(CNN) – Se espera que Estados Unidos se mueva con cautela sobre la promesa del presidente Donald Trump de trasladar su embajada en Israel.
Un alto funcionario del gobierno dijo que mover la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén sigue siendo una prioridad para el mandatario, pero advirtió que no iba a suceder rápidamente.
Oren Liebermann, reportero de CNN basado en Jerusalén, nos explica qué está en juego:
¿Por qué se trata de un movimiento crítico?
Si Estados Unidos traslada su embajada a Jerusalén, significaría que Washington reconoce efectivamente a Jerusalén como la capital de Israel. Eso implicaría revocar 70 años de consenso internacional, y, para muchos, sería una señal definitiva del fin de los movimientos para lograr la paz entre israelíes y palestinos.
Un poco de historia…
El plan de partición de la ONU, elaborado en 1947, establece a Jerusalén como una separada “ciudad internacional”. Pero la guerra que siguió a la declaración de independencia de Israel, un año después, dejó a la ciudad dividida. Cuando la lucha terminó en 1949, la frontera del armisticio, a menudo llamada Línea Verde -ya que fue dibujada en tinta verde-, dejó a Israel con el control de la mitad occidental, y a Jordania con el control de la mitad oriental, que incluía la famosa ciudad vieja.
¿Cuándo cambió?
Durante la Guerra de los Seis Días, de 1967, Israel ocupó el este de Jerusalén. Desde entonces, toda la ciudad ha estado bajo la autoridad de Israel. Pero los palestinos, y muchos en la comunidad internacional, siguen viendo a Jerusalén Este como capital de un futuro estado palestino.
¿Alguna vez algún país tuvo su embajada en Jerusalén?
Sí. Antes de 1980, una serie de países, como Países Bajos y Costa Rica, la tuvieron.
¿Qué pasó después?
En julio de 1980, Israel aprobó una ley que declaraba a Jerusalén la capital unida de Israel. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas respondió con una resolución de condena a la anexión de Jerusalén oriental por parte de Israel y la declaró una violación del derecho internacional.
¿Entonces los países trasladaron sus embajadas fuera de la ciudad?
Correcto. En 2006, Costa Rica y El Salvador fueron los últimos países en mover sus embajadas de Jerusalén a Tel Aviv, uniéndose así al resto del mundo.
¿Qué pasa con los consulados?
Algunos países mantienen consulados en Jerusalén, incluyendo Estados Unidos, que tiene uno en la parte occidental de la ciudad. Otros países, como Gran Bretaña y Francia, por ejemplo, tienen un consulado en la parte oriental de la ciudad, que sirve como principal representación de sus países en los territorios palestinos.
Para que quede claro: ¿cuál es la posición de Estados Unidos?
Estados Unidos nunca ha tenido su embajada en Jerusalén. Siempre ha estado en Tel Aviv.
Eso suena bastante claro…
Espera un minuto, se vuelve más complicado. En 1989, Israel comenzó a alquilar a Estados Unidos una parcela de tierra en Jerusalén para una nueva embajada. El contrato de arrendamiento por 99 años cuesta 1 dólar por año. Hasta hoy, el terreno no se ha desarrollado, y sigue siendo un campo vacío.
Sigue…
En 1995, el Congreso estadounidense aprobó una ley que obliga a Estados Unidos a mover su embajada de Tel Aviv a Jerusalén. Los defensores dijeron que EE.UU. debe respetar la elección, por parte de Israel, de Jerusalén como su capital, y reconocerla como tal.
Entonces, ¿por qué no se ha movido la embajada todavía?
Todos los presidentes, desde 1995, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, se han negado a trasladar la embajada, citando intereses de seguridad nacional. Cada seis meses, el presidente ha utilizado la exención presidencial para eludir el movimiento. La próxima vez que saldrá es en mayo.
¿Cuáles son las opciones de Trump si sigue adelante con el traslado de la embajada?
La primera es hacer uso de la parcela que EE.UU. ha estado arrendando desde 1989. Estados Unidos también podría convertir su consulado en Jerusalén en embajada. Una última opción podría ser dejar la embajada en Tel Aviv, pero tener al embajador trabajando en Jerusalén.
¿Cómo han respondido los israelíes?
El gobierno israelí ha alabado la promesa del presidente de Trump de seguir adelante con el traslado de la embajada. El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, ha sido quizás el mayor defensor.
¿Y los palestinos?
Los líderes palestinos insisten en que un traslado de la embajada a Jerusalén sería una violación del derecho internacional, y un enorme revés para las esperanzas de paz.
El presidente del Gobierno Autónomo Palestino, Mahmoud Abbas, se ha dirigido a otros líderes mundiales, entre ellos al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y al rey Abdullah de Jordania, para que le ayuden a presionar a Trump para que cambie de opinión.
La Organización para la Liberación de Palestina ha sugerido que consideraría la revocación de su reconocimiento de Israel, y la cancelación de todos los acuerdos entre israelíes y palestinos si el movimiento tiene lugar. De manera más inmediata, existe el temor de que podría desencadenar una ola de disturbios, protestas callejeras y violencia, en los territorios palestinos y en todo el mundo árabe.