(CNN Español) – Hasta su último día en Ecuador, el expresidente Rafael Correa se aferró a las críticas hacia el actual gobierno de Lenín Moreno, su sucesor. Pero, según el nuevo mandatario, parece que Correa dejó a su paso algo más que una tensión política: un panorama económico preocupante. En palabras de Moreno, la “condición económica de Ecuador es muy difícil, es sumamente difícil”, una declaración que se produjo este martes, un día después de la partida del expresidente.
Durante su pronunciamiento, Moreno criticó sobre la gestión anterior que “se pudo haber sido un poquito más mesurado”. De ahí que haya sostenido que “no hay tal mesa servida”, en referencia a las declaraciones de Correa en las que aseguraba dejar un país en buenos términos económicos.
“Una cosa es lo que se dice y otra es lo que está”, insistió el presidente durante su pronunciamiento a medios locales. Sin embargo, matizó sus declaraciones asegurando: “Entiendo que todo eso fue consecuencia de mucho trabajo y mucho esfuerzo para reinstitucionalizar el país”. Por eso, también se mostró optimista y recalcó que “vamos a salir adelante”.
El mandatario no dio detalles específicos de los sectores económicos o las situaciones a las que hace alusión.
Las cifras
¿Cuál será el plan?
El ministro de Economía y Finanzas de Ecuador, Carlos de la Torre, explicó este martes durante un conservatorio en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador que el gobierno tiene tres prioridades para el sector económico: proteger la dolarización, devolverle al sector privado el rol de motor en la economía y mejorar las condiciones de vida, enfocado hacia una redistribución. Aunque reconoció que hay una situación desafiante, el funcionario indicó en conversación posterior con medios locales que “hay un espacio para poder maniobrar y si lo hacemos bien vamos a salir adelante”.
Según detalló De la Torre, la estrategia consiste en implementar un plan de devaluación fiscal con el objetivo de reducir costos y lograr la sostenibilidad a largo plazo. Lo anterior porque, como informó, en abril de 2017 la deuda pública consolidada alcanzó el 27,7% del Producto Interno Bruto, unos 27.467 millones de dólares.
Entonces el ministro indicó que se busca reducir los costos de producción de las empresas a través de la disminución al aporte que hacen al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, así como bajar la inversión pública en infraestructura y lograr que las vacantes de empleo en el sector público no sean reemplazadas. De hecho, les adelantó a los periodistas que en los próximos días se emitirá el decreto para el plan de austeridad. Eso sí reconoció que la economía es “mucho más grande” que la de hace algunos años y que tampoco “es contradictorio que nos estemos recuperando. Nos estamos recuperando con grandísimos esfuerzos”, les aclaró a los medios locales antes de insistir en que “se tendrán que implementar todas las medidas que estoy indicando para impulsar la producción y solo ahí podremos entrar en una fase nuevamente de crecimiento”.
La tensión entre Correa y Moreno
Desde la semana pasada, Correa intensificó sus críticas contra el gobierno de su sucesor Lenín Moreno. Una serie de medidas anunciadas por el nuevo mandatario, como la entrega de una sede en Quito a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, despertaron el malestar en el expresidente. Pero sus mensajes cuestionando las decisiones de Moreno estrenaron un nuevo capítulo por los diferentes sectores políticos con los que el hoy presidente se ha sentado a dialogar en las últimas semanas.
Este lunes, día que partió hacia Bélgica, Correa publicó en Twitter que dejó un país transformado, “pero aún en proceso. Lo sembrado es tanto y tan profundo que no debemos temer por lo efímero que se llevará el viento. Nada de lo mediocre y desleal permanecerá. El país ya conoció lo grande, lo correcto, lo bien hecho. El país tiene hoy memoria e inteligencia colectiva”. Ese mismo día, durante una caravana, les manifestó a sus seguidores que cuidarán al país y a la revolución.
Usando el mismo medio de comunicación por el que fue criticado, Moreno le respondió a Correa en Twitter asegurando que “el país esperaba un mensaje de optimismo y esperanza”, así como que seguirá “cambiando todo aquello que sea necesario para consolidar la democracia y el bienestar de todos”. A manera de conclusión escribió: “ahora sólo queda el futuro”.
Además, durante una reunión con los asambleístas de su partido Alianza País recordó que las elecciones las ganó la colectividad no él Lenín Moreno junto a Jorge Glas. Por eso insistió en que “bajo ninguna circunstancia –y eso por favor métanse en la cabeza– las diferencias que pueden haber entre dos compañeros, independientemente que sean los líderes de un movimiento, no pueden afectar al movimiento”. De nuevo, volvió a insistir en la unidad que se necesita tanto en la colectividad como en el país.