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Por Pamela Boykoff y Paula Hancocks, CNN

(CNN) — Los niños no dejan de preguntar cuándo llegará su madre a casa.

Lee Khim Fatt no sabe qué decirles.

Han pasado más de tres semanas desde que su esposa, una sobrecargo del vuelo 370 de Malaysia Airlines, desapareció junto con otras 238 personas cuando el avión se esfumó en pleno vuelo.

“Les dije que mami va a tardar un poco más en llegar a casa esta vez e incluso les prometí que iba a traerla a casa”, dice Lee.

Sus ojos se llenan de lágrimas cuando explica su difícil situación. No está seguro de poder cumplir su promesa.

“Realmente no sé en dónde está ahora”, dice, “y no estoy seguro de poder traerla a casa”.

Lee y su esposa, Foon Wai Yueng, compartían una vida feliz y criaban a su hija de 10 años y a su hijo de cuatro.

Se conocieron hace 20 años, cuando ella tenía apenas 19 años. Él fue su primer novio. Lee dice que sin ella ha perdido el rumbo.

Ella era una veterana con 18 años de carrera en Malaysia Airlines; amaba volar por todo el mundo. Los destinos cambiaban, dice, pero su regreso a casa siempre era igual.

“Cada vez que regresaba, definitivamente traía algo para los niños”, dice. “A ella le encantaba hacer esto”.

En busca de respuestas

Docenas de familiares angustiados exigieron el domingo a las autoridades malasias que les entregaran las pruebas de la suerte que corrieron sus seres queridos que iban a bordo del Boeing 777 desaparecido.

“Queremos pruebas, queremos la verdad y queremos a nuestra familia”, corearon durante una conferencia de prensa afuera de un hotel en Kuala Lumpur.

Aunque varios de los familiares de los pasajeros se hospedan juntos en hoteles, Lee permanece en casa esperando información sobre el vuelo desaparecido.

La búsqueda por el vuelo desaparecido arrojó posibles pistas nuevas el domingo cuando una aeronave australiana detectó cuatro objetos anaranjados en el agua. Sin embargo, los investigadores no han confirmado aún si los objetos provenían de la aeronave que, según las autoridades, cayó en el sur del Océano Índico.

Lee dijo que Malaysia Airlines le ofrece información solo una o dos veces al día, por teléfono o por mensaje de texto.

Está furioso por la forma en la que la aerolínea ha manejado el asunto. Dice que aunque su esposa formaba parte de la tripulación de cabina, recibe más información de parte de los medios que de la aerolínea. Ve por televisión las conferencias de prensa que se celebran casi a diario.

“La gerencia de la aerolínea solo nos llama o nos da algo de información, ya saben; luego nos dicen lo mismo que dijeron en la conferencia de prensa”, se quejó.

Su frustración provocó en parte que decidiera contratar a un bufete de abogados de Chicago, Estados Unidos. Presentaron una petición en su nombre para que Boeing y Malaysia Airlines entreguen sus expedientes.

En medio de la confusión, el gobierno malasio señala que ha hecho lo mejor posible con lo que tiene a la mano.

“La historia nos juzgará como un país que ha sido muy responsable” dijo el ministro interino de Transporte de Malasia, Hishammuddin Hussein.

Para las familias la espera no ha sido fácil. Lee quiere saber la verdad sobre lo ocurrido con el vuelo 370. Quiere tener algo que decirle a su hija cuando pregunte qué le pasó a su madre. Más que nada quiere que su esposa regrese a casa.

“Claro que sigo esperando un milagro de Dios”, dice.

Steve Almasy y Catherine E. Shoichet contribuyeron con este reporte.