(CNNMoney)– El dispositivo Google Glass fue un fracaso.
Al menos, de acuerdo con la mayoría de personas. Pero no para un grupo específico: las personas con Parkinson. Ellos han estado experimentando con un nuevo software para el dispositivo Google Glass, y dicen que mejora la calidad de sus vidas.
Las personas que tienen Parkinson enfrentan desafíos con sus habilidades motoras. Joy Esterberg, quien fue diagnosticada con Parkinson en 2013, compara la sensación con moverse a través del lodo. Ella fue parte de quienes adoptaron inicialmente el software para Google Glass, el cual ha estado en desarrollo durante el año pasado.
“Es algo parecido a la ciencia ficción”, dijo Esterberg respecto a Google Glass. “Lo que me gusta acerca de esto es que puedo usarlo en casa. Tienes la pequeña pantalla, ves a David bailando, y puedes seguir los movimientos”.
Ella está hablando de David Leventhal, el director del programa “Dance for PD” del Mark Morris Dance Group, el cual ha estado ofreciendo clases de baile gratis para las personas con Parkinson desde 2001.
Cuando un usuario activa Glass, puede elegir entre una variedad de ejercicios, como “calentamiento” o “equilibrio”. Una vez seleccionado, pueden ver a Leventhal o a uno de sus profesores proyectados frente a ellos.
Esta tecnología es especialmente importante porque cuando las personas con Parkinson caminan por la calle, algunas veces se quedan inmóviles. Para poder avanzar de nuevo, a menudo necesitan ver los movimientos o los pasos de alguien más. Esto puede ser problemático, especialmente si no hay nadie alrededor.
El software, llamado Moving Through Glass, está basado en ejercicios que se realizan en la clase semanal de Leventhal. Los movimientos tienen sus raíces en el ballet y el baile moderno, e incluyen muchos ejercicios de extensión, los cuales son particularmente útiles con las personas que tienen Parkinson. Algunos estudiantes son muy móviles, mientras que otros están confinados a sillas de ruedas y se ejercitan con asistencia.
Para poner en marcha el proyecto de Glass, Leventhal solicitó un préstamo de Google de 25.000 dólares. Lo consiguió, y luego se asoció con SS+K, una agencia de publicidad con sede en Nueva York con un fuerte enfoque en la responsabilidad social. Desarrolló el software sin costo por medio de su laboratorio de innovación.
Aunque aún se encuentra en la fase modelo, se espera que el software logre que las personas con Parkinson sean más independientes y seguras de sí mismas cuando salgan.
“Es sorprendentemente normal”, dijo Esterberg. “En Nueva York, nadie se te quedará viendo si tienes algo en tu rostro. Tendrías que tener plumas naranjas en tu rostro para que las personas lo noten”.
Cada vez más estudiantes en su clase de baile estarán usando Google Glass como parte del programa. Alrededor de 50 personas asisten cada semana en Brooklyn, y este es conocido como un lugar de camaradería y aceptación.
“Todos vienen a la clase de baile por una razón”, dijo Leventhal. “Algunas personas vienen para escapar del Parkinson. “Algunas personas vienen porque quieren trabajar en habilidades específicas relacionadas con el equilibrio, la coordinación o la musicalidad”.
No existen datos sobre cuán exitosa había sido la clase, pero Leventhal dijo que él lo ve en las historias de los estudiantes. Un estudiante, dijo, había sido capaz de bailar en la boda de un familiar gracias a la clase. Esterberg dijo que ella baila mejor ahora que cómo bailaba antes de tener Parkinson, porque practica todos los días.
Por ahora, el software para Google Glass aún se encuentra en sus primeras fases, y el estudio de baile tiene 25 pares disponibles para que los estudiantes los tomen prestados. Sin embargo, el futuro es incierto porque Google dejó de vender el dispositivo Google Glass anteriormente este año, al afirmar que se enfocará en versiones futuras.
Independientemente de cómo sea Glass 2.0, Leventhal dijo que sus estudiantes tendrán mucha retroalimentación y, sin importar lo que pase, seguirán bailando. Esterberg sin duda lo hará, y dijo que espera que más personas se den cuenta de que el hecho de ser diagnosticados signifique que tengan que dejar de bailar.
“Puedes hacer cosas nuevas”, dijo. “No tienes que aceptar sencillamente que el Parkinson es el final de todo, porque verdaderamente no lo es”.