El nuevo parque de diversiones de Banksy es oscuro, divertido y de actualidad... todo lo que esperarías del polémico artista callejero.

(CNN)– La ciudad costera de Weston-super-Mare, en el suroeste de Inglaterra, está fría y sombría cuando llegamos.

“Bienvenidos a Dismaland”, una chica con mirada muerta y orejas de Mickey Mouse saluda en la puerta de una vieja piscina pública.

Nos sentimos fastidiados por los guardias de seguridad de mal genio y los detectores de metales antes de que alcancemos a ver la atracción principal: un decrépito castillo de cuento de hadas en un foso de agua turbia y una patrulla policial chocada.

Lo rodea: un tobogán al revés formado por un camión viejo y maltratado, un carrusel de la vieja guardia, una rueda de Chicago. Dentro, el carruaje de Cenicienta ha chocado y está rodeado por paparazzi que toman fotos.

Aquí está: la última exposición de Banksy, el agente provocador favorito del mundo del arte. Anunciado como un “parque de atolondramiento” y tomando el modelo de Disneyland, esta es una versión deformada del así llamado “lugar más feliz sobre la Tierra”. Esta exposición que abrirá oficialmente al público este sábado, es la más grande de Banksy hasta la fecha, y se espera que las 4.000 entradas distribuidas diariamente, con un precio menor de 5 dólares, se vendan rápido.

Este es, por supuesto, el Banksy que ha construido una reputación al dejar a menudo graffiti político, frecuentemente cómico, en todas partes desde Londres hasta Gaza; el artista callejero conocido por explorar la guerra, la corrupción política, la esperanza y la revolución con plantillas y pintura en aerosol; la figura anónima cuya identidad permanece sin confirmar.

Lo que sí sabemos es que creció en la cercana ciudad de Bristol, y que ha estado planificando esto durante meses. Durante semanas se han escuchado especulaciones de lo que estaba ocurriendo en el sitio… anteriormente una piscina pública. A los lugareños se les dijo que era el escenario para una película.

Hay atracciones, sí, y tres galerías con obras de la talla de Damien Hirst, Jenny Holzer y el mismo Banksy, junto con artistas menos conocidos. Muchos de más de 50 artistas de 17 países que exponen están unidos por su cuestionamiento y su irreverencia hacia la cultura de masas.

Como se esperaba, el artista no está aquí para hablar directamente respecto a su misión, o por qué está satirizando a Disney, pero los artistas a la mano estaban más que dispuestos a especular.

“Para mí, (Disney) es vulnerable”, dice Jeff Gillette, el artista que reside en el condado de Orange y quien yuxtapone los personajes de Disney con imágenes de pocilgas y vertederos. “Son una presencia tan grande y una parte tan grande de la cultura que simboliza tantas cosas. Es difícil no meterse con ellos”.

(Para añadirle insultos a la herida corporativa, los letreros en Dismaland dicen que los abogados están prohibidos, junto con la pintura en aerosol, los marcadores y los cuchillos).

Pero es claro que aquí no solamente se está criticando a Disney. Una de las nuevas obras de Banksy en la exposición, aparentemente un juego, tiene a los visitantes navegando en barcos de migrantes rodeados de cuerpos que están flotando. En otro lugar, las obras de arte de Sami Musa y Amir Schiby le hacen frente al conflicto israelí-palestino.

Detrás de la rueda de Chicago y la tienda de préstamos con alto interés para los niños que buscan adelantos de mesadas, está la esquina activista. Después de abarcar el arte, los visitantes pueden explorar un geodomo cubierto de carteles de protesta y la librería anarquista, o recibir consejos sobre la negociación colectiva y los sindicatos. Una chica con cabello muy corto y una sonrisa desafiante ofrece consejos y kits para hackear los exhibidores de carteleras de las paradas de autobús.

No es el tipo de cosa que esperas de una exposición de arte junto al mar, pero no hay duda de que existe una audiencia para ello. Y no solo los fanáticos del arte habituales entran de continuo desde fuera de la ciudad para la experiencia Banksy y por algo de la tienda de regalos.

Los transeúntes en el camino hacia el acuario, a la playa o a casa, se detienen para reflexionar sobre la señal Dismaland de mal agüero y preguntar acerca de la admisión sin siquiera saber lo que está sucediendo. Algunos insinúan que es una feria divertida, o una inauguración.

“Parece como si fuera una versión malvada de Disney”, cavila una pequeña niña con un jumper de marca GAP cerca de los muros.

Bueno, el arte siempre ha estado abierto a la interpretación.

Dismaland funcionará desde el 21 de agosto hasta el 27 septiembre