Alejandro Aravena es el ganador del "Premio Nobel" de arquitectura, el Premio Pritzker. Estos son algunos de sus grandiosos diseños.

(CNN) – Alejandro Aravena, el arquitecto chileno con consciencia social y famoso por construir “la mitad de una buena casa” es el ganador del Premio Pritzker de arquitectura de este año, el más alto honor de la profesión.

Tom Pritzker, el presidente de Hyatt Foundation, la cual otorga el premio, se refirió a Aravena como “un arquitecto que profundiza nuestro entendimiento de lo que verdaderamente es un diseño grandioso”.

Aravena –quien, a los 48 años de edad, está entre los ganadores más jóvenes del estimado premio– es mejor conocido por crear viviendas sociales ingeniosas y de bajo costo. Su oficina, ELEMENTAL, con sede en Santiago, ha construido más de 2.500 unidades de viviendas desde el 2000, y se ha centrado en migrantes urbanos desatendidos… incluyendo un proyecto en Iquique, Chile en 2003, en el que la firma construyó unidades de vivienda que tenían la apariencia de ser la mitad de una casa, en las que la intención era que los residentes extendieran su propio espacio de vivienda en el sobrante vacío.

"La mitad de una buena casa", financiada con dinero público. El bloque amarillo, ocupado, muestra como el estándar de clase media pueden lograrlo los mismos residentes.

Aunque tiene poca notoriedad entre el público en general en Estados Unidos o Europa, Aravena es reconocido por sus compañeros como uno de los principales arquitectos del mundo, y en la última década ha recibido prestigiosos premios de arquitectura como el Premio Marcus y la Medalla Erich Schelling. Formó parte del jurado del premio Pritzker durante seis años antes de ganar este año.

En años recientes, en un comunicado que acompaña el enfoque del premio acerca del diseño que se une con el talento artístico con impacto social, Pritzker dijo: “Su obra construida ofrece la oportunidad económica para los menos privilegiados, mitiga los efectos de los desastres naturales, reduce el consumo de energía y proporciona un espacio público acogedor”.

Para Aravena, que habla por teléfono desde su oficina en Santiago, Chile, el premio es una recompensa para el equipo de cinco socios de su oficina, por un enfoque coherente que se ha unido para explorar nuevos campos y que se ha rehusado a ser intimidado por lo desconocido:

“Todo lo que hemos hecho es un territorio inexplorado [para nosotros]. En el 2000, cuando empezamos la vivienda social, yo no tenía idea de lo que era un ‘subsidio’, por lo que de alguna manera hemos sido muy consistentes y rigurosos en el uso de nuestra propia ignorancia como una herramienta de gran alcance”.

“La mitad de una buena casa” en Constitución, Chile. Construido después de que un tsunami arrasó la ciudad en 2010

Su profesión es conocida por su enfoque de diseño participativo, donde los arquitectos trabajan con el público y los usuarios finales de las construcciones desde el principio: no con el objetivo de “co-diseñar” la construcción, dice, sino para definir líneas de investigación que liberan los proyectos más complejos de las complicaciones innecesarias. Él dice que el enfoque significa hacer “preguntas tontas”.

“Si eres una persona ajena minuciosa y prestas especial atención a la información, entonces, con el tiempo, formulas esas preguntas tontas que te permiten avanzar”.

Construido sobre la confianza

Incluso antes del anuncio del premio, el 2016 estaba destinado a ser otro año innovador para Aravena. Fue elegido en julio pasado como director de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2016 –su primera actuación como director– la cual será testigo de su enfoque en “varias batallas que necesitan ser ganadas” a fin de mejorar la calidad de nuestro ambiente construido.

Esto es típico del enfoque de Aravena, cuyo objetivo, según él comenta, es ver que el talento arquitectónico “clásico” complemente la arquitectura “con orientación social” o “de resolución de problemas”, la cual se encarga de los asuntos ambientales, económicos y sociales de su tiempo.

Las Torres Siamesas de ELEMENTAL

Los jurados de Priztker escogieron y elogiaron el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, el sexto edificio educativo que Aravena ha diseñado para su alma máter, la Universidad Católica de Chile. Una declaración con el premio manifestó su admiración por la “madurez” del edificio de concreto, el que, a pesar de todo, se ve inundado con luz a través de un atrio central de cristal. La concha garantiza que el consumo de energía es mínimo, y el diseño ha sido elogiado ampliamente por definir una apariencia innovadora y contemporánea que contrasta con los edificios con paredes de cristales que son comunes en las ciudades modernas.

Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile

Pero se puede decir que el mayor reconocimiento internacional lo ha recibido después de liderar ELEMENTAL, el llamado “Do Tank” que fundó en 2001… una asociación aparentemente insólita entre su equipo de arquitectos, una universidad católica y la compañía petrolera más grande de Chile.

ELEMENTAL ha hecho construcciones en Estados Unidos, México, China y Suiza, pero conserva una estrecha conexión en casa.

Después del terremoto y el tsunami de 2010 que azotaron a Chile, ELEMENTAL fue llamado a hacer un plan maestro para la reconstrucción de la ciudad de Constitución, Chile… un proyecto en el que ellos sirvieron como punta de lanza de un enfoque participativo democrático, incluso al mismo tiempo que mantenía el ritmo de las necesidades urgentes de reconstrucción.

La construcción de la mitad de una casa –como lo hizo nuevamente en Constitución– fue una decisión que nació a raíz de la necesidad, al trabajar con únicamente 7.000 dólares de subsidio por familia para cubrir los costos, entre los que se contaban el terreno y la infraestructura.

Pero también le dio a los residentes el poder económico de decidir sus propias prioridades, y aquellos que podían pagar una ampliación, aumentaron el valor de su propiedad, lo cual podía usarse como garantía para préstamos bancarios a fin de reiniciar los negocios devastados.

Constitución, Chile ha ido renaciendo mediante un proceso participativo radical liderado por ELEMENTAL

“Hay cosas que ellos saben cómo hacerlas mucho mejor que nosotros, y si alguien sabe cómo hacer un uso más eficiente de los escasos recursos, son las familias pobres”, dice Aravena. “Son maestros en el establecimiento de prioridades, y nosotros deseábamos aprovechar esa sabiduría en el sistema”.

Aravena explica: el nuevo papel del arquitecto en 2016

Aravena detalló el desafío a nivel mundial de la urbanización para el arquitecto de hoy en día en una charla TED hace un año, la cual ha sido vista más de un millón de veces. La migración hacia las ciudades equivale a la necesidad de una nueva ciudad para un millón de personas cada semana, dice… todo eso a un costo de apenas 10.000 dólares por familia.

Me pregunto si este urgente desafío es lo que motiva a Aravena, y su sorprendente y optimista respuesta ha esbozado un novedoso papel para el arquitecto en los años venideros:

Alejandro Aravena: “Este proceso de urbanización –de las personas que migran hacia las ciudades– es una gran noticia.

“Cuantas más personas vienen a las ciudades, mejor, en el sentido de que las ciudades son herramientas sumamente poderosas para mejorar la calidad de vida de las personas”.

“Si tomas cada indicador único de desarrollo –desde la mortalidad infantil hasta el acceso a servicios sanitarios, el acceso a la educación y los empleos– es más eficiente ofrecer eso en la forma de una política pública si las personas se concentran en un espacio. En realidad, en todo caso, las ciudades son concentraciones de oportunidad, no la acumulación de casas”.

“La idea es canalizar en lugar de resistir esa capacidad de las personas para que se provean por sí mismas con el ambiente construido”, dice Aravena.

“El problema es que la escala, la velocidad y la precariedad de medios con los cuales tenemos que responder a este proceso de urbanización, no tiene precedente en la historia humana”.

Necesitamos construir una ciudad para un millón de personas, por semana, con 10.000 dólares por familia, a fin de acomodar esta migración hacia las ciudades. Si no resolvemos esta ecuación… no significa que las personas dejarán de venir a las ciudades, de cualquier manera ellos vendrán, pero vivirán en condiciones atroces”.

“Así que, no podremos ser capaces de responder a tal escala y velocidad de la demanda de migrantes urbanos a menos de que usemos la propia capacidad de las personas para proveerse personalmente con el ambiente construido”.

Parque Bicentenario de la Infancia, Santiago, Chile

“Esa es la razón por la que creemos que las favelas [barriadas urbanas apretujadas construidas a la medida por sus residentes] no son parte del problema sino parte de la solución. El recurso más escaso en la construcción de estos nuevos ambientes urbanos no será el dinero, será la coordinación y la simplicidad”.

“Así que el papel del arquitecto será crear la infraestructura correcta para que las fuerzas involucradas sean canalizadas en la dirección correcta”.