(CNNMoney) – Miles de trabajadoras domésticas en Hong Kong son tratadas apenas poco mejor que esclavas modernas, según un nuevo informe.
Justice Centre, una organización de derechos humanos sin fines de lucro, dice que su estudio de 1.049 empleadas domésticas encontró que una de cada seis es víctima de trabajo forzoso y enfrenta abusos laborales como violencia física, explotación salarial y privación de comida y descanso. De ellas, el 14% fueron víctimas de tráfico.
Hong Kong es una de las ciudades más ricas del mundo, un centro financiero repleto de brillantes rascacielos, tiendas de lujo y magnates multimillonarios. Es también hogar de 336,600 trabajadores domésticos migrantes. Con base en las conclusiones del informe, hasta 56,000 de ellos podrían estar realizando trabajo forzoso.
“Hong Kong tiene que admitirlo; el gobierno ya no puede darse el lujo de simplemente esconder estos problemas debajo de la alfombra”, dijeron Jade Anderson y Victoria Wisniewski Otero, coautoras del informe, que estudió a trabajadores de ocho países.
Una trabajadora doméstica que escapó de un empleador abusivo dice que fue pateada, golpeada, alimentada con comida podrida y obligada a trabajar 20 horas al día durante casi un año.
“Me sentía muy, muy asustada”, dijo Mun, de 23 años, a CNNMoney. “Creía todo el trabajo en Hong Kong era así… [y que] nadie me podía ayudar”.
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Hong Kong comenzó a permitir que los trabajadores domésticos extranjeros trabajaran en el territorio en la década de 1970 para compensar la escasez de personal local. Muchos llegan a través de agencias directamente desde sus países —Indonesia, Filipinas y otros países asiáticos— y no conocen al empleador antes de firmar un contrato que les exige vivir y trabajar en sus hogares. Por ley, solo tienen derecho a un día de descanso a la semana.
“Los trabajadores domésticos migrantes son especialmente vulnerables al trabajo forzoso, debido a que la naturaleza de su ocupación puede desdibujar los límites entre la vida laboral y aislarlos tras puertas cerradas”, dijo Justice Centre en el informe.
El gobierno de Hong Kong dijo que estaba comprometido a proteger los derechos de los trabajadores domésticos extranjeros.
“Nuestra legislación local proporciona un marco sólido y probado para combatir la trata de personas”, dijo un portavoz del Departamento de Seguridad en un comunicado enviado por correo electrónico a CNN.
Golpeada, pateada y abofeteada
Mun llegó a principios del año pasado, emocionada por comenzar un trabajo que esperaba que la ayudaría a mantener a su madre enferma en su ciudad natal.
Su salario mensual era de 4,110 dólares de Hong Kong (530 dólares estadounidenses), el mínimo legal en aquel entonces, y cuatro veces más de lo que ganaba en un restaurante en Indonesia por lavar los platos y atender las mesas.
Como es requerido por la ley, vivía con su empleador. Su habitación era un armario estrecho, mucho más pequeño que los 80 pies cuadrados (7.4 metros cuadrados) establecidos en su contrato.
Alrededor de un mes después de su llegada, comenzó el abuso físico. Recibió puñetazos, patadas y bofetadas por parte de su empleador por no limpiar bien un rincón o por poner las cosas en el lugar equivocado.
Mun, quien no quiso dar su nombre completo debido a que su caso aún está siendo investigado por las autoridades locales, dijo que la familia para la que trabajaba solo le permitía comer comida que se había podrido, y que a menudo se enfermaba como resultado de ello. Eso la dejaba con poca energía para las jornadas de 20 horas, y a menudo sus salarios eran descontados.
Pero no podía irse, dijo, porque la agencia de contratación retenía su pasaporte. También debía grandes sumas de dinero, hasta el 75% de su salario mensual, debido a que la agencia la había obligado a tomar un préstamo con un prestamista local para pagar las tasas de colocación de empleo.
Un día a finales del año pasado, después de otra paliza, finalmente decidió huir cuando la familia estaba fuera, y logró llegar a un refugio local. Pesaba solamente 34 kilogramos, y tenía varias cortadas y contusiones por todo el cuerpo. Mostró a CNNMoney fotografías tomadas por un amigo ese día.
Ningún lugar a dónde ir
Mun se encuentra entre el grupo de trabajadores domésticos que el Justice Centre dice que son los más vulnerables: están en su primer contrato, tienen una deuda importante vinculada a su reclutamiento y fueron contratados fuera de la ciudad.
El grupo quiere que Hong Kong promulgue leyes para convertir el trabajo forzado en un delito independiente, suprimir el requisito de que el personal doméstico viva con los empleadores, regular con más atención las agencias de contratación, estipular lo que se considera un alojamiento y alimentos apropiados, así como fijar las horas máximas de trabajo.
Otros grupos de defensa han hecho llamados similares, generados por un importante caso de abuso que salió a la luz en 2014.
La empleada doméstica indonesia Erwiana Sulistyaningsih fue mantenida prisionera y torturada por la ama de casa de Hong Kong Law Wan-tung, quien la privó de alimentación, sueño y pago durante largas horas de trabajo. Law fue posteriormente encontrada culpable por un tribunal local de encarcelar y abusar de su empleada.
El proceso legal exitoso fue una rara excepción, y muchos más casos de abuso no son perseguidos, dicen los defensores.
Uno de cada tres hogares de Hong Kong con niños tienen una empleada doméstica, según el Justice Centre. Estos trabajadores migrantes representan el 10% de la población activa de Hong Kong, y la mayoría de ellos son mujeres.
Vivian Kam contribuyó con este reporte.
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