(CNN Español) – Los Testigos de Jehová en Australia ocultaron poco más de 1.000 casos de presunto abuso sexual durante 60 años, a pesar de haber mantenido registros de ellos, informó una comisión gubernamental encargada de investigar abuso a menores.
La Real Comisión sobre Abuso Sexual de Menores de Australia realiza audiencias desde la semana pasada sobre el tema.
Angus Stewart, consejero superior asistente de la comisión, pintó en su informe al brazo de dicha organización religiosa global como un grupo muy cerrado que buscó siempre mantenerse aislado del resto de la sociedad.
Tras una solicitud formal, Stewart recibió en febrero pasado documentos por parte de Watchtower Australia -la sede de los Testigos de Jehová en dicho país- en los que se describen los supuestos casos de abuso. Con 68.000 integrantes en Australia, dicha organización implementó políticas desde 1991 que pedían que se informar a las autoridades de asuntos que debían ser examinados por la justicia.
Sin embargo, también se permitía, según dichas políticas, que los mayores de la organización lidiaran con los problemas de forma interna, tal como pareció en todos los casos de abuso, según Stewart.
“Es la práctica de la Iglesia de los Testigos de Jehová mantener información relacionada con delitos de abuso sexual a niños, pero no reportar las presuntas denuncias sobre abuso sexual a la policía o a las autoridades relevantes”, dijo el consejero durante una audiencia.
Durante una audiencia, una mujer de 47 años dijo a la comisión que fue violada de joven por un amigo de la familia y por uno de los líderes en 1980.
“Encuentro la experiencia de reportar mi abuso a un cuarto lleno de hombres, incluido el hombre que abusó de mí, muy angustiante”, dijo la mujer.
Dicha comisión tiene registros de 1.006 casos desde 1950 y aunque la organización con sede en Estados Unidos expulsó a 401 miembros, permitió que 230 volvieran, 35 de ellos varias veces, según Stewart.
Una forma de detener los casos, según el consejero, era requerir de al menos dos testimonios para pasar dicho caso a una comisión judicial. Esta limitación impidió que 125 casos fueran escuchados inclusive dentro de la misma organización.
Cuando se superaba dicha limitación, el proceso de denuncia requería probar que el abuso había ocurrido y que no se había denunciado el caso a la policía.
Problemas se atienden “bíblicamente”
Max Horley, uno de los “ancianos” o líderes de dicha organización en Australia, reconoció ante la comisión que los casos no fueron llevados ante la justicia para su investigación.
Cuando el juez Peter McClellan le preguntó durante una de las audiencias si los casos de abuso con reportados, Horley dijo que internamente lidian con los problemas “legal y bíblicamente”, dijo Horley, según las transcripciones de las audiencias.
“No lo reportamos a la policía. Creo que los alentamos a que lo hagan. Les damos la asistencia para hacerlo”.
McClellan le pidió entonces abundar más sobre dicho procedimiento, a lo que Horley despondió que aunque no estaba del todo al tanto del proceso, dijo que se necesitaban testigos del abuso para poder reportarlo a las autoridades, aunque reconoció que si no existía absoluta duda del abuso, si buscaría “el consejo de la sociedad”.
Las audiencias de la comisión, que iniciaron el pasado 27 de julio, se prolongarán por varias semanas más. Citados a declarar se encuentran un total de 15 personas, entre integrantes de dicha organización religiosa, dos presuntas víctimas de abuso, y los dos principales líderes de Watchtower Australia, Vincent Toole, director legal, y Terrence O’Brian, director general.