¡Qué sorpresa! Venía en dorado. En 1981, American Express y DeLorean Motor Company ofrecieron un DeLorean dorado. ¿El detalle? Solo podía ser adquirido con una tarjeta American Express Gold Card. El precio de venta al por menor: $85.000.

(CNN) – Cuando Doc Brown revela su auto que viaja por el tiempo al principio de la película original ‘Volver al futuro’, Marty McFly reacciona con la pregunta “¿Me estás diciendo que construiste una máquina del tiempo… a partir de un DeLorean?”

La incrédula respuesta, con el objetivo de sugerir que es difícil saber qué es lo más difícil de creer, si en una máquina del tiempo o en algo que en realidad fue creado a partir de un DeLorean, probablemente habría reflejado la reacción de quienes vieron la película cuando fue estrenada.

Como lo explica el coescritor y productor Bob Gates, el auto fue una elección poco convencional, incluso según los estándares de Hollywood. “Cuando estábamos trabajando en la película, el fundador de la compañía, John DeLorean, enfrentaba juicio por tráfico de cocaína —salía en las noticias casi todos los días— y luego por supuesto, su empresa cayó en la quiebra”.

“Pero para nosotros, había algo peligroso, algo contracultural, algo tan precioso acerca de cuán hermoso era el auto. Y nos encantaron esas puertas de ala de gaviota”.

El auto en cuestión, el DeLorean DMC-12 de 1981, se convertiría en el único automóvil alguna vez construido por DeLorean Motor Company.

El auto fue fabricado en un suburbio de Belfast, en Irlanda del Norte, y principalmente para el mercado estadounidense; solo se hicieron 9.000 unidades antes de que la producción cesara en 1982. De estas, se calcula que quedan 6.000.

Viajar en un DeLoreans

Hoy en día, los propietarios de autos DeLorean alrededor del mundo recibirán atención adicional. El 21 de octubre de 2015 es la fecha futura a la que Marty y Doc viajan 30 años adelante en el tiempo en la segunda entrega de la franquicia de la película… y la esperada fanfarria (piensa en bailes de Enchantment Under the Sea y en presentaciones interactivas) sería inadecuada sin la presencia del auto que viajaba en el tiempo en la película.

Chris Parham, autor del libro, “DeLorean: Celebrating the Impossible” considera que la película podría ser una razón clave detrás de la constante popularidad del auto.

“A diferencia de, por ejemplo, un Ferrari o un Lamborghini realmente caro… con el DeLorean, las personas no se ponen celosas; no sacarían sus llaves para rayarlo. Las personas, especialmente los jóvenes, tienen recuerdos muy agradables de ‘Volver al futuro’”.

Parnham, quien también es miembro del DeLorean Owners Club UK (DOC por sus siglas en inglés), ha sido el propietario y ha vuelto a encargar 18 DeLoreans desde que compró uno por primera vez en 1999. Se los ofrece a los miembros al costo y actualmente posee dos.

“No puedo fingir que soy una persona tímida”, se ríe, respecto a las multitudes que generalmente se forman alrededor de su elegante auto de baja silueta. “Disfruto de la atención”.

Algunos de quienes no se sienten conformes con el simple hecho de tener un DeLorean, como el empresario japonés Michihko Iwamoto, de 51 años de edad, han llevado las cosas al siguiente nivel. Iwamoto piensa pasar el día al volante de su réplica de máquina del tiempo en un estacionamiento en Tokio, donde demostrará cómo su propio ‘Mr. Fusion Home Energy Reactor’ inspirado en Doc Brown funciona con bioetanol a partir de ropa reciclada.

“Me encanta”, dice Iwamoto. “Cuando me coloco en el asiento del conductor y tomo el volante, siento como si volviera a mi juventud”.

La máquina del tiempo estuvo a punto de ser un refrigerador

El hecho de que el DeLorean se haya convertido en algo parecido a un símbolo de estatus de culto en realidad fue como una casualidad. De acuerdo con Bob Gale, el guión original contemplaba que Marty viajara a través del tiempo en un refrigerador. “En 1981, los primeros dos borradores establecían que la máquina del tiempo era un artefacto fijo que Doc tenía en su laboratorio. Entonces lo pondría en su camioneta y lo transportaría”, explica el coescritor y productor.

“En 1984, cuando finalmente comenzamos la película, en la fase de pre-producción, el director Bob Zemeckis preguntó ‘¿cómo voy a filmar esto?’ Había mucha logística. Él pensó que sería mejor si la máquina del tiempo fuera más transportable, o si se encontrara en un auto. Fue ahí cuando se le ocurrió la idea del DeLorean”.

Sin embargo, es tentador pensar que debido a la vida agitada de su creador, el auto estaba destinado a ser el centro de atención, con o sin ‘Volver al futuro’.

El hombre detrás la máquina

John DeLorean, quien murió en 2005, había hecho carrera como ingeniero en General Motors (GM), al diseñar clásicos estadounidenses como el auto con rasgos deportivos Pontiac GTO y el Pontiac Firebird.

En 1973, salió de GM para iniciar DeLorean Motor Company, y construir su soñado auto deportivo.

Los costos iniciales fueron altos… los cálculos establecen que se hizo una fuerte inversión de 200 millones de dólares.

DeLorean, quien —como lo explica Parnham, un historiador del club DOC— era un “asesor de publicidad, antes de que inventaran la palabra”, logró involucrar a inversionistas de alto perfil, como el presentador estadounidense se televisión, Johnny Carson.

La porción más grande era del gobierno británico, que estaba desesperado por crear puestos de trabajo en Irlanda del Norte, en una serie de esfuerzos por contener la violencia sectaria. Ellos aportaron 120 millones de dólares.

Pero nunca vieron el retorno de su inversión.

Los cambios necesarios para el motor y el diseño del auto fueron algunos de los factores clave que retrasaron la producción, y las unidades no salieron de la línea de montaje sino hasta 1981.

Cuando finalmente lo hicieron, las ventas fueron una decepción.

Los autos eran caros. Un precio de 27.500 dólares al por menor en 1982 lo habría ubicado en el rango de 70.000 dólares según los estándares de hoy en día, luego de considerar la inflación.

Además del precio, Parnham atribuye las bajas ventas a otros dos factores clave: “En 1982, Estados Unidos estaba en medio de una recesión y fue el peor invierno en mucho tiempo. Nada se vendía”.

Mientras otros emprendimientos podrían haber resistido a la tormenta, la inclinación de John DeLorean por mujeres hermosas, fiestas hasta la madrugada y nefarios tratos de negocios afuera de la fábrica fueron objeto de un fuerte escrutinio por parte de los medios… particularmente cuando al diseñador lo encontraron con un maletín lleno de cocaína.

Lo acusaron de traficar 24 millones de dólares en drogas ilegales, pero luego de un juicio prolongado y muy divulgado, lo declararon no culpable. A pesar del veredicto, el daño ya había sido hecho. Como lo decía el mismo DeLorean en tono de broma, “¿Me comprarías un auto usado?”

La fábrica se quedó sin dinero, y la compañía entró en la quiebra. Después de solo 12 meses en producción, la iniciativa completa se vino abajo en 1982.

Como Parnham se lamenta, “‘Volver al futuro’ no iba a estrenarse sino hasta 18 meses después. La publicidad podría haber salvado al auto”.

Mantener vivo el sueño

Stephen Wynne es el director ejecutivo de DeLorean Motor Company, con sede en Houston. La compañía, que no tiene vínculos con la original DeLorean Motor Company creada por John DeLorean, se especializa en el servicio, restauración y venta de autos y repuestos DeLorean.

Wynne, quien trabajó como mecánico que reparaba autos DeLorean en 1982, admira su diseño “eterno”, particularmente el exterior de acero inoxidable y las famosas puertas de ala de gaviota.

“Si te vas a principios de los ochenta, el ambiente automotriz era bastante aburrido. Las regulaciones estaban cambiando en Estados Unidos respecto a la seguridad y las emisiones. Las personas ya no sabían qué iba a ser legal”, dice Wynne.

“El hecho de que John DeLorean pensara en crear un auto tan único… algo tan aventurero era un gran riesgo. El DeLorean era el Tesla de hoy en día. Rompía todas las reglas”.

Bob Gale, quien se refiere a John DeLorean como el “rebelde de los libros de texto para el diseño de autos” está de acuerdo: “Una de las cartas más agradables que nosotros (Steven Spielberg, Robert Zemeckis, Bob Gale) alguna vez recibimos de un fan fue de John DeLorean. Él escribió una carta que simplemente decía ‘gracias por mantener vivo mi sueño’”.