Por Christina Lee

(CNN) — Hacer la dieta mediterránea podría ser la clave para que vivas más. Esto según un nuevo estudio dirigido por Immaculata De Vivo, profesora adjunta en el Brigham and Women’s Hospital de Boston y en la Facultad de Medicina de Harvard.

La dieta involucra comer alimentos de un menú que es rico en vegetales, frutas, nueces, granos y guisantes, granos sin refinar, aceite de oliva y pescado. Mantiene los lácteos, las carnes y las grasas saturadas al mínimo. Y puedes tomar una copa de vino tinto en la cena sin romper la dieta.

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La dieta constantemente ha sido vinculada a beneficios para la salud como ayudar a controlar tu peso y puede reducir tu riesgo de padecer problemas crónicos como las enfermedades cardiovasculares.

Esta nueva investigación analiza datos de 4.676 mujeres sanas de mediana edad que participan en el Nurses’ Health Study (Estudio de la salud de enfermeras), un estudio en curso que da seguimiento a la salud de más de 120.000 enfermeras de Estados Unidos desde 1976.

Dicho estudio encontró que las mujeres que hacían una dieta mediterránea tenían telómeros más largos.

Los telómeros son parte de tus cromosomas, las estructuras filiformes que albergan tu ADN. Al final de estos cromosomas se encuentran los telómeros, una especie de “tapa” protectora que hace que la estructura no se enrede. De esta manera, protege tu información genética.

Incluso en las personas saludables, los telómeros se acortan con la edad. Los telómeros más cortos están vinculados al envejecimiento, a una menor expectativa de vida y a enfermedades relacionadas a la edad como la arteriosclerosis, ciertos tipos de cáncer y enfermedades hepáticas.

Los científicos han notado que algunas elecciones de estilo de vida como fumar, tener sobrepeso o ser obeso y consumir una gran cantidad de bebidas azucaradas puede acortar de manera prematura los telómeros de una persona.

Los científicos creen que el estrés oxidativo y la inflamación también pueden acortarlos.

Las frutas, las verduras, el aceite de oliva y los frutos secos —los componentes clave de una dieta mediterránea— tienen efectos antioxidantes y antinflamatorios que son muy conocidos. El equipo de investigadores estadounidenses dirigido por De Vivo, por lo tanto, quería comprobar si las mujeres que hacían esta dieta tenían telómeros más largos.

“Este es el mayor estudio basado en la población que aborda la relación entre la adhesión a la dieta mediterránea y la longitud de los telómeros en mujeres saludables de mediana edad”, escriben. El estudio incluyó completar cuestionarios detallados sobre la alimentación y realizar pruebas de sangre para medir la longitud de los telómeros.

Cada participante tenía una puntuación calculada en relación a la dieta, cuyo rango es de 0 a 9 puntos; una puntuación más alta significa que hay una mayor semejanza a la dieta mediterránea. Cada cambio de un punto en la puntuación de la dieta correspondía a un promedio de 1,5 años de envejecimiento de los telómeros.

El acortamiento de los telómeros es irreversible pero “el estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir el acortamiento acelerado”, dice De Vivo.

Los resultados de este estudio proporcionan “alguna información sobre el mecanismo fisiológico subyacente detrás de esta relación”, lo que indica que una mayor adhesión a esta dieta se asocia significativamente a telómeros más largos, dice. Debido a los efectos antioxidantes y antiinflamatorios de la dieta mediterránea, seguir esta dieta “podría compensar los ‘efectos nocivos’ del consumo de tabaco y la obesidad”, dice De Vivo.

Estos resultados apoyan aún más “los beneficios para la salud de una mayor adhesión a la dieta mediterránea para la reducción de la mortalidad global, el aumento de la longevidad y la reducción de la incidencia de enfermedades crónicas, especialmente las principales enfermedades cardiovasculares”.

Ninguno de los componentes individuales de la dieta se vinculó a la longitud del telómero. Los investigadores sugieren que eso significa que la totalidad de la dieta es un elemento importante, más que el hecho de que un producto sea un tipo de súper alimento.

El Dr. Peter Nilsson, profesor de Investigación Clínica Cardiovascular en la Universidad de Lund en Suecia, quien escribió un editorial adjunto, sugiere que la variación en la longitud del telómero y los patrones alimenticios también podrían deberse a factores de antecedentes genéticos.

Aunque es prometedor, Nilsson cree que los estudios futuros “deberían tomar en cuenta la posibilidad de las interacciones entre genes, dieta y sexo”.

Con estos resultados, De Vivo y su equipo de investigación esperan en el futuro entender qué componentes de la dieta mediterránea pueden tener un mayor impacto en la longitud del telómero.

Luego, ellos también esperan estudiar lo mismo en los hombres.