NUEVA YORK (CNNMoney) – La batalla de Apple con el FBI por el iPhone del terrorista de San Bernardino quizá no ocurra después de todo. Pero una batalla mayor está lejos de acabar.
La compañía se opone a similares demandas de los federales en al menos una docena de otros casos que siguen activos. Las órdenes de la corte en esos casos piden que Apple ayude a las agencias de seguridad a burlar la seguridad de los móviles iPhone de los sospechosos.
Todos los casos se centran bajo una misma pregunta: ¿Qué tan lejos puede la ley obligar a una compañía tecnológica ayudar al gobierno para acceder a información almacenada en un dispositivo electrónico? El gobierno cita a una ley de 1789 para llenar los huecos en otras leyes: la ley All Writs.
Apple ya ganó una de esas batallas.
En una corte de distrito de Brooklyn, el juez James Orenstein falló el mes pasado que el Departamento de Justicia no puede usar la ley de 1789 para obligar a Apple a que brinde acceso a un iPhone propiedad de un sospechoso de tráfico de drogas.
“Las implicaciones de la posición del gobierno tienen un gran alcance, en términos de lo que podría permitir ahora y de lo que implica la intención del Congreso en 1789, como para producir resultados inadmisiblemente absurdos”, dijo Orenstein en el fallo.
Sin embargo, debido a los detalles del caso, no se sabe si el fallo de Brooklyn resolverá de fondo el debate.
El iPhone 5s del presunto traficante de drogas estaba usando iOS 7, una versión del sistema operativo de Apple menos seguro y más viejo. Como resultado, el juez llegó a la conclusión de que el Departamento de Justicia podría obtener mucha, o quizá toda la información que buscaba sin siquiera introducir una contraseña, o sin la ayuda de Apple.
El Departamento de Justicia espera apelar el fallo. En una señal de que el caso de Brooklyn podría convertirse en una batalla mayor, el poderoso abogado de Apple Theodore Boutros anunció el viernes que representará a la compañía en dicho caso. Él también es el abogado de Apple en el caso de San Bernardino.
Apple y las agencias de seguridad tenían gran esperanza de que el caso de San Bernardino resolviera el debate. Pero eso quedó frenado el lunes, luego de que el FBI informó que podría haber encontrado una forma de ingresar, sin la ayuda de Apple, al iPhone 5c usado por el atacante de San Bernardino, Sayed Farook.
El Departamento de Justicia tiene hasta el 5 de abril para notificar a la corte sobre si tuvo éxito en su intento por ingresar al teléfono. Si lo puede hacer sin necesitar la ayuda de Apple, el caso podría no continuar a discusión.
No está claro si alguno de la docena de otros casos ayudará a resolver la pregunta central. La información sobre esos casos es difícil de obtener, debido a que la mayoría está bajo secreto de sumario, por lo que se desconoce qué tipos de móviles iPhone el FBI intenta desbloquear.
Los nuevos teléfonos iPhone son más difíciles, si no imposible, de desbloquear por parte de las agencias de seguridad.
Un vocero de Apple dijo que la compañía no ofrecerá información sobre sus otros casos legales pendientes.
Las batallas de Apple por la encriptación no solo están pasando en una corte federal. Fiscales estatales también necesitan información de teléfonos para completar investigaciones criminales.
El fiscal de distrito de Manhattan Cyrus Vance testificó ante un comité de la Cámara de Representantes el mes pasado y dijo que su oficina no pudo obtener acceso a más de 205 teléfonos iPhone. La mayoría de ellos son iPhone 6 o modelos más recientes que tienen una encriptación más fuerte que los viejos.
Es por ello que Vance se podría convertir en un feroz activista a favor de que se clarifique, ya sea en la corte o a través de legislación, sobre los límites legales de las órdenes de búsqueda cuando está involucrada la encriptación.
Al final, si se desean evitar todas esas batallas legales en el futuro, Apple tendrá que hacer más seguros sus teléfonos móviles. Si construye un iPhone que no se puede desbloquear, entonces no podría ayudar a las agencias de seguridad a sobrepasar la contraseña del sospechoso.