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Por Jen Christensen, CNN

(CNN) – Donald Trump escribió en su cuenta de Twitter que “no deberíamos importar el ébola a nuestra patria”.

A un congresista de Indiana le preocupa que los niños refugiados de Centro América puedan suponer un riesgo para la salud pública debido a la “circulación del ébola”.

Y el ámbito del Twitter está lleno de gente que pregunta: “¿cómo podemos traer estos pacientes a Estados Unidos?”, se quejan de que “¡no hay suficientes problemas en Estados Unidos! ¡Importemos pacientes con Ébola!”, y especulan que tratarlos aquí es “sumamente irresponsable”.

Pero la posibilidad real de contraer ébola es increíblemente remota.

Ciertamente es una enfermedad aterradora. Normalmente mata al 90% de la gente que lo contrae, y este brote más reciente es el más grande de la historia. Pero no necesitas entrar en pánico, dicen los expertos, y definitivamente no tienes que preocuparte por los dos pacientes estadounidenses con ébola que están siendo tratados en Atlanta.

Estas son cinco razones que lo explican:

1. Es frágil.

El ébola es un virus increíblemente frágil. No vuela por el aire con demasiada facilidad. No se puede contagiar mediante la tos o un estornudo. No se transmite fácilmente de un humano a otro como el resfriado común.

El ébola es agresivamente infeccioso, así que la gente que se infecta tiene una alta probabilidad de enfermarse. Pero no es altamente contagioso.

“El virus del Ébola se propaga a través del contacto directo con la sangre, secreciones u otros fluidos corporales de personas enfermas y del contacto indirecto, por ejemplo, con agujas y otras cosas que pueden estar contaminadas con estos fluidos”, dijo Stephan Monroe, director adjunto del Centro Nacional de Enfermedades Zoonóticas Emergentes e Infecciosas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.

Es por eso que el personal de la salud que trabaja en países sin el equipo adecuado puede contraerlo. Esa también es la razón por la que las personas que preparan los cuerpos para inhumación lo han contraído.

2. EE.UU. sabe cómo funciona.

Aunque no hay vacuna ni cura, la única ventaja real que tenemos contra el ébola es que los médicos saben cómo controlarlo.

El ébola no es “un tipo de patógeno místico con algún medio de transmisión extraño”, dijo Bruce Ribner, quien supervisa la unidad especial de aislamiento que está tratando a los pacientes en el Hospital Universitario de Emory.

La higiene con sentido común puede detener su propagación.

“El ébola es un virus que puede ser detenido y que no se propaga en los hospitales. Los riesgos son mayores, pero se inactiva con facilidad con los desinfectantes hospitalarios normales”, dijo Tom Frieden, Director de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades.

3. EE.UU. tiene los recursos para contenerlo.

Los dos pacientes estadounidenses con ébola volaron a los Estados Unidos en un avión equipado con una cápsula de aislamiento.

Ellos han permanecido en aislamiento en el Hopital Emory con una sala de contención especializada, una de cuatro en el país.

En la sala de contención, las rejillas de ventilación son especializadas. Hay un intercomunicador y una placa de cristal que separa a los pacientes de los visitantes para que así no tengan contacto directo. Hay un protocolo estricto respecto a todos y todo lo que entra y sale de la habitación del paciente. Los trabajadores de salud usan trajes protectores.

Pero cualquier centro médico importante podría realmente ocuparse de un paciente con ébola, dijo William Schaffner, un experto en enfermedades infecciosas en la Escuela de Medicina de la Universidad de Vanderbilt

La mayoría de las UCI tienen salas aisladas que se utilizan para los pacientes que presuntamente tienen tuberculosis, síndrome respiratorio agudo severo (SARS, por sus siglas en inglés), síndrome respiratorio del Oriente Medio u otras enfermedades infecciosas. Schaffner dijo que no son muy diferentes de un paciente con ébola, aunque se podrían tomar precauciones más estrictas para asegurarse que los trabajadores de los cuidados de la salud sigan todos los protocolos.

4. El personal médico está listo.

“Hemos sido capacitados para esto”, dijo Ribner al referirse a los preparativos para tratar a los dos estadounidenses enfermos con ébola. Estos doctores saben cómo controlar el ébola y serán extremadamente cuidadosos cuando traten a una persona infectada.

A los trabajadores médicos de todo el país también se les ha advertido que estén atentos a los síntomas del Ébola y que interroguen a los pacientes que han viajado recientemente a África Occidental. Ellos están capacitados para reconocer los casos de ébola y pueden ponerlos en cuarentena anticipadamente, evitando que otros entren en contacto con los fluidos corporales de una persona infectada mientras la enfermedad avanza.

5. Los aeropuertos están en alerta.

En los aeropuertos africanos de la región afectada por el ébola, los pasajeros están siendo examinados cuidadosamente. Los expertos en la salud están observando a las personas que presentan fiebre alta. A las personas que tengan temperatura se les lleva aparte y son monitoreados mientras los doctores examinan su sangre para determinar si están infectados con ébola.

Cuando los pasajeros llegan al aeropuerto, se les pide que se laven las manos con una solución clorada. Los agentes de aduana y los inspectores de los pasaportes también están usando guantes quirúrgicos cuando interactúan con los pasajeros.

“Siempre existe la posibilidad de que alguien con una enfermedad contagiosa pueda entrar a Estados Unidos”, dijo el lunes la portavoz de los CDC, Barbara Reynolds. “La preocupación respecto a la salud pública es si se extenderá y, de ser así, qué tan rápido”.

En los aeropuertos de Estados Unidos, los agentes federales capacitados también están atentos a identificar a los pasajeros enfermos. La patrulla fronteriza pregunta sobre el potencial de ser expuestos. Si alguien está enfermo, los agentes pueden sacarlos y mantenerlos en unidades de aislamiento especial que tienen muchos aeropuertos de Estados Unidos hasta que representantes de los CDC lleguen para hacer más preguntas.

En general, según dicen los expertos de la salud, la amenaza a los estadounidenses sigue siendo relativamente baja. En la década pasada, se ha sabido de cinco personas que han entrado a Estados Unidos con fiebre hemorrágica viral, incluyendo un caso en marzo de un hombre en Minnesota, diagnosticado con fiebre Lassa después de viajar a África Occidental. Nadie más contrajo la enfermedad.

Jacque Wilson y Ben Brumfield de CNN contribuyeron con esta historia.