David Fernández, capitán de la Marina Mercante de España.

David Fernández, capitán de la Marina Mercante, trabaja como director de Seguridad, Personal, Riesgos y Gestión en Naviera Murueta, en Bilbao. En 2012 le dieron la peor noticia: sufría cáncer de pulmón.

Acostumbrado a fumar tres paquetes de tabaco diarios, este asturiano, afincado en Bilbao, que entonces tenía 53 años, tuvo que abandonar el tabaco y, lo que era más complicado: buscar un tratamiento para su enfermedad, ya extendida a otros órganos de su cuerpo.

“Cuando me dijeron que tenía cáncer de pulmón fue un golpe bajísimo porque estaba expandido por todo el cuerpo. Me encontraba desahuciado”, recuerda David.

Las seis sesiones de quimioterapia que recibió en un hospital de su entorno no sirvieron para combatir la enfermedad. Por este motivo, su oncólogo le propuso consultar su caso en la Clínica Universidad de Navarra, centro pionero en el desarrollo de ensayos clínicos.

El doctor Alfonso Gúrpide, especialista en Oncología, describe el estado en el que David llegó a la Clínica: “se encontraba en una situación muy delicada porque los tratamientos clásicos no estaban funcionando. Pero disponíamos de un ensayo con un fármaco inmunoterápico de última generación, que se llama Pembrolizumab, y que ya está aprobado para esta indicación. Así que se lo propusimos”.

David, que para entonces ya había perdido el 60% de su voz, no lo pensó dos veces. A los días fue a Pamplona y le confirmaron que podía entrar en la investigación. Según el doctor Gúrpide, “para entrar en el ensayo, de dos años de duración, tenían que ser pacientes con la enfermedad en estadio más avanzado, el IV”.

Meses después, David comenzó el tratamiento. Cada 21 días, este capitán de barcos debía recibir en el Hospital de Día de la Clínica, vía intravenosa, el fármaco Pembrolizumab. “Lo que le ha ocurrido a David, después de dos años de tratamiento con inmunoterapia, es que su cáncer de pulmón se ha quedado reducido a unas pequeñas cicatrices, se ha cronificado”.

David se encuentra ahora “perfectamente”, ha vuelto a trabajar “con una mayor intensidad que antes, llevando el control de 16 barcos” y “apreciando más la vida”.