Por David Black
Nota del editor:David Black es el presidente y director ejecutivo delInstituto para la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés). Es investigador en los campos de formación de estrellas y planetas y la búsqueda de exoplanetas. Fue el primer director científico para el Programa de la Estación Espacial, director del Instituto Lunar y Planetario y presidente y CEO de la Asociación de Universidades de Investigación Espacial. Ha dirigido varios comités para la NASA y la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos. Las opiniones expresadas en este texto pertenecen exclusivamente a David Black.
(CNN) — Noviembre de 2014 podría ser recordado como la época en que la humanidad aterrizó por primera vez una sonda robótica en el núcleo de un cometa.
Oportunamente, la misión que logró esta destacada hazaña se llamaRosetta. En 1799, los soldados franceses descubrieron una antigua tableta egipcia, pintada en el 196 a.C. con escritura en tres idiomas diferentes. A final de cuentas, esta escritura en la Piedra Rosetta, junto con la escritura en un obelisco en la isla de Philae del río Nilo, ayudó al entendimiento de los jeroglíficos egipcios. Esta escritura relataba un Egipto mucho más antiguo.
Similarmente, los creadores de la era moderna de la misión Rosettaesperan que su exploración ayude a entender los cometas; núcleos antiguos de roca y hielo que son clave para entender la formación de nuestro sistema solar.
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Los científicos también esperan que la misión ofrezca un vistazo a los primeros años de la Tierra. Los cometas bombardearon la joven Tierra. ¿Trajeron con ellos el agua que todavía existe en nuestro planeta hogar, así como las moléculas orgánicas que la vida necesitaba para surgir en la Tierra?
Noviembre de 2014 es significativo por otra razón; el Instituto SETI celebrará su aniversario número 30 el 20 de noviembre. ¿Por qué es relevante esto para la misión Rosetta? La misión del Instituto SETI es explorar, entender y explicar el origen y naturaleza de la vida en el universo. En muchas formas, la meta del Instituto SETI es la misma que la de Rosetta; pero en un escenario mucho mayor.
La palabra “vida” para un investigador en el Instituto SETI puede ser cualquier cosa desde un organismo con una sola célula hasta vida tecnológica mucho más avanzada que la de los humanos.
Es la última forma de vida; inteligencia extraterrestre, la que las personas asocian normalmente con el Instituto SETI. Y la búsqueda de esa inteligencia se encuentra en un paralelo notable con el espíritu de Rosetta.
Al igual que el descubrimiento y estudio de la Piedra Rosetta ayudó a la comprensión del antiguo Egipto, la detección y estudio de evidencia de otra civilización tecnológica colocaría a la nuestra en un contexto universal. Incluso podría darnos un vistazo al futuro de nuestra propia especie.
Las noticias reportan relatos de desastres potenciales que podrían suceder en la civilización, ya sea en la forma de calentamiento global, un virus que muta rápidamente o el impacto de uno de los primos del objeto en el que aterrizará Philae. Encontrar evidencia concreta de que las sociedades tecnológicas han sobrevivido a largo plazo en otros lugares sería tranquilizador, incluso inspirador.
Aunque las búsquedas de señales de vida inteligente han estado presentes durante más de tres décadas sin detección, apenas si hemos arañado la superficie de esa búsqueda. Hay varios miles de millones de estrellas en nuestra galaxia y una cantidad similar de galaxias en el universo conocido, todas con sus propios miles de millones de estrellas.
Los resultados recientes de la misión Kepler mostraron que entre el 10% y el 20% de las estrellas de nuestro vecindario tienen planetas que podrían ser habitables.
Hasta la fecha, nuestras búsquedas de vida inteligente que podrían crecer alrededor de esas estrellas se resume a un grano de arena en comparación con toda la arena en todas las playas del mundo. No te desanimes por la falta de detección hasta la fecha. Debemos cavar más profundo y más a fondo.
Sin embargo, los investigadores del Instituto SETI buscan más que solo vida inteligente. También trabajan para llenar los huecos en la historia de la vida, sus orígenes y su evolución. Aunque el descubrimiento de vida inteligente en otros lugares del universo es similar al final de una novela bien escrita, la apreciación de ese final es más impulsada cuando lees los otros capítulos del libro.
Para escribir esos capítulos, los investigadores del SETI estudian formas de vida extremófila en este planeta; organismos que viven debajo de lagos cubiertos de hielo en Antártida, dentro de aguas termales en Yellowstone en Estados Unidos, y los desiertos elevados de Chile. Estos estudios nos informan sobre si la vida probablemente surgió en otros planetas menos habitables, cómo reconocer esa vida y cómo evolucionó la vida aquí.
Los científicos del instituto también investigan si vida extraña pudo habitar otros mundos cercanos. Imagina encontrar biología en la luna Titán de Saturno, con sus lagos de metano. Esa vida sería muy diferente a la que estamos acostumbrados. Su descubrimiento abriría la puerta de las posibilidades para seres biológicos en otros lugares.
¿Cuán a menudo la vida salta de microbios a inteligencia?
La evidencia ahora indica que el componente básico de inteligencia surgió en este planeta hace algunos miles de millones de años, con inteligencia artificial cada vez más presente en los años intermedios.
Los investigadores del instituto estudian cómo la vida inteligente no humana en la Tierra se comunica, esperando comprender los elementos fundamentales de la comunicación; aquellos que podríamos encontrar en los “idiomas” de los comunicadores extraterrestres, todos dentro y entre las especies.
Comenzamos a entender y apreciar los niveles y variedad de inteligencia que existen en este planeta y las miles de formas en las que otros animales pueden comunicarse y se comunican. Los científicos del instituto juegan un papel clave en estas áreas, buscando entender la evolución de la inteligencia terrestre y comprender la enorme complejidad de cómo podríamos reconocer y entender un mensaje desde más allá de nuestro planeta.
Sin embargo, el financiamiento público para los programas de educación científica, aunque es constante en magnitud, es inadecuado para la tarea. El financiamiento gubernamental de la exploración espacial también está en peligro.
Pero son estas cosas; atraer a maestros de ciencia, imágenes icónicas de misiones espaciales tripuladas en televisión, las que inspiran a los jóvenes a tener sed por conocimiento del universo a nuestro alrededor y a entrar a los campos científicos de la investigación y el estudio.
Como tal, una de nuestras misiones principales en el Instituto SETI es ayudar a educar al público e inculcar un vigor para el conocimiento y exploración en la juventud. Inspirar a la próxima generación de pensadores y exploradores científicos es de suma importancia para nuestra misión y nuestro trabajo.
Creo que no solo la misión Rosetta nos ayudará a entender de dónde venimos y cuál es nuestra historia, sino también ayudar a inspirar a una nueva generación para seguir los pasos de Carl Sagan y Frank Drake.
Mientras celebramos el éxito de la misión Rosetta, nosotros en el Instituto SETI continuaremos en la cuarta década de existencia del Instituto en búsqueda de nuestra misión; entender el origen de la vida en este planeta y encontrar evidencia de esta en otros mundos.
Mientras continuamos nuestra misión en el futuro, espero te nos unas en el SETI.
Las opiniones expresadas en este texto pertenecen exclusivamente a David Black.