(CNN) – Una vez más, el papa Francisco dejó a un lado la tradición abriendo sus exclusivos apartamentos de verano a los visitantes.
El palacio apostólico de Castel Gandolfo, residencia de verano y lugar de vacaciones del líder de la Iglesia católica durante siglos, se encuentra a 25 kilómetros de Roma, en el lago Albano.
Veinte habitaciones nunca antes vistas se abrieron al público el 22 de octubre, incluyendo una biblioteca privada, un estudio, una capilla y un dormitorio.
Testigos de la historia
Estas habitaciones han sido testigos de la historia: durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial, las mujeres judías dieron a luz a sus bebés en el dormitorio mientras estaban siendo ocultados por el papa Pío XII.
El dormitorio es también el lugar donde dos papas, Pío XII y Pablo VI, murieron.
El papa Francisco ha visitado el palacio unas pocas veces desde su elección en 2013 y nunca ha pasado la noche allí.
Francisco es famoso por evitar el lujo y no tomar vacaciones, aunque él no es el primer papa que no usa la residencia de verano.
“De los 33 pontífices que podrían haber utilizado la residencia papal de Castel Gandolfo, solo llegaron 15”, dice Sandro Barbaglio, curador de la sección histórica del Museo del Vaticano.
La piscina de Juan Pablo II
El papa que hizo mayor uso de la residencia fue Juan Pablo II, que sorprendió a muchos cuando construyó una piscina en el palacio y fue fotografiada posteriormente por los paparazzi.
Francisco abrió los jardines al público en 2014, y desde el año pasado, los turistas también pueden pasear por ellos en un tren blanco.
El tour incluye una visita a la granja orgánica del papa Benedicto.
La decisión de convertir la residencia en un museo no es necesariamente permanente, según Barbaglio.
“Es una decisión que es permanente hasta que el papa quiera. Esto significa que un futuro papa puede decidir volver a la residencia, por lo que será privada de nuevo”.
Los tours al palacio apostólico se pueden reservar a través del sitio web de los Museos del Vaticano. Los boletos cuestan 10 euros (10,89 dólares) por adulto.