Policías caminan por los avisos de personas desaparecidas relacionadas con Gui Minhai (izquierda) y Yau Wentian

(CNN) – Un vendedor de libros y editor de Hong Kong, cuya misteriosa desaparición causó revuelo internacional, ha reaparecido de pronto en la televisión china, aparentemente confesando su participación en un fatal accidente de atropello con fuga en el 2003.

Gui Minhai, un ciudadano chino que también tiene un pasaporte sueco, apareció en la televisión estatal el domingo, diciendo que aceptaba la responsabilidad por el delito y que estaba dispuesto a afrontar sus consecuencias.

Sus partidarios dicen que sospechan que él ha sido secuestrado de Tailandia por agentes chinos porque sus publicaciones han criticado al gobierno chino. Al parecer él ha estado trabajando en un libro que detalla los amoríos del presidente de China, Xi Jinping, para la casa editorial, Causeway Bay Books, según Albert Ho legislador pro demócrata de Hong Kong.

Sin embargo, durante la aparición, dice que él fue a China voluntariamente para ver a su anciana madre y mitigar su culpabilidad respecto a un incidente de atropello y fuga en el 2003.

Confesión televisada

La agencia de noticias estatal de China Xinhua informa que Gui, de 51 años, fue declarado culpable de conducir ebrio en agosto del 2004.

Al parecer fue sentenciado a dos años de prisión, lo cual fue aplazado por dos años, luego de golpear y matar a una estudiante universitaria.

Xinhua afirma que, por temor a la cárcel, se dio a la fuga en el 2004. La policía china supuestamente ha estado buscándolo desde entonces, aunque según Leung Chun-ying, jefe ejecutivo de Hong Kong, su caso nunca fue referido a la policía de Hong Kong.

“El caso de Gui Minhai no ha sido informado a la policía de Hong Kong o al gobierno de Hong Kong”, les dijo a los periodistas. “Le damos mucha importancia a esta y a cualquier otra información que pueda ayudar a la policía de Hong Kong y al gobierno de Hong Kong a entender mejor el caso”.

Varias personas protestan por la desaparición de varios vendedores de libros en Hong Kong.

El repentino deseo de Gui Minhai de regresar a China ha sido impulsado por la noticia de que su padre había fallecido y un deseo de pasar tiempo con su madre anciana.

“El hecho de regresar a mi país y entregarme es voluntario. Esto no tiene nada que ver con los demás”, le dijo a la televisión estatal china CCTV en una entrevista.

“Debo asumir la responsabilidad legal de mis propias acciones, y yo estoy dispuesto a aceptar cualquier castigo”, dijo ante la cámara.

“Aunque ahora tengo la nacionalidad sueca, en el fondo me considero un chino. Espero que las autoridades suecas respeten mis opciones personales, mis derechos y la privacidad, y que me permitan enfrentar mis propios problemas”.

Los funcionarios suecos se negaron a comentar sobre los últimos acontecimientos.

“Estamos al tanto de la información publicada en los medios de comunicación”, le dijo un representante de la Embajada de Suecia en Beijing a CNN.

“Seguimos buscando aclaraciones de las autoridades chinas”.

¿Medidas enérgicas?

Una reciente serie de arrestos de abogados y activistas de derechos humanos ha sido motivo de preocupación diplomática y ha provocado la condena generalizada de los grupos de derechos humanos.

La semana pasada un activista sueco de derechos humanos fue detenido en China. Funcionarios suecos le dijeron a CNN que habían visitado al detenido y “él se sentía bien, a pesar de las circunstancias”.

Al igual que Gui Minhai, otros cuatro vendedores de libros de Hong Kong también han desaparecido, lo que provocó protestas callejeras y avivó las preocupaciones de la usurpación del gobierno de Beijing a pesar de la autonomía de la ciudad, la cual fue garantizada por un acuerdo chino-británico conjunto, firmado en 1984.

La última persona vinculada a la editorial en esfumarse, Lee Bo, desapareció el mes pasado.

“La reaparición de Gui bajo custodia china refuerza las preocupaciones sobre el destino de sus otros socios”, dijo Nicholas Bequelin, director de Asia Oriental en Amnistía Internacional.

“No podemos descartar que la ‘confesión’ en video de Gui Minhai fuera hecha bajo coacción. Queremos asegurarnos de que tiene acceso a un abogado, según lo estipulado bajo la ley china”.

También planteó que el segmento de CCTV no parecía abordar la secuencia de eventos que llevó a Gui de Tailandia a la custodia en China.