(CNN) – El presidente de Nigeria Muhammadu Buhari no tomó amablemente los reportes del viernes de que su esposa quizá no apoye su reelección: el lugar de la primera dama es la cocina, dijo.
El comentario descaradamente sexista de Buhari se produjo durante una conferencia de prensa en Berlín junto con una de las mujeres más poderosas del mundo, la canciller alemana, Angela Merkel.
“No sé a qué partido pertenece mi esposa, pero ella pertenece a mi cocina, mi sala de estar y las otras habitaciones”, dijo el presidente, cuya popularidad en el país ha caído en picado en medio de una profunda recesión.
Buhari estaba respondiendo a una entrevista de la BBC en la que su esposa, Aisha, una mujer de negocios y activista, cuestionó su liderazgo y sugirió que quizá no respalde su intento de reelección.
No hubo una reacción inmediata por parte de Merkel.
El portavoz presidencial, Garba Shehu, desestimó más tarde en Twitter los comentarios de Buhari, calificándolos como “bromas”.
“La política a veces debe ser aderezada con humor,” escribió. “Los que estamos a su alrededor sabemos que nunca hay un momento aburrido con él”.
Pero los comentarios sexistas de Buhari suscitaron numerosas críticas en redes sociales.
Buhari relevó el año pasado a Goodluck Jonathan, heredando una nación con la insurgencia militante de Boko Haram y una persistente escasez de combustible, una paradoja para uno de los mayores productores de petróleo del mundo.
Fue juramentado como presidente en mayo de 2015, pero el exgeneral fue uno de los hombres fuertes que dominaron hace décadas en Nigeria. Un golpe militar lo llevó primero al poder en 1983, y otro golpe militar lo derrocó dos años más tarde.
El régimen de Buhari era conocido por su “guerra contra la indisciplina”, que según los críticos se vio empañado por abusos a los derechos humanos.