Por Chuck Thompson, CNN

(CNN) – Nos compadecemos de los aeropuertos de EE.UU.; su autoestima se ha venido abajo en los últimos meses.

En febrero, según informó el New York Daily News, el vicepresidente Joe Biden dijo que el aeropuerto de LaGuardia en Nueva York, el cual a menudo es objeto de críticas, “parece ser el de algún país tercermundista”.

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“¿Por qué hemos liderado al mundo económicamente durante tanto tiempo?”, se lamentó Biden. “Teníamos la infraestructura más moderna del mundo”.

En marzo, la consultora británica Skytrax dio a conocer su lista anual de los 100 mejores aeropuertos del mundo.

La posición más alta que obtuvo un aeropuerto estadounidense fue la número 27, ocupada por el relativamente pequeño Aeropuerto Internacional Cincinati/Northern Kentucky.

Ahora, The Economist se ha unido a la tarea.

Después de escudriñar datos de más de un millón de vuelos en 2013, la venerable revista británica concluye en su reciente edición que los aeropuertos de Estados Unidos son “pésimos”, llenos de “pizza grasosa, personal de seguridad hosco e interminables filas”.

El artículo publicado en The Economist hace la pregunta del millón (o mejor dicho, de varios millones) de dólares: “¿Por qué los aeropuertos extranjeros son mejores que los de Estados Unidos?”.

Quizá señala el rechazo que los viajeros alrededor del mundo sienten hacia los estándares en los aeropuertos en Estados Unidos, pero el artículo en línea no se molesta en dar una respuesta.

¿Hay esperanza para los aeropuertos de Estados Unidos? Bueno… tal vez.

“No hay duda de que los aeropuertos en Estados Unidos sufren de un problema de imagen a nivel mundial, y el principal culpable es la falta de inversión dedicada a la infraestructura en nuestra nación, particularmente en su infraestructura para la aviación”, le dice a CNN Kevin M. Burke, el director ejecutivo y presidente del Consejo Internacional de Aeropuertos de Norte América.

“Muchos de nuestros aeropuertos están operando mucho más allá de la capacidad para la que fueron construidos hace varias décadas, y esta es la razón por la cual quienes viajan por vía aérea (ya sea en vuelos nacionales e internacionales) se encuentran con terminales abarrotadas e instalaciones anticuadas.

“La otra fuente de daño para nuestra reputación mundial ha sido los tiempos de espera inaceptablemente largos para pasar por la aduana en los aeropuertos internacionales en Estados Unidos”.

Burke se siente optimista acerca de que los problemas serán corregidos. Mencionó un anuncio reciente hecho por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, respecto a que añadirá 2.000 nuevos oficiales a dicha agencia, y muchos serán asignados a los aeropuertos.

“La ACI-NA ha estado trabajando con el Congreso para una dotación extra de personal y debido a que el tráfico internacional va en aumento, este incremento no podría haber venido en un momento de mayor importancia para los aeropuertos de Estados Unidos”, dice Burke.

El escaso financiamiento público afecta el desempeño y las mejoras  

En la raíz de muchos problemas que experimentan los viajeros en los aeropuertos de EE.UU. se encuentra un sistema atípico de gobierno y financiamiento.

A diferencia de muchos de sus contrapartes en el extranjero, los aeropuertos de EE.UU. son propiedad de y operados por el gobierno de la ciudad, condado o estado.

“Esto significa que la forma en que son financiados es mucho más restringida que en el resto del mundo”, dijo Burke. “Para nuestro gran centro de aeropuertos, su principal fuente de financiamiento para los proyectos de mejora de capital es el Passenger Facility Charge”.

El PFC es una tarifa nominal de los usuarios que los pasajeros pagan cuando adquieren boletos de avión en Estados Unidos, y “prácticamente todas ellas”, según Burke, regresan al aeropuerto para que se invierta en proyectos de infraestructura.

El problema es que la tarifa ya no asciende a tanto como lo hizo una vez.

“El techo del PFC de 4,50 dólares no ha sido elevado desde el año 2000, y esto ha significado que el poder adquisitivo se ha erosionado a más o menos la mitad debido a la inflación, durante los últimos 14 años”, dice Burke.

La falta de un aumento en el PFC ha evitado que se haga mejoras y actualizaciones significativas en muchos de los principales aeropuertos de EE.UU.

A pesar de todo esto, Burke y quizá al menos algunos de los millones de visitantes que continúan pasando por los aeropuertos de Estados Unidos cada año, siguen siendo optimistas acerca del futuro de los aeropuertos de EE.UU.

Pero, ¿pueden los aeropuertos de EE.UU. mejorar de forma realista cara a cara con sus contrapartes internacionales en, digamos, los próximos 5 a 10 años?

“Sí, pero va a requerir de un inquebrantable compromiso a mejorar nuestra infraestructura”, responde Burke. “Es crucial que el Congreso y los ciudadanos estadounidenses reconozcan que la inversión en la infraestructura de los aeropuertos es una reinversión en las comunidades a las que conectan con el resto del mundo”.

“Y en un mercado cada vez más global, Estados Unidos deberá tener aeropuertos líderes en el mundo para mantener su competitividad”.

O, por ahora, sencillamente ponerse al día con un campo que, según muchos cálculos, ya les lleva gran ventaja.