Por Eliott C. McLaughlin, CNN

(CNN) – Iwao Hakamada mantiene el menos honroso de los récords: fue condenado por un asesinato cuádruple en 1966, y es el preso que más tiempo lleva en el corredor de la muerte en todo el mundo, según Amnistía Internacional.

Ese récord fue concluido el jueves cuando, después de casi 48 años, un tribunal local reabrió el caso de Hakamada, según informó Anmistía y los medios japoneses. El tribunal de distrito de Shizuoka suspendió su sentencia a muerte y liberó a Hakamada después que las pruebas de ADN indicaran que la evidencia clave contra él podría haber sido falsa, informó NHK, la organización pública de radiodifusión japonesa.

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El tribunal dijo que mantenerle detenido más tiempo sería injusto, informó NHK.

Los fiscales tienen cuatro días para apelar la sentencia del tribunal, pero el director de investigación de Asía Oriental en Amnistía Internacional dijo que sería lo “más cruel e injusto” desafiar la decisión del tribunal.

“El tiempo para que Hakamada pueda recibir el juicio justo que se le negó durante cuatro décadas se está agotando”, dijo Roseann Rife. “Si alguna vez hubo un caso que mereciera un nuevo juicio, este es el caso. Hakamada fue condenado tomando como base una confesión forzada y allí continúan las preguntas sin responder sobre la reciente evidencia del ADN”.

Un video de NHK mostró a varios hombres con uniformes azules, algunos vistiendo máscaras quirúrgicas, escoltando al ex boxeador profesional de 78 años de edad afuera de un centro de detención de Tokio el jueves.

Inclinado hacia adelante y vistiendo un camisa abotonada de manga corta amarilla, Hakamada entró a una camioneta plateada. Él estaba acompañado de su hermana, Hideko Hakamada, quien anteriormente asistió a un mitín fuera del tribunal en el que varias docenas de partidarios rompieron en empáticos aplausos cuando un hombre desplegó una señal que decía: “nuevo proceso concedido”.

Una emocionada Hideko Hakamada le dijo al público: “Muchas gracias”. Estoy muy complacida. Estoy muy agradecida por el apoyo de todos”, de acuerdo con las imágenes que presentó NHK.

Iwao Hakamada fue condenado en 1966 por matar a su jefe en una empresa de procesado de soya, así como a la esposa de su jefe y a dos de sus hijos, dijo Amnistía.

“Hakamada ‘confesó’ su culpabilidad después de 20 días de ser interrogado por la policía. Él se retractó de la confesión durante el juicio y dijo al tribunal que la policía lo había golpeado y amenazado”, dijo Amnistía. Según sus abogados, las recientes pruebas forenses no muestran concordancia entre el ADN de Hakamada y las muestras tomadas de la ropa que la fiscalía asegura usaba el asesino”.

El juez del tribunal de distrito, Hiroaki Murayama, quien está a cargo del procedimiento del nuevo juicio, dijo que los resultados de las pruebas de ADN indicaron que la sangre encontrada en cinco prendas que el culpable supuestamente llevaba puestas no era de Hakamada, de acuerdo con Kyodo News.

Como la mayoría de los presos en el corredor de la muerte de Japón, Hakamada pasó mucho tiempo encerrado en aislamiento durante sus 48 años en prisión. Su salud mental se ha deteriorado como resultado de las décadas que pasó aislado, dijo Amnistía.

El caso de Hakamada representa la sexta vez que un preso condenado a muerte ha ganado el derecho a un nuevo juicio y los tribunales revocaron las sentencias de muerte en cuatro de cinco casos anteriores, informó NHK.

El caso de Hakamada se presenta tan solo semanas después que el preso que cumplió la mayor condena de Louisiana, Glenn Ford, saliera de la Penitenciaría del Estado en Angola después de pasar casi 30 años en prisión.

Aliza Kassim de CNN contribuyó con este reportaje.