Por Rachel Nichols y Tom McGowan, CNN
(CNN) – Cuando Jason Collins se pone su camiseta con el número 98 de los Nets de Brooklyn, no solo representa a un equipo de baloncesto.
Como el primer jugador abiertamente gay en los grandes deportes estadounidenses, también rinde homenaje a Matthew Shepard, la víctima de uno de los crímenes de odio más infames en la historia estadounidense reciente.
Shepard, un estudiante gay de la Universidad de Wyoming en Estados Unidos, fue golpeado a muerte en 1998.
“Fui muy afortunado de poder hablar con la madre de Matthew, Judy”, dijo Collins a Unguarded with Rachel Nichols de CNN.
“Tenía grandes consejos que no creo que le importara compartir conmigo. Normalmente, me gusta mantener en privado las conversaciones privadas pero su mensaje fue: ‘Deja que los que odian odien. Solo vive tu vida, sal allá afuera y sigue siendo tú mismo’”.
Fue un mensaje poderoso y probó ser efectivo; a principios de esta semana la camiseta número 98 de Collins se convirtió en la más vendida en la NBA.
No está nada mal cuando consideras que Collins; quien estuvo sin un equipo después de que afirmó su homosexualidad al final de la temporada pasada, solo firmó un contrato de 10 días con los Nets.
“Es realmente genial ver el apoyo que está allá afuera”, dijo. “Es genial ver a las personas allá afuera, comprando una camiseta, y vistiéndola con orgullo.
“Así que espero que eso continúe, yo siga vistiendo la camiseta, salga allá afuera e intente hacer mi trabajo”.
Collins ha trabajado en esto desde que hizo su debut en la NBA en 2001.
Pasó siete años con los Nets de Nueva Jersey, el antiguo nombre de su actual empleador, antes de jugar para los Grizzlies de Memphis, los Timberwolves de Minnesota, los Hawks de Atlanta, los Celtics de Boston y los Wizards de Washington.
El primer partido del jugador en 2014 no pudo haber salido mejor.
El baloncestista de 35 años jugó 10 minutos en una victoria 108-102 contra los Lakers de Los Ángeles; el equipo de su ciudad natal, y la multitud en el Staples Center le dio una gran ovación.
La recepción que recibió es un indicador de la prominencia recién encontrada de Collins.
Desde que afirmó su homosexualidad en la historia principal de una edición de Sports Illustrated en abril de 2013, se volvió parte de un grupo de atletas estadounidenses de alto perfil que declararon su homosexualidad; y se apoyan entre sí.
El jugador internacional de Estados Unidos, Robbie Rogers, quien juega para Los Angeles Galaxy de la Major League Soccer, anunció que era gay dos meses antes que Collins. Después de contarle al mundo sobre su sexualidad, Collins acudió con Rogers para recibir consejos sobre cómo manejar a los medios.
El prospecto de la NFL, Michael Sam, reveló que era gay este mes después de completar su carrera universitaria. Si es seleccionado por una franquicia, sería el primer jugador abiertamente gay de la liga.
“Conocí a otros atletas que están en la misma posición que yo”, explicó Collins. “Somos como una especie de fraternidad que intenta ayudarse entre sí, al intentar mantenernos inspirados, ya sea Robbie Rogers o Michael Sam, la lista continúa.
“Y es realmente genial saber escuchar las historias del otro y mantener inspirándonos para trabajar”, añadió Collins, quien fue un invitado de la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, en el discurso del Estado de la Unión en enero.
Un agente libre desde julio, la determinación de Collins para regresar a la NBA fue tanta que corrió ocho kilómetros la mañana antes de su viaje a la Cámara de Representantes del país.
“Crecí tanto como individuo, me encontré con tantas personas geniales, organizaciones geniales, escuché tantas historias geniales, historias inspiradoras”, dijo.
“Siento que con mis acciones tuve un impacto positivo en la vida de alguien más”.
Aunque el regreso de Collins a la NBA fue un éxito, podría durar poco.
Su contrato temporal significa que podría estar fuera de la liga de nuevo a finales de la próxima semana, pero mantiene la esperanza de extender su carrera profesional.
“Sabes que cualquier cosa puede pasar; cualquier cosa es posible”, dijo. “Continúas trabajando duro, eso es lo que hice en los últimos 10 meses… siempre tengo una mentalidad positiva de que cosas buenas ocurrirán si te preparas para eso.
“Es el mismo ambiente. Todo es lo mismo. Como dije antes, 12 años en la NBA, no fue un problema, no fue una cuestión. El año 13 no es un problema, no es una cuestión, es lo mismo”.
Para el hombre que cambia la cara del baloncesto estadounidense, Collins está convencido de que todo se ve como se veía antes.