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Nota del editor: Este es el primero de dos artículos sobre el camino a la victoria para Donald Trump y Hillary Clinton. Este miércoles: Así es como Hillary Clinton puede ganar.

(CNN) – Donald Trump intenta lograr una de las mayores remontadas políticas de la historia.

El candidato republicano está regresando de un verano de repetidos tropiezos que amenazaron con minar su candidatura, lo que subraya su habilidad para arañar su camino de regreso y permanecer competitivo a pesar de las controversias que ya hubieran hundido a cualquier otro político.

Trump y Hillary Clinton entran en una crítica fase tras el Día del Trabajo en Estados Unidos, en empate técnico. Una nueva encuesta de CNN/ORC publicada el martes encontró que Trump está adelante de Clinton por dos puntos -45% contra 43%- entre probables votantes. La contienda también está ajustada entre votantes registrados, donde Clinton tiene una ventaja de tres puntos. Ambos resultados están dentro del margen de error.

El que la contienda se haya cerrado es un logro resaltable para Trump, que estaba 10 puntos abajo hace un mes en un resumen de encuestas de CNN.

Trump todavía enfrenta una serie de dificultades que sus números en las encuestas no pueden ocultar. Él ha alineado a gran parte del electorado contra él, especialmente las minorías que en las dos últimas elecciones apoyaron a Barack Obama. Él no tiene mucho apoyo entre las mujeres con educación universitaria, que son un típico bastión republicano, y su organización es rudimentaria en comparación con la maquinaria política de Clinton en estados competitivos donde él todavía está detrás en la mayoría de las encuestas.

El estrecho camino hacia la Casa Blanca

Pero si Trump puede pasar los siguientes 63 días resaltando de forma incesante e implacable las vulnerabilidades de Clinton y evitando más heridas autoinfligidas, puede haber un camino -estrecho, sin embargo- para él rumbo a la Casa Blanca.

“¿Puede él fundamentalmente alterar el enfoque en esta elección ahora mismo, el cual está sobre él?”, se pregunta Bill Lacy, un republicano veterano que dirigió las campañas de Bob Dole y Fred Thompson. “Él necesita que esta elección sea sobre la secretaria Clinton”.

La mejor oportunidad para Trump para modificar la contienda está en los debates presidenciales, los cuales comenzarán el 26 de septiembre y servirán como prueba crítica para su temperamento y conocimiento. Frente a una vasta audiencia televisiva, el candidato republicano puede cambiar las percepciones sobre su carácter y preparación, si puede evitar involucrarse en pifias y choques de personalidad con Clinton.

Él se beneficiará de las expectativas bajísimas, dadas las controversias causadas por su tempestuosa personalidad y la enorme diferencia en experiencia entre Trump y Clinton.

Pero los debates presidenciales formales uno a uno, que personifican la “prueba del comandante en jefe” que muchos estadounidenses buscan como futuro presidente- son una prueba más dura para Trump que los incontables y atestados debates con el resto de los aspirantes republicanos durante las primarias.

No habrá espacio para que el multimillonario se relaje o regenere su energía mientras los rivales se enfrentan y las cadenas van a cortes comerciales. La intensidad del cuestionamiento y su confrontación con una preparada y experimentada Clinton no le dejarán espacio para ocultarse.

Sin embargo, todavía tiene mucho que ganar en los tres debates televisivos programados y él tendrá una oportunidad sin filtros para resaltar las vulnerabilidades políticas de Clinton ante los estadounidenses.

Las desventajas de Clinton

Esas desventajas, el histórico desafío que enfrenta Clinton al buscar un tercer termino consecutivo en la Casa Blanca para su partido y amargo ambiente político de la nación, pueden ayudar a explicar por qué Trump sigue vivo en la contienda.

En recientes semanas, la aspirante demócrata ha sido nuevamente involucrada en controversia por su servidor de correo electrónico privado, misma que ha reavivado preguntas sobre su personalidad y honestidad. Su campaña también se ha visto forzada a negar acusaciones de que hubo tráfico de influencias entre la Fundación Clinton y el Departamento de Estado cuando ella estaba a cargo de la diplomacia estadounidense.

Por su parte, Trump necesita hacer más que simplemente descalificar a Clinton. Él debe mostrar que está listo para dirigir a la nación.

Para lograr una remontada auténtica, Trump debe finalmente establecer una conexión emocional con los votantes afuera de su base natural, que todavía tienen que aceptar su visión de una nación bajo la amenaza del terror y el crimen.

Clinton está apostando por que las minorías que ayudaron a que Barack Obama fuera electo en 2008 y 2012, salgan a votar en masa. Hasta ahora, los intentos de Trump de mejorar su imagen entre los votantes que dudan sobre él han  sido vacilantes y torpes.

Además, Trump tiene menos rutas que Clinton para lograr los 270 votos electorales que necesita para ganar la presidencia.

Él debe ganar en estados republicanos como Arizona y Georgia, donde Clinton ahora es inusualmente competitiva. También debe ganar Carolina del Norte, un estado competitivo en elecciones recientes, sin el cual podría quedarse sin una ruta hacia los 270 votos electorales.

Luego, Trump debe acercarse a Clinton en otros estados competitivos como Iowa, Virginia, Nueva Hampshire, Florida y Ohio.

Finalmente, para llegar a los votos electorales necesarios, Trump debe arrebatar a los demócratas al menos un estado que votó a favor de Obama en 2012.

En Pensilvania, Trump está detrás de Clinton por entre tres y nueve puntos, según encuestas del mes pasado. Otro posible blanco es Michigan, donde encuestas recientes tiene a Clinton adelante por 11 puntos.

Trump debe ganar Pensilvania. Si Clinton gana dicho estado y Virginia, ella solo estará a 10 votos electorales de ganar la presidencia. Eso ocurrirá inclusive si Tump se lleva Ohio y Florida.

Encuesta de CNN: Donald Trump aventaja en 2 puntos a Hillary Clinton |