(CNNMoney) – El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó este martes a General Motors: fabrique el Chevrolet Cruze en Estados Unidos o pague altos impuestos.
“General Motors está enviando el modelo de fabricación mexicana del Chevy Cruze a concesionarios de Estados Unidos libres de impuestos por cruzar la frontera. Háganlo en Estados Unidos o paguen un alto impuesto transfronterizo”, tuiteó Trump.
En diciembre pasado, Trump nombró a su directora ejecutiva, Mary Barra, en un panel de creación de empleo.
En un comunicado, General Motors (GM) aseguró que todos los modelos sedán del Chevrolet Cruze que se venden en Estados Unidos son fabricados en Lordstown (Ohio) y confirmó que el único modelo del Cruze que hace en México es el hatchback, aunque se trata de un automóvil fabricado para el mercado global “del cual se venden muy pocas unidades en Estados Unidos”.
Según le dijo GM México a CNN en Español, en el 2016 se vendieron en total en Estados Unidos 190.000 unidades del Cruze, de los cuales solo 4.500 eran hatchback, que son los que se fabrican en México y luego se exporta. En México también se fabrica el Cruze sedán pero solo para mercado doméstico.
Pero GM no es la única compañía automotriz que produce más allá de la frontera estadounidense: Ford, Honda, Toyota y Volkswagen también hacen sus carros en México y los venden en Estados Unidos.
En varias ocasiones, Trump les ha dicho a los fabricantes de automóviles que pretende imponer un arancel del 35% para los carros que se hagan en México para el mercado estadounidense. Pero Trump no puede imponer una tarifa arancelaria a una sola compañía de manera unilateral.
Antes de las elecciones, el presidente electo le hizo la misma advertencia a Ford, que emplea a 8.000 personas en México, casi la décima parte de los empleados que tiene en Estados Unidos.
Los impuestos más altos implicarían que los estadounidenses tendrían que pagar más. Cuando el presidente Ronald Reagan limitó el número de automóviles que Japón podrían enviar por barco a Estados Unidos, los fabricantes estadounidenses incrementaron en los precios en 1.000 dólares, en promedio, sabiendo que enfrentarían menos competencia extranjera.
Es probable que cualquier tarifa arancelaria, además, no sólo se limite a fabricantes estadounidenses como General Motors o Ford. Si ese fuera el caso, esos automóviles serían mucho más caros que otros que también se producen en México y se venden en Estados Unidos, como los Honda, los Toyota y los Volkswagen.
Ford y GM quedarían entonces expuestos a perder clientes en su mercado local frente a competidores extranjeros, algo que los expertos aseguran que no augura nada bueno para Trump.
Patrick Gillespie y Mario González, ambos de CNN, contribuyeron con esta historia.