(CNN) – Si se te antojan unos chocolates o unas papitas fritas después de un día intenso, es porque no has dormido, sugiere un estudio. Los investigadores encontraron que la falta de sueño podría producir que se aumente el apetito y se tengan antojos de comidas poco saludables.
De acuerdo con los Centros de Control para las Enfermedades, uno de cada tres adultos estadounidenses no duerme lo suficiente y casi el mismo porcentaje son obesos. El autor del estudio, Erin Hanlon, quiso investigar la relación entre esos dos problemas de salud pública.
“La evidencia de laboratorio y de estudios epidemiológicos han empezado a mostrar factores asociados entre la falta de sueño y el riesgo de obesidad”, dijo.
Dormir poco puede ser un factor de riesgo porque aumenta el hambre debido al delicado balance entre los nutrientes consumidos y la energía que requiere estar despierto, que permaneces más o menos igual aún si has dormido o no.
El estudio de Hanlon publicado en la revista científica Sleep, comparó a 14 adultos saludables que tenían 4 noches de descanso normal (8,5 horas) con otros que sólo dormían 4,5 horas esas mismas cuatro noches. A ambos grupos les dieron comidas debidamente preparadas. En el último día, a los participantes les dieron una comida balanceada, y después les dejaron escoger su propia comida, incluyendo snacks como galletas, dulces y papas fritas. Los que habían dormido poco fueron más propensos a querer comida chatarra.
Las investigaciones sugieren que la falta de sueño afecta los niveles de endocanabinoides, químicos del cerebro que están encargados de regular el apetito y responsables de los mismos receptores que se estimulan con la marihuana.
El equipo de Hanlon de la Universidad de Chicago, la Universidad Libre de Bruselas y el Medical College de Wisconsin, pudo determinar la medida de concentración de un endocanabinoide en particular llamado 2AG. Para ambos grupos, el estudio determinó que esos niveles correspondían al nivel de hambre y la cantidad de comida que se ingiere.
Bajo condiciones de sueño normal, la concentración de 2AG gradualmente se incrementa en la sangre durante el día, llegando a su máxima en la tarde, lo que coincide con el hambre en las horas antes de la cena.
Pero para los sujetos que habían dormido menos, no sólo descubrieron niveles superiores de 2AG, sino que los participantes tenían más hambre y eran más propensos a consumir bocadillos poco saludables.
“El aumento en la concentración de endocanabinoides ocurría al mismo tiempo que las personas decían sentirse más hambrientas”, dijo Hanlon. “Definitivamente fue sorprendente ver ese aumento”.
Este estudio es un paso importante para entender la relación del sistema Endocanabinoide, la falta de sueño y el aumento de peso, dijo Hanlon.