CNNMoney (Nueva York) — China está haciendo amigos en las propias narices de Estados Unidos.
Latinoamérica es el amigo de negocios más reciente de China. El año pasado, los bancos chinos aumentaron sus inversiones en Latinoamérica en un 71% y el país tiene programado duplicar su volumen de negocios con la región centro y sudamericana durante la próxima década.
Esto ocurre a medida que el poder de Estados Unidos en las Américas empieza a menoscabarse. De hecho, Estados Unidos está retirando su capital de la región a medida que los inversionistas perciben mejores negocios en su país o en otros lugares.
China no parece preocuparse mucho por el corto plazo.
“Lo que estamos viendo no es simplemente una jugada económica. Se trata de una movida económica que también tiene trasfondo político y estratégico”, dice Ilan Berman, vicepresidente del Consejo de Política Exterior de Estados Unidos en Washington.
Además de los vínculos económicos, Berman señala que China ha ayudado a financiar la planta de energía nuclear de Argentina, a lanzar el primer satélite de Bolivia y, según los rumores, está ayudando a Venezuela a iniciar su propio programa de aviones no tripulados.
Pero, por ahora, la relación es principalmente económica.
Lugares de comercio: aunque Estados Unidos sigue siendo el socio comercial No. 1 de Latinoamérica, China ya lo está superando en algunos lugares. De acuerdo a los datos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), China supera a Estados Unidos en cuanto a negocios con Brasil, Argentina, Perú y Venezuela.
Es algo que beneficia tanto a China como a Latinoamérica por muchas razones. China necesita todas las abundantes materias primas de Latinoamérica, como el petróleo y la soya, mientras que algunos países latinoamericanos están desesperados por dinero en efectivo, el cual China no tiene ningún reparo en proporcionar.
Como señal de los cambiantes ajustes, los países latinoamericanos crearon una alianza en el 2010 llamada CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), el cual excluye a Estados Unidos y Canadá.
Hace dos meses, los países que forman parte de CELAC llevaron a cabo una importante reunión. En lugar de ir a Washington, optaron por ir a Beijing para llevar a cabo la primera conferencia formal entre China y la región.
Por supuesto, la nueva amistad no es solamente felicidad. Las economías de China y Latinoamérica se están desacelerando. La demanda de bienes por parte de China está disminuyendo y, después de todo, Latinoamérica se encuentra en un gran auge de productos básicos, ejerciendo presión sobre esos lazos.
Sin embargo, la posibilidad de que existan lazos a largo plazo es fuerte. El presidente de China, Xi Jinping, se ha comprometido a duplicar el comercio entre su país y Latinoamérica a 250.000 millones de dólares durante la próxima década.
“China brinda una fuente de financiación y mercados de exportación sin presiones para adherirse a prácticas de transparencia, apertura de mercados y democracia al estilo occidental”, dice Evan Ellis, experto en América Latina y profesor de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos.
Venezuela es un buen ejemplo. A medida que la economía del país tambalea —algunos incluso se refieren a ella como la peor del mundo— China intervino, dándole a la nación sudamericana miles de millones a cambio de petróleo.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, izquierda, le estrecha la mano al presidente de China, Xi Jinping.
El dinero lo dice todo: los bancos chinos le prestaron 22.000 millones de dólares a Latinoamérica el año pasado. Eso es más de lo que el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo enviaron a la región en conjunto, según Margaret Myers, experta del Diálogo Interamericano, el cual no está asociado con el banco.
“Estos países realmente le han dado la bienvenida a China con los brazos abiertos”, dice Myers.
Mientras tanto, las empresas estadounidenses están perdiendo interés en Latinoamérica. La inversión directa de empresas estadounidenses en Latinoamérica ha disminuido casi un 20% desde el 2011, según datos del Departamento de Comercio.
A pesar del reciente anuncio de Cuba, Latinoamérica sigue estando entre las prioridades políticas menos importantes de Estados Unidos, dicen algunos. Su atención aletargada hacia Latinoamérica ha permitido que China saque provecho.
“A medida que el capital occidental se retira de Latinoamérica… queda un vacío allí. ¿Por qué no querrían llenarlo los chinos?”, dice David Morton, un experto en mercados emergentes y principal estratega de acciones de Rocaton Investment Advisers.