(CNN Español) – Un empleado del Museo Islámico de las Culturas de Oriente Próximo se llevó una gran sorpresa este lunes cuando abrió una bolsa que alguien había dejado en el patio del museo.
Dentro de la bolsa, junto a una nota, había dos artefactos antiguos que fueron robados hace 20 años.
“Estas son dos bolas romanas de ballesta de Gamla de una residencia a los pies de la cima. Las robé en julio de 1995 y desde entonces no me han traído más que problemas. Por favor, no roben antigüedades”, decía la nota anónima.
No se conocen los detalles de la mala racha que vivió el hombre, ni se ha identificado de quién se trata.
Según un comunicado de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), la directora Dalia Manor reportó el incidente a la AAI y las piedras serán llevadas al Departamento del Tesoro Nacional.
De acuerdo con la AAI, esta no es la primera vez que un ladrón se arrepiente. Un residente de Tel Aviv escondió durante años un ataúd judío de 2.000 años y atemorizado por el artefacto lo devolvió. De igual manera, un cura de Nueva York pidió perdón en nombre de un miembro de su congregación que vivía atormentado porque se había llevado una piedra de Jerusalén hace más de una década.