(CNN) – Después de fotografiar 500 aulas de clases en 21 países por más de 8 años, Julian Germain empezó a ver coincidencias…”uniformidad en la diversidad”, como él lo llama.
Las habitaciones alargadas llenas de sillas, mesas y pupitres, y un adulto de pie enfrente de una pizarra tradicional o de una pizarra interactiva.
“Todo lo relacionado con su mundo —el edificio, libros escolares— es creado por adultos”, dijo. “El tema subyacente es la responsabilidad que tienen los adultos por sus futuros”.
Para su obra “Retratos de aulas”, el fotógrafo británico organizó sus sesiones de fotografía desde la perspectiva del maestro. El efecto es un nuevo giro en el retrato del aula, uno que deshace las hileras escalonadas y el insulso telón de fondo por un escenario más natural.
Las fotografías de Germain fueron tomadas en África, América del Norte y del Sur, el Caribe, Medio Oriente y Rusia… principalmente, lugares que él ya estaba visitando entre el 2004 y 2012 por su trabajo como fotógrafo documental y de retratos. Él lanzó una colección de retratos en un libro en el 2012. Actualmente, están en exhibición en Towner Art Gallery en East Sussex, Inglaterra, y estarán allí hasta enero.
Cada sesión de fotografías duró un solo período de clase, en el que Germain pasó la mayor parte del tiempo instalando los equipos, mientras los niños se dedicaban a sus lecciones.
Pasaba los últimos 15 minutos colocando a los estudiantes en una “cuidadosa coreografía” para asegurarse de que cada uno tuviera su propio espacio y que no quedara nadie escondido detrás de otro compañero de clase.
Por último, puso la cámara lo más cerca posible a la altura de los ojos para que se viera más realista.
“La forma más fácil sería poner la cámara por encima de ellos y ver hacia abajo al grupo, pero eso brinda una perspectiva poco real y obtienes ángulos desagradables”, dijo.
“Me gusta pensar que la cámara toma el papel de maestro, y la cámara se convierte en una metáfora para el profesor”.
Al usar una larga exposición de la profundidad de campo para capturar detalles de los rótulos en las paredes, él se las arregló para lograr la hazaña de que los niños se sentaran quietos durante algunos segundos a la vez, creando una sensación de intimidad.
“Ese momento cuando la fotografía de hecho es tomada es bastante agradable e intenso porque todo el mundo está concentrado”, dijo.
Al igual que gran parte de la fotografía, también es algo político.
“Para mí, se trata de la sensación de ser desafiado a sentir que somos responsables de la comunidad; ellos son nuestra responsabilidad y no solo se trata de pensar en nuestros hijos”, dijo.
“Se trata de la sociedad y de lo que debería ser la responsabilidad de un gobierno, así como lo que debería ser la responsabilidad de la gente”.