(CNN Español) – Perú es un protagonista de la industria alimenticia global. Con productos como la palta, la quinua y el arándano, empresas peruanas trabajan con innovación para impulsar la fuerza de la agroindustria. ¿Cuáles son las claves del desarrollo de este sector? Fuerza en Movimiento lo exploró con empresarios, académicos y estudiantes de la Maestría en Administración de Agronegocios de la ESAN Graduate School of Business en Lima.
En el marco del foro Fuerza del Milenio, Gabriela Frías analizó los factores claves de la tecnología, la gestión del personal y las técnicas de sostenibilidad en la agroindustria peruana en compañía de Marco Vinelli, profesor de la Maestría en Administración de Agronegocios de la ESAN; Samuel Dyer, presidente de Camposol; César Zorrilla, CEO de Organic Sierra y Selva; y Jorge Montenegro, viceministro de Desarrollo e Infraestructura Agraria.
En un país en el que el 35% de la innovación opera en ese sector, la Ley de Promoción Agraria ha sido un elemento crucial para impulsar la inversión, según acordaron los panelistas. “Tenemos un marco jurídico que nos ha permitido atraer inversiones”, explicó Dyer, líder de la mayor exportadora de aguacate o palta de Perú, una empresa que ahora apuesta por el arándano. Además, los empresarios aseguraron que sería inconveniente acabar con esa política, y afirmaron que el programa de diversificación productiva ha sido clave para el desarrollo.
¿Por qué los agronegocios sacan la cara en la economía de Perú? “En la agricultura tenemos más ventajas que en otros sectores y eso nos permite desarrollarnos”, dijo el profesor Vinelli. Y en Perú, donde otros sectores como la minería han sido importantes, la innovación es clave para desarrollar todo el potencial en nuevos campos económicos. Dyer lo definió así: “La agricultura es un jet que está despegando en Perú”.
Para el viceministro Montenegro, es fundamental la articulación de la empresa privada, la academia y el Estadio. “La agricultura no solo es un motor en marcha, sino que tiene una velocidad de avance”, dijo Montenegro.
No obstante, aún hay desafíos por resolver para seguir avanzando. Zorrilla dijo es es necesario que las políticas públicas —incluyendo seguridad e infraestructura vial— sirvan para reducir los costos logísticos e impulsar la competitivad. “Habría que redefinir, reorientar y priorizar la inversión pública para que los empresarios podamos llegar hasta el último productor”. Dyer está de acuerdo en que la infraestructura debe mejorarse: con buenas carreteras, puertos en funcionamiento y más y mejores aeropuertos, los costos se reducirían, dijo.
Pero el avance de la agroindustria también ha servido para dar una mirada a los retos y oportunidades en el campo de la responsabilidad social y el manejo de personal. Dyer dijo que su empresa busca “trabajar por los hijos de nuestros trabajadores”, procurando que sean bilingües y “tengan colegios de calidad”. Zorrilla puso sobre la mesa un concepto para algunos novedosos: el valor compartido. El viceministro Montenergo, por su parte, dijo que “debemos hacer que el agricultor se sienta parte del desarrollo. Hay que comunicar y alcanzar las oportunidades”.
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El empresario de Sierra y Selva César Zorrilla explicó que, alejado de la percepción de que los empresarios se enriquecen a costa de los trabajadores, su empresa impulsa el valor compartido entre empresas y comunidades, lo que no solo da como resultado lealtad de productores y trabajadores, sino beneficio económico tanto para la empresa como para los involucrados en la cadena de producción.