Nueva York (CNN) - Donald Trump es conocido por su exuberante personalidad, un rasgo visible a juzgar por su flota de aeronaves: un gran avión de tamaño comercial, un avión corporativo y dos helicópteros.
El más grande es un Boeing 757-200 adornado con “Trump” en letras doradas y una enorme “T” roja, en la cola de 4 pisos de alto.
En una configuración comercial, este podría transportar hasta unos 228 pasajeros si estuviera lleno de asientos económicos, pero nada es “económico” respecto a este avión.
El 757 de Trump está diseñado para transportar a 43 pasajeros asegurados con cinturones de seguridad enchapados con oro de 24 quilates, según un video tour de la aeronave que su compañía publicó en el 2011.
Cuenta con un comedor, grandes pantallas de televisión, una habitación principal, una habitación para invitados e, incluso, una ducha.
“Todo lo que hicieron en él es sumamente espectacular”, le dijo John Dunkin, piloto de Trump, a Mighty Planes del Smithsonian Channel.
“Para ser un avión grande, es un avión muy rápido. Es extremadamente cómodo. Enfrenta muy bien las turbulencias. Es como el Ferrari de los aviones de esta categoría”.
Según Boeing, los 757 tienen una velocidad máxima de un poco más de 980 kilómetros por hora sin parar. Su ancho es de 38,1 metros, su envergadura es de más de 47 metros y pesa 115.666 kilos.
Las aeronaves han sido una reciente elección de muchos candidatos a la presidencia, entre ellos, Barack Obama en el 2008 y John Kerry en el 2004.
Una versión militar del 757, llamada C-32, también se usa para transportar secretarios de estado, a la primera dama y, algunas veces, incluso sustituye al Air Force One.
El avión de Trump fue construido en 1991 y, según los registros de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), una de sus empresas asumió su propiedad en el 2010.
El 757 reemplazó al 727 de Trump –construido en 1968 y el cual es más antiguo y resulta más costoso volar– que originalmente fue volado por American Airlines.
Ese avión, el cual fue configurado con capacidad para 24 pasajeros y un dormitorio, fue registrado en las islas Bermudas.
Fue vendido a una compañía de vuelos chárter que ahora lo vuela en Asia.
Trump también es dueño de un avión corporativo “Cessna Citation X” diseñado para 12 pasajeros.
Pintado de blanco, el avión muestra el emblema de la familia Trump en oro, cerca de la puerta de pasajeros, pero a diferencia de su avión más grande, el apellido de Trump no se exhibe con prominencia.
El número de registro de la FAA del avión, N725DT, efectivamente incluye sus iniciales y la dirección de la Torre Trump en Nueva York (725 5th Ave).
Trump también es propietario de dos helicópteros Sikorsky S-76B construidos en 1989 y 1992.
Cuatro aeronaves es en realidad una reducción importante para Trump, quien alguna vez fue propietario de una aerolínea con una flota de 17 aviones.
El multimillonario compró el servicio de transporte de Eastern Airline por 380 millones de dólares en 1989 y ofrecía vuelos frecuentes entre las ciudades en el noreste, pero no tardó en enfrentar dificultades financieras.
“Una recesión económica que hizo que las grandes corporaciones recortaran sus viajes aéreos y la tensión de Oriente Medio cuando Iraq invadió Kuwait (lo que causó que el precio del combustible para aviones se duplicara), ejerció una enorme presión sobre Trump Shuttle”, según se lee en una historia publicada por el dueño actual de US Airways.
En 1992, la aerolínea de Trump no pudo pagar y fue absorbida por los bancos que la vendieron a US Air.
Los vuelos ahora son operados por US Airways, una subsidiaria de American Airlines.