Por Barbie Latza Nadeau, Holly Yan y Greg Botelho
(CNN) — Un juzgado italiano encontró culpable de homicidio y otros cargos al capitán Francesco Schettino, quien conducía el barco Costa Concordia que naufragó en la costa italiana en enero de 2012.
El juez del caso determinó una sentencia de 16 años para el capitán.
De la manera en que los fiscales lo dijeron, Schettino es un “idiota” que no sólo es el culpable del naufragio del Costa Concordia, sino que abandonó el barco como un cobarde, por delante de la mayoría de sus pasajeros.
Pero para sus abogados, Schettino es un “chivo expiatorio” que no es responsable del accidente, pues cayó en el bote salvavidas que lo llevó a la orilla después de perder el equilibrio cuando el barco se inclinaba.
Los jueces comenzaron sus deliberaciones el miércoles por la tarde, después de un día cargado de emociones en un juicio que se extendió por 19 meses.
Schettino —el capitán del crucero turístico que naufragó cerca de la isla toscana de Giglio en enero de 2012, provocando que murieran 32 personas— estaba acusado de causar el desastre, abandonar el barco y múltiples cargos de homicidio involuntario.
Un “molino de carne mediático”
Durante los últimos dos años, los jueces escucharon a una amplia variedad de personas, incluidos los pasajeros, la tripulación y los expertos.
Entre quienes testificaron también estaba una invitada del capitán, Domnica Cermortan, que testificó que ella en ese momento tenía una relación romántica con Schettino, y que estaba con él en el puente cuando se produjo el accidente.
Schettino ha admitido ante el tribunal que su razón para navegar cerca de Giglio —que llevó al barco a golpear rocas— era “impresionar a los pasajeros”.
Justo antes de que los jueces se retiraran a deliberar, el capitán aprovechó la oportunidad para hablar de nuevo.
Rompiendo a llorar, Schettino recordó los días enero de hace tres años. “Yo morí junto con los otros 32”, dijo.
Y desde entonces, insistió Schettino, se ha convertido en una víctima, procesado por el “molino de carne mediático”.
El abogado y la botella
El abogado principal de Schettino, Domenico Pepe, dijo en los argumentos finales el lunes que la botella de champán utilizada para bautizar al barco en 2006 no se rompió.
“Todo acerca de este barco y este proceso desde entonces ha sido un misterio hasta ahora”, dijo.
Pepe se refirió entonces a cada uno de los cargos en contra el capitán, desde el de la causa de naufragio hasta el desastre marítimo.
Dijo que el timonel Jacob Rusli Bin supuestamente no entendía inglés —un idioma que él estaba obligado a hablar— cuando Schettino dio las órdenes de girar el barco lejos de la isla. Por lo tanto, el abogado argumentó que Bin causó el accidente, no Schettino.
Bin fue citado a declarar, pero su último domicilio conocido estaba en Indonesia, y no podía ser obligado a acudir a la corte en Italia.
Pepe a continuación criticó al fiscal, quien se refirió a Schettino como un “idiota” en su alegato final la semana pasada.
El abogado ofreció una última defensa de su cliente este miércoles, y dijo que era “más fácil volar que defender a Schettino” dado todos los obstáculos en su camino, de la compañía de cruceros y de los medios de comunicación que “necesitaban un chivo expiatorio”.
“En estos tres años,” dijo Pepe, “Schettino ha sufrido lo mismo que una sentencia de 30 años”.
Culpan a la infraestructura
La defensa de Schettino ha dependido en parte de presuntos fallos de funcionamiento de los equipos y la infraestructura del crucero, incluidos señalamientos de que el barco tenía puertas y generadores defectuosos, y que los ascensores no funcionaba cuando el barco escoraba.
“Todo lo que no funcionó en el barco es parte de la causa del accidente”, dijo Pepe a la corte. “Las luces no funcionaban. La gente caía en los agujeros. Los ascensores quedaron atascados”.
Estas afirmaciones fueron difíciles de verificar porque gran parte de la nave se sumergió en la costa de Giglio durante muchos meses después del accidente.
La carga abandonada
Pepe intentó explicar por qué su cliente abandonó el barco delante de tantos pasajeros.
Usó un gráfico para ilustrar la inclinación del buque en el momento en que Schettino aparentemente perdió el equilibrio y cayó en el bote salvavidas que lo llevó a la orilla.
Dijo que una vez en tierra, Schettino fue capaz de llevar a cabo la operación de rescate y que nunca perdió el control de la operación.
El abogado también se refirió al famosa diálogo entre Gregorio De Falco —comandante de la Autoridad Portuaria de Livorno la noche del accidente— y Schettino, durante la cual De Falco dijo a Schettino “¡vuelva a bordo, carajo!”.
Pepe habló del tono degradante de De Falco y dijo que el comandante era poco profesional y egoísta en un momento en que debería haber sido una voz de calma.
Cargos de homicidio
Hablando de los cargos de homicidio, Pepe intentó reforzar su argumento de que dado que nadie murió en el impacto cuando la nave se estrelló contra las rocas, Schettino no puede ser considerado responsable.
Todas las personas que perdieron la vida como resultado de la evacuación, dijo. Defendió la decisión de Schettino de retrasar el llamado a abandonar el barco por casi una hora.
“Tomen un minuto para considerar lo que habría pasado si hubiera abandonado el barco a un km de la costa”, dijo Pepe. “Podría haber 4,500 muertos, no 32”.
Había 4,229 pasajeros y la tripulación a bordo del buque.
También sugirió que la no culpabilidad de Schettino en realidad sería buena para la imagen de Italia, pues de alguna manera restauraría a los ojos del mundo la reputación que se ha visto como ineptitud este caso.
El capitán también se enfrenta a una demanda civil de 16 partes por su papel en el desastre del Costa Concordia.