Por Aaron Smith, CNNMoney

(CNNMoney) – La subasta fue rápida y frenética este fin de semana pasado para cientos de armas antiguas de las guerras mundiales y del Salvaje Oeste. Se vendieron a un ritmo de aproximadamente dos pistolas por minuto, a un precio total de casi 1 millón de dólares.

La estrella de la casa de subastas en rápido crecimiento de Pensilvania fue una pistola intrincadamente grabada de seis tiros de la década de 1800, la cual se impuso con el precio más alto de 33.600 dólares.

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La sala de subastas de Morphy Auctions estaba llena de entusiastas de las armas, algunos usando gorras de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), abrigos de camuflaje y overoles. Se veían abuelos con hijos y nietos, transmitiendo una pasión familiar por las armas de fuego.

Pero el licitante ganador estaba realizando su negocio a través del teléfono. Él quería la mejor arma de la subasta: un revólver Colt, calibre .44, modelo 1860, con mecanismo de llave de percusión.

Era el tipo de arma utilizada por el Ejército de la Unión durante la Guerra Civil, dándole al Norte un margen de victoria sobre la Confederación. El modelo calibre .44, grabado y bañado en plata, tenía empuñadura de nogal y un estuche de terciopelo que contenía un frasco de pólvora, cartuchos y balero.

El representante se sentó en la sala, hablándole en voz baja al comprador en su teléfono celular, mientras el subastador continuó de manera rápida y segura con la subasta.

“¿27.000 dólares?”, preguntó el subastador. “¿Alguien ofrece 27.000 dólares?”

El hombre con el teléfono titubeó.

“Voy a esperar”, dijo el subastador. Finalmente, la pistola fue vendida por 33.600 dólares.

Eran casi 1.000 armas las que se estaban subastando y se vendieron aproximadamente 100 por hora.

Algunos compradores estaban en una misión personal. Jason Belz estaba detrás de una arma muy específica: el revólver con apertura superior H&R calibre .22. Su abuelo tenía el mismo tipo de arma, pero se la robaron de su casa, en la década de 1960, del gabinete de armas que él había construido y que la familia aún conservaba.

“Todavía tengo el recibo”, dijo Belz.

El recibo de la década de 1940 muestra que el arma fue comprada por 44,45 dólares. Desde entonces, el arma fue descontinuada. Belz la había estado buscando y se dio cuenta de que esta pistola tan difícil de encontrar aparecía en el catálogo de Morphy.

“Quiero comprar el arma y ponerla de nuevo en el armario de armas que mi abuelo construyó”, dijo antes de la subasta.

Belz ganó la subasta de la pistola y pagó 300 dólares por llenar el espacio vacío del gabinete y el corazón de su familia. Más tarde, Belz llamó para decir que también había colocado el recibo de la pistola robada original en el gabinete, al lado de su nueva compra.

También compró unas cuantas municiones calibre .22 de camino a casa. “No la he disparado todavía, pero ese es el plan”.

Al regresar a la casa de subastas, dos pantallas gigantes flanqueaban la plataforma, mostrando cada arma.

Pero aunque la habitación estaba llena, gran parte de la acción, de hecho, ocurría en línea.

La fila de atrás de la casa de subastas fue tomada por personas con celulares y computadoras, quienes dirigían las ofertas de las personas que estaban viendo la subasta de lejos a través de transmisiones en la red. Alrededor del 75% de las ofertas ganadoras provienen de estos compradores.

Estaban a la venta armas de avancarga con mecanismo de chispa del Siglo XVIII, fusiles Winchester con acción de palanca de los días de los vaqueros y una selección de una miríada de revólveres Colt.

Ben Miller, un exinfante de marina de Winchester, Virginia que asistió, dijo que coleccionaba fusiles Winchester y revólveres Colt.

“El revólver Colt posee una arquitectura fluida y hermosa que lo caracteriza”, dijo, mientras meditaba sobre algunas posibles adiciones a su colección. “Los revólveres Colt son lo mejor que existe”.

Había armas de la Primera Guerra Mundial, incluyendo la pistola “Broomhandle” alemana Mauser C96 con culatín desmontable de madera.

También tenían armas que los nazis y los japoneses utilizaron contra los estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial como pistolas Lugers y Walthers estampadas con pequeñas esvásticas.

Alguien pagó 2.280 dólares para una Luger nazi.

Un trabuco con mecanismo de chispa del siglo XVIII se vendió por 1.920 dólares.

“Todos los que coleccionan armas tienen una especialidad”, dijo Dave Bushing, un experto en armas de Morphy, quien llevó a cabo la subasta. “Con seguridad aquí habrá alguien que conozca una pistola Lugers por dentro y por fuera”.

Un revólver pimentero arcaico de mediados de la década de 1800, precursor del revólver, fue vendido por 1.560 dólares.

Morphy Auctions también tenía los fusiles en exhibición de tal forma que los postores los podían sostener y observar con curiosidad los barriles con pequeñas linternas.

Jim Monroe, quien sirvió en la Infantería de Marina en la década de 1950, tenía sus ojos (y las manos) en una escopeta de calibre 12, de origen militar, con bayoneta, diseñada para las trincheras de guerra.

“Los infantes de marina tienen bayonetas en todo”, dijo. “No es un arma hecha para la guerra si no tiene una bayoneta”.

Jerry Evans, un postor cuyo tío sirvió en la Segunda Guerra Mundial y cuyo padre sirvió en Corea, colecciona fusiles M1 y carabinas, pistolas M1911 y otras armas militares estadounidenses de esa época. Él dijo que estaba buscando un “durmiente”.

“Yo lo llamo un durmiente: una buena arma a un buen precio, y todo el mundo debe haber estado durmiendo porque la obtuve a ese precio”, dijo. CNNMoney no lo pudo encontrar al final de la subasta para comprobar si había conseguido su durmiente.