Por Andrew Hammond
Nota del editor: Andrew Hammond es un ex asesor especial del gobierno del Reino Unido, y asociado en LSE IDEAS en la Escuela de Economía de Londres. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente suyas.
Londres (CNN) – El viernes es el aniversario del asesinato de Osama bin Laden en Paquistán, por parte de fuerzas estadounidenses. Tres años después, la organización central de al Qaeda ha sido reducida considerablemente. Sin embargo, el peligro del así llamado terrorismo “local” podría estar en aumento, alimentado por ciudadanos extranjeros que regresan de importantes escenarios internacionales de guerra, como en Siria.
En el Reino Unido, por ejemplo, Charles Farr, el director de la Oficina de Seguridad y Contraterrorismo, recientemente afirmó que la amenaza de ciudadanos del Reino Unido que viajan para participar en el conflicto sirio es “el mayor reto” para los servicios de seguridad del RU desde el 11 de septiembre. La cifra total de ciudadanos del Reino Unido que han peleado en Siria se calcula que es de hasta 366, según el Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR, por sus siglas en inglés) en King’s College de Londres, y se cree que una cantidad significativa de ellos han muerto ahí.
Además, el ICSR calcula que hasta 11.000 combatientes extranjeros en general han peleado en Siria, de más de 70 países, una cifra que se informa es una concentración más alta que en cualquier otro lugar desde Afganistán en los años ochenta. Aquí, una preocupación principal es que muchos de estos individuos, entre los que posiblemente se encuentran hasta 2.000 de Europa Occidental, además de individuos de Norteamérica, Australia, el Sudeste de Asia y África, regresarán de Siria a sus respectivos países endurecidos por la lucha con muchas más capacidades y determinación terrorista.
Y dado que el número relativamente grande de estos combatientes extranjeros hace que en conjunto sea difícil rastrearlos con precisión, parece ser mucho más probable que haya ataques locales. Si bien esto ofrece valor de propaganda para al Qaeda, tales individuos a menudo carecen de un cuidadoso adoctrinamiento de los mensajes centrales de la red, aunque algunos, entre ellos los terroristas del año pasado en Londres y Boston, parecen haber sido motivados o inspirados en parte por ellos.
Esto refleja, en parte, la constante disminución de la organización central de al Qaeda, la cual es poco probable que pueda proveer apoyo operacional para los terroristas locales. Esto también significa que estas personas, si bien son altamente peligrosas, no representan individualmente el mismo nivel de amenaza a los intereses internacionales como células más grandes y grupos terroristas, y por lo tanto es menos probable que ellos puedan realizar serios y grandes ataques similares al 11 de septiembre.
Por lo tanto, mientras el sucesor de bin Laden, Ayman al-Zawahiri, ha buscado aprovecharse de los terroristas occidentales locales, y de hecho el caos en Siria, para propósitos de propaganda, esto no puede ocultar el destino que va en declive de la organización central de al Qaeda. A al-Zawahiri le falta la autoridad personal de bin Laden dentro de la red terrorista, y el núcleo se ha visto debilitado por el asesinato de numerosos principales líderes terroristas.
Un reto fundamental para al-Zawahiri es que mientras el liderazgo central de al Qaeda aparentemente está ubicado en gran medida en las áreas tribales y zonas fronterizas de Paquistán, la red más amplia se está volviendo cada vez más descentralizada y dispersa. Los problemas que esto puede causar fueron puestos de manifiesto anteriormente este mes en Siria, cuando un grupo yihadista llamado el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) acusó a al Qaeda de haberse “desviado del camino correcto” y “dividido el Muyaidín en todo lugar”.
El origen de la disputa probablemente radica en un edicto de al-Zawahiri a ISIS para confinar sus actividades a Irak después de que fue acusado de abusos a civiles y a rebeldes rivales en Siria. En cambio, al-Zawahiri ha reconocido al Frente al-Nusra como el afiliado oficial de al Qaeda en Siria, y ha hecho un llamado a los yihadistas a que lo apoyen.
Al acompañar esta dispersión y descentralización ha estado cambiando el enfoque de los grupos de al Qaeda y franquicias cuya atención se enfoca más en los asuntos “locales” nacionales o regionales, en lugar de en los diseños internacionales más amplios de bin Laden. En parte, esto también refleja la mayor dificultad de atacar nuevos blancos internacionales; en muchos de ellos, sus defensas se han intensificado desde el 11 de septiembre.
También ha habido una evolución en los puntos focales de la actividad de al Qaeda con nodos terroristas de creciente importancia, por ejemplo, en países clave de África o Medio Oriente, como Yemen, donde el levantamiento político desde la muerte de bin Laden le ha permitido a terroristas y otros insurgentes asegurar un mayor punto de apoyo. Y al reflejar este nuevo patrón de riesgo, las fuerzas de EE.UU. se están volviendo a desplegar como resultado.
Por ejemplo, la CIA ha expandido su personal en Yemen y también ha mejorado sus bases aéreas en el golfo, desde donde puede lanzar ataques con drones al país. Solo la semana pasada, Washigton lanzó un importante ataque con un drone, el cual según el gobierno yemení, mató a por lo menos dos docenas de militantes, entre ellos combatientes extranjeros, en un campo de entrenamiento de al Qaeda en la remota región montañosa de Abyan.
Mientras tanto en África, fuerzas estadounidenses también han aumentado el personal en varios estados, entre ellos Kenia, Etiopia y la República Centroafricana. Esto tiene como objetivo permitir que haya una mayor cobertura de vigilancia aérea y ataques con drones, especialmente en África del Norte, además de sitios para almacenar el hardware militar.
Entonces, mientras el núcleo central de al Qaeda ha disminuido desde la muerte de bin Laden, gran parte de la red terrorista más amplia sigue con fuerza, aunque más enfocada en reclamos locales que en ambiciones internacionales más grandes. Sin embargo, el peligro podría estar creciendo debido a amenazas locales alimentadas por individuos endurecidos por la lucha que regresan de escenarios internacionales de guerra, especialmente Siria, con mayor determinación terrorista y capacidades.