Puede haber 16 grados centígrados en la costa de Sochi cuando sale el sol, pero en la oscuridad, casi a 609.6 metros sobre el nivel del mar y con humedad congelante del río que brota junto a nosotros saturando el aire, hace mucho frío.
No es que las condiciones hagan algo para desalentar la naturaleza exuberante del esquiador mexicano Hubertus von Hohenlohe. El atleta de 55 años se ve 10 años más joven que su edad y tiene la energía de un adolescente, con una larga cabellera peinada y un sol que se aferra a salvar su vida en la penumbra.
Intenta calentarse con una plática libre mientras se para frente a una cámara de televisión que pronto transmitirá en vivo en todo Estados Unidos.
“Hola Piers”, dice Hohenlohe a la voz enlazada vía satélite, revelando una inmaculada sonrisa en un instante.
El programa de Piers Morgan es lo más reciente en una larga línea de comunicadores que quieren hablar con el atleta que fue nombrado ‘el más interesante’ en Sochi. El tiempo de filmación en la mañana le permite al esquiador aparecer en vivo en el programa de horario estelar del conductor británico en CNN.
El “éxito” va bien, con Hohenlohe probando ser un narrador jovial de su improbable historia. Sostiene el traje de esquí que imprimió con el traje de un mariachi y ríe mientras le cuenta a Morgan por qué se inspiró para vestir algo así cuando compite.
Con la entrevista en vivo terminada, nos dirigimos al hotel más cercano para calentar y platicar.
Si los rusos tuvieron un problema de relaciones públicas al asegurarse de que una historia positiva se contara sobre su organización de los juegos de invierno 2014, deberían considerar emplear a Hohenlohe, un hombre que también es fotógrafo, conductor de televisión y cantante en su país. Claramente sabe cómo contar una historia a efecto positivo.
“Si ves a David Beckham, todo se trata de buenas fotografías e imágenes, pero cuando hablas con él es un hombre normal. Para mí fue lo mismo, hice algunas fotografías grandiosas con un traje (de esquí) grandioso y ahora, con todas las redes sociales, explota como una gran bola de nieve.
“¡Hace ocho años esto no hubiera sido posible porque tenía un gran traje hace cuatro años y a nadie le importó un c*****!
“En estos días todo se trata de contar la historia. Los rusos podrían hacerlo mejor en contar la historia, (hasta donde yo sé) no obtuvieron relaciones públicas para representarlos así que hubo mucha prensa negativa”, cuenta a CNN.
Hohenlohe nació en México, hijo del príncipe y princesa de Wurttemberg, un reino de hace un siglo que gobernó Alemania, nieto del último emperador romano y en una familia con vínculos a la fortuna Fiat.
Creció en Marbella, España, pero su padre, cansado de lo que consideraba un estilo de vida ‘frívolo’ de su joven hijo, lo envió a un internado en Austria. Ahí se enamoró de las montañas y el esquí como un escape del clima oscuro y deprimente.
Se hizo amigo de Franz Klammer, el campeón de medalla de oro de esquí alpino de Austria de 1976. Le contó a Klammer de su sueño de esquiar y su amigo se rió. Sin inmutarse, entrenó duro y un año después formó parte en su primera carrera del Mundial en Val D’lsere.
El joven von Hohenlohe calificó para sus primeros juegos de invierno en 1984 y 30 años después todavía avanza a su sexta aparición olímpica. Así que, debido a su personalidad colorida y talento evidente de esquí, ¿por qué la necesidad de un traje en lo absoluto?
“Siempre es interesante cuando tienes algo que te divide del resto, por supuesto que mi historia es interesante pero es una combinación de cosas que hace clic en las mentes de las personas.
“Hace cuatro años tenía un traje de bandolero, que estaba lleno de balas y bombas, parecía como si la única forma en la que pudiera ganar era al matar a mis oponentes en la cima y ¡después bajar por la pendiente para ganar!
“La idea (esta vez) era ser un bandolero mexicano, como un tipo de sentimiento ‘western’. Este traje fue idea de Carlos, mi jefe de misión, quien dijo: ‘¿por qué no vamos viéndonos como charros?’ no conocía el aspecto pero vi que era como un mariachi pero más elegante; así que pensé, por qué no lo imprimimos en el traje alpino. Lo hicimos y se veía increíble y obtuvimos una especie de sensación de gala también”.
Todos los juegos de invierno tienen aspectos que abren nuevos caminos. En el caso de Sochi, es el primer anfitrión en ser una región subtropical. Quizá sea apropiado también que los Olímpicos alpinos establezcan un nuevo récord de naciones tropicales que compiten; 12 en 2014 comparadas con siete en Vancouver. Ese desarrollo sienta bien con el esquiador ‘mariachi’ extravagante de México.
“Creo que es una buena vibra. Los países que normalmente ganan medallas son muy restringidos y el mundo es muy grande, se supone que debe ser una fiesta donde todas las naciones se mezclan, así que desde este punto de vista creo que es grandioso. Necesitas algún estándar para que tenga sentido estar aquí, los criterios de calificación olímpicos son difíciles de alcanzar, así que en ese aspecto está bien (que los atletas tropicales estén aquí)”, añade Hohenlohe.
Calificar para sus sextos juegos es un logro en sí, especialmente para un hombre de su edad, pero a pesar de esto todavía es un reto obtener apoyo de un público mexicano adicto a las hazañas deportivas del futbol y el boxeo.
“¡Intento reducir sus expectativas porque simplemente no es posible hacer algún resultado (o ganar una medalla)!”, dice Hohenlohe con una sonrisa que expresa que actualmente tiene una lesión, una contusión en la parte baja de la pierna que los austriacos llaman schuhe-handprellung.
El experto en slalom no es el único atleta proveniente de climas más soleados. Conoce a Dow Travers, el único atleta en asistir de la nación caribeña de Islas Caimán. No es que el esquiador alpino de 26 años se sienta intimidado por el gran escenario; también compitió en Canadá.
“La primera vez en Vancouver tuve un poco de dificultades y tuve problemas con la bandera que se atoró en el poste en la ceremonia de apertura olímpica. Así que esta vez me concentraba en ondear la bandera correctamente y tuve una gran experiencia. ¡Fue maravilloso!
“Normalmente estamos atrás de Canadá, pero debido al alfabeto ruso salimos antes de ellos lo que fue algo único. Tenía a mi entrenador y jefe de misión detrás de mí así que no me sentía solo, estaba rodeado de 40,000 personas”, dijo Travers a CNN.
En muchas formas, la aparición de Travers en los juegos de invierno es mucho más improbable que la del atleta de México. Después de todo, Islas Caimán es una nación caribeña cuya cima más alta está a unos 42.6 metros.
“Esa es la mayor colina en Caimán, en mi isla es solo de 18.2 metros, así que ni siquiera puedes ponerte patines y ¡patinarla en verano! Es cálido, soleado, muy plano, las personas son amigables y bucear es fantástico”, dice Travers a CNN.
Sin embargo, a pesar de las desventajas de su terreno natal, ofrece ventajas en términos de apoyo: “(Las personas en casa) lo disfrutan; una gran sensación de orgullo, cuando ven la bandera de Islas Caimán en el escenario global, sienten que prueba al mundo que cuando te enfocas en algo puedes lograrlo, incluso si eres de una pequeña nación caribeña”.
Al igual que Hohenlohe, Travers perfeccionó sus habilidades lejos de su país de nacimiento. Esquió por primera vez en unas vacaciones en Francia y lo tomó en serio mientras asistía a la universidad en Brown, Rhode Island, Estados Unidos.
“Después de que me gradué podía ir por más nieve, tuve unos años de descanso y comencé a entrenar mucho y ahora que me gradué de la universidad puedo pasar los inviernos en este grandioso escenario que tenemos en el club de esquí Aspen Valley en Colorado, Estados Unidos; al grado que tuve el estándar para calificar para dos eventos, no solo uno en estos juegos”, explica Travers.
No es que el camino para los Olímpicos fuera fácil para este atleta tropical. Después de decidir ser serio con el consejo de su entrenador, enfrentó una curva de aprendizaje ‘ridícula’ gracias a que su padre accidentalmente le enseñó malos hábitos. (“¡Solo comenzó a esquiar cuanto tenía 35 años!”) y acostumbrarse a los esquís que eran demasiado grandes para su edad.
Su meta en Sochi es intentar establecer su mejor marca así como ganar algo de terreno para los atletas tropicales en este torneo de invierno.
“No siempre puedes tener éxito pero despeja el camino par que otros lo sigan. Pasaré la antorcha a mi hermano menor (pronto). Voy a seguir esquiando lo más que pueda, pero mi hermano acaba de reclamar su título como el atleta alpino de 17 años más rápido en el mundo así que creo que va a ser el futuro.
“No quiero traer mala suerte pero actualmente está en el lugar 150 en el mundo en todas las edades en esquí alpino y tiene un gran entrenador e instalaciones grandiosas, y fue reclutado por Harvard para esquiar; y lo ama, que es lo más importante. También representa a Caimán”.
Al igual que Hohenlohe, Travers también se recupera de una lesión después de un accidente en Aspen. Su esquí derecho le cortó la pierna izquierda. “No restringe los músculos pero no podía entrenar por miedo a romper los puntos y llenar de sangre todo”, explica Travers. Pero dará todo en las pendientes para representar a su país lo mejor que pueda.
Así que si estás interesado en ver cómo estos atletas tropicales se desempeñan en Sochi asegúrate de seguir a Hohenlohe, quien formará parte de slalom gigante el 19 de febrero y slalom el día 22, cuando Travers también compita.