Rafael de Jesús Minaya, un niño dominicano asegura que la paz mundial aún es posible.

(CNN Español) – En momentos de tensión internacional donde la palabra “guerra” resuena cada vez más en los titulares, un niño dominicano asegura que la paz mundial aún es posible, convicción que le compartió al papa Francisco.

“Le dije que hacía falta más fábricas de paz y que debemos detener las fábricas de la guerra, que son muchas”, recuerda Rafael de Jesús Minaya sobre su encuentro con el pontífice el pasado noviembre durante una audiencia realizada en el Vaticano, dedicada a los refugiados de Libia.

En dicho evento, Minaya fue el único participante de América Latina. Y fue allí donde le entregó a Francisco el ‘Reloj de la Paz’, precisamente en señal de que “ha llegado la hora de la paz” y que no hay cabida para más conflictos armados ni intolerancia.

Rafael de Jesús Minaya durante su encuentro con el pontífice el pasado noviembre durante una audiencia realizada en el Vaticano, dedicada a los refugiados de Libia.

Asimismo, el reloj es símbolo del proyecto relacionado con las adopciones de refugiados que luchan a diario para sobrevivir y ser aceptados.

Rafael ha visto al papa en persona dos veces. Y es que a su corta edad es Embajador de la Fábrica de la Paz, un organismo que busca movilizar instituciones, medios de comunicación, autoridades eclesiales, así como organizaciones no gubernamentales, fuerzas del trabajo y de la política para construir un mundo pacífico.

Otro aspecto que le preocupa a sus 15 años es la “guerra que se vive en las casas y en las escuelas”. Asegura que es tiempo de que acabe la violencia contra la mujer y contra los niños que son víctimas de acoso o bullying. Esos acosadores “tienen que poner a Dios en sus corazoncitos”, explica.

Su madurez no es cuestión de suerte. Rafy, o “El campeón”, como le llaman sus seres queridos, es visto como un milagro de vida por doctores y familiares.

Nació con una condición médica conocida como cardiopatía dilatada. Con esta deficiencia, se le dificultaba correr, subir escaleras y hacer actividades como un niño de su edad. Tras su diagnóstico, Rafy no hizo otra cosa que empeorar con los años, hasta que los médicos le sugirieron un trasplante de corazón para salvarle la vida.

Rafy, o “El campeón” como le llaman sus seres queridos, es visto como un milagro de vida por doctores y familiares.

En 2014 viajó a España para someterse al procedimiento, gracias a las gestiones de la vicepresidenta dominicana, Margarita Cedeño de Fernández.

“Estoy muy contento. Es como si lo hubiera tenido desde que nací”, afirma Rafy, quien actualmente permanence en Barcelona para completar su recuperación.

Planes de “embajador”

Su padre y su hermana, Rafael y Rosanny Minaya, dicen extrañarlo en su natal Santiago, República Dominicana, y tienen ya todo listo para su regreso.

“Rafy fue siempre un niño muy optimista, muy positivo. A pesar de las circunstancia, de las situaciones –adversas- que estaba viviendo, decía ‘yo estoy bien’ para darnos ánimo”, cuenta Rosanny.

Pero, de su lado, el pequeño embajador dice que está abierto a las posibilidades ahora que tiene “un nuevo corazón” y una “segunda oportunidad” para seguir viviendo junto a los suyos.

“Casi nadie logra conocer al papa y yo lo conseguí, entonces yo digo que Dios tiene algo grande conmigo… Tal vez sea como asistente del papa o algo parecido”, comenta con un nuevo brillo en sus ojos y dejando escapar una sonrisa llena de vida e ilusión.