Por José Manuel Rodríguez, CNN
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Miami (CNN Español) – El estado de Florida cuenta con 1,7 millones de votantes hispanos, que equivalen al 14% del electorado, según el Centro Pew, un grupo cuyo sufragio podría ser determinante en las elecciones intermedias
“En Colorado, donde hay elecciones reñidas, en Carolina del Norte, en la Florida, en Maine, donde estos comicios son tan peleados, a veces un grupo como los hispanos puede cambiar su voto en una u otra dirección”, señala el profesor de la Universidad de Miami, Joseph Uscinski.
Al igual que en el área de Miami, donde predomina el voto republicano entre los cubanos, los expertos electorales creen que el llamado corredor de la carretera interestatal 4, que va desde St. Petersburg y Tampa hasta Orlando, y donde vive una gran cantidad de puertorriqueños, podría ser decisivo “porque el número es casi del tamaño del voto cubano del sur de la Florida, con una particular distinción: el voto puertorriqueño cambia de partido”, según el analista político Guillermo Martínez.
Uscinski considera que no hay diferencia entre los temas que preocupan a los hispanos y al resto de los votantes.
“Les preocupan exactamente las mismas cosas que al resto: la economía, la defensa nacional… Les preocupa la inmigración, pero cuando les preguntas sobre este asunto, no es uno de los grandes temas”, dice el académico y experto en temas migratorios
En el área de Miami hay tres congresistas cubano-estadounidenses, y tanto el actual gobernador republicano Rick Scott, que busca la reelección, como su oponente demócrata Charlie Christ, que fue gobernador entre 2007 y 2011, tiene a hispanos como compañeros de fórmula. Es la primera vez que ocurre esto en la historia del estado.
“Ambos partidos realmente quieren ganar esta contienda y es tan competitiva porque no solo se trata de quién va a gobernar Florida. Se trata de cómo el estado califica las políticas de (Barack) Obama en los últimos años”.
Algunos analistas consideran que para los candidatos presidenciales en 2016 sería importante tener como aliado al nuevo gobernador. Esto, a menos que Jeb Bush, exgobernador de Florida , hijo y hermano de mandatarios, defina una eventual postulación a la Casa Blanca.
Para Martínez, Jeb Bush “es importante entre los hispanos y es importante entre los americanos”.
Estas elecciones podrían estar marcadas por la baja participación, situación que podría favorecer, según algunos pronósticos, a los republicanos. En las tres últimas elecciones intermedias, según datos den Centro Pew, la participación ha rondado el 37%.
En el sur de la Florida, tres congresistas cubano-estadounidenses buscan la reelección: los republicanos Ileana Ros Lehtinen, que ocupa su escaño desde 1989, y Mario Díaz-Balart, que busca un nuevo período, desde que ganó un asiento en la Cámara de Representantes por el distrito 25 en 2003; y el demócrata Joe García, que tras dos fallidos intentos logró llegar a la cámara baja en 2011, pero ahora enfrenta una reñida contienda con el republicano Carlos Curbelo.
Florida ha sido tradicionalmente un estado clave. En las presidenciales del 2000 definió, tras un polémico recuento, la llegada al poder de George W Bush. Los analistas políticos consideran que es un estado bisagra, ya que ninguno de los partidos tradicionales tiene una clara mayoría. El presidente Obama ganó en Florida para su reelección pero hubo que esperar varios días hasta contar el último voto.