(CNN) – Susan Coleman y su esposo disfrutaban de una tarde tranquila en la piscina la semana pasada cuando su bucólico descanso en Pensilvania reverberó con disparos.
“Fueron demasiados disparos a la vez. Fue muy inquietante”, dijo Coleman.
La serenidad del municipio de Solebury quedó destrozada por la investigación del asesinato de cuatro jóvenes desaparecidos que, según las autoridades, fueron atraídos a una granja en el norte del condado de Bucks con la promesa de un trato relacionado con marihuana.
En esa aislada granja, los cuatro jóvenes fueron asesinados, uno de ellos fue atropellado con una excavadora, tres de los cuerpos fueron quemados en un asador para cerdos y los cuatro fueron enterrados en improvisada fosa en la extensa propiedad.
Dos primos, Cosmo Dinardo, de 20 años, y Sean Kratz, también de 20 años, fueron arrestados y acusados de los asesinatos. El terreno donde fueron hallados los cuerpos pertenece a los padres de Dinardo, según documentos judiciales.
Dinardo fue acusado de los cuatro homicidios. Kratz, de tres.
El destino de las víctimas -Jimi Taro Patrick, de 19 años, Dean Finocchiaro, de 19 años, Thomas Meo, de 21 años, y Mark Sturgis, de 22 años-, ha conmocionado a la comunidad, más conocida por sus pintorescos paisajes y restaurantes, y escapadas para artistas solitarios y celebridades.
Desde la izquierda: Jimi Patrick, Thomas Meo, Dean Finocchiaro y Mark Sturgis.
“Me hace sentir que las cosas son diferentes aquí desde cuando crecí”, dijo Jess Beadling, de 22 años, que trabaja como camarera en un restaurante Doylestown.
Un cartel fuera del restaurante decía: “Nuestros corazones están con las cuatro familias”.
“Nos sentimos intranquilos ahora”
Coleman, que tiene dos hijos y una hija de la misma edad que las víctimas, no puede dejar de pensar que quizá lo que escuchó fueron los disparos que acabaron con sus vidas.
Se siente culpable por no llamar inmediatamente a la policía, dijo. Después, fue contactada por un detective de la oficina del fiscal del distrito.
Su familia se trasladó a Solebury Township desde Nueva Jersey en 2002, dijo. Su casa está al lado de la granja donde los jóvenes fueron asesinados.
“Mi marido y yo llegamos de Princeton”, dijo. “Allí está mucho más congestionado y queríamos escapar de eso y pagar menos impuestos que en Nueva Jersey, pero queríamos estar cerca. Así que escapamos a este pequeño enclave aquí y… nos sentimos muy intranquilos en este momento”.
En los últimos años, dijo Coleman, el consumo de drogas entre los jóvenes se ha vuelto más frecuente.
Coleman dijo que después de oír hablar de los jóvenes desaparecidos llamó a la policía para reportar los disparos y los gritos que había oído días antes.
“¿Tus hijos conocían a esos chicos?”
El jueves, cuando el abogado de Dinardo reveló que su cliente había confesado su participación en los crímenes, unos 100 residentes y reporteros se reunieron en un centro comercial a pocos kilómetros del área de búsqueda para esperar actualizaciones de la investigación.
“Queríamos apoyar y consolar a nuestra comunidad”, dijo el residente Wyatt McLeod.
Durante días, decenas de policías registraron las tierras de cultivo. Había tiendas de campaña en toda la propiedad, así como helicópteros sobrevolando la zona. Los investigadores usaron maquinaria grande para buscar evidencias y fueron los perros adiestrados los que llevaron a las autoridades hasta los cuerpos.
Los residentes dejaron ramos de flores fuera de los terrenos en memoria de las víctimas.
Dawn Cerbellino, residente del condado de Bucks y madre de dos hijos, dijo que sus amigos y parientes han estado llamando toda la semana preguntando: “¿tus hijos conocían a esos chicos?”
Que las muertes estén relacionadas con presuntos negocios de drogas no le sorprende, dijo Cerbellino.
“Los chicos tienen dinero por aquí”, dijo. “El dinero genera otros problemas”.
Patrick, una de las víctimas, se graduó en 2016 en la Escuela Preparatoria Holy Ghost, y Dinardo, uno de los detenidos, también se graduó allí un año antes, dijo el portavoz de la escuela, Bill Doherty.
“No hay palabras que puedan expresar adecuadamente nuestra pena por la pérdida de Jimi Patrick”, dijo Doherty en un comunicado. “Expresamos nuestras más sinceras condolencias a la familia y amigos de Jimi, nuestros pensamientos y oraciones están con todas las familias afectadas por este trágico evento”.
Días de horror
Los horripilantes asesinatos conmocionaron a todos los residentes.
El 5 de julio, Dinardo accedió a vender a Patrick cuatro libras de marihuana por 8.000 dólares, según la denuncia penal. Dinardo recogió a Patrick y lo trajo a la granja.
Cuando llegaron, Patrick reveló que sólo tenía 800 dólares y en su lugar, Dinardo aceptó venderle una escopeta. Dinardo luego lo llevó a una parte remota de la propiedad, le dio una escopeta antes de matarlo fatalmente con un rifle calibre .22, según la denuncia.
Dinardo supuestamente usó una excavadora para cavar un hoyo de 4 metros de profundidad y enterrar a Patrick, dijeron los investigadores.
El 7 de julio, Dinardo acordó vender un cuarto de libra de marihuana a Finocchiaro, según documentos judiciales. Dinardo recogió a Kratz, su primo, y los dos condujeron a la casa de Finocchiaro y planearon robarle.
Los tres regresaron a la propiedad de Dinardo. Según la demanda, Dinardo dijo a los investigadores que una vez en la granja, Kratz le disparó a Finocchiaro en la cabeza con una pistola que pertenecía a la madre de Dinardo. Kratz, sin embargo, dijo a la policía que Dinardo fue quien disparó a Finocchiaro.
Luego colocaron el cuerpo de Finocchiaro en un tanque de metal al que Dinardo se refirió como asador para cerdos.
Dinardo accedió a vender marihuana a Thomas Meo esa misma noche, y recogió a Meo y a su amigo Mark Sturgis y los llevó a su propiedad, dice la demanda.
Le dijo a la policía que le disparó a Meo en la espalda cuando salieron del auto. Meo cayó al suelo gritando. Dinardo disparó a Sturgis cuando empezó a huir.
Dinardo luego pasó con la excavadora sobre Meo y “básicamente lo aplasta”, dijo Kratz a la policía, según la demanda. Dinardo supuestamente utilizó la excavadora para levantar sus cuerpos y dejarlos caer en el tanque de metal junto con el cuerpo de Finocchiaro.
Supuestamente vertió gasolina en el tanque y lo encendió. Dinardo y Kratz regresaron a la propiedad la tarde siguiente y utilizaron la excavadora para cavar un hoyo y enterrar a Finocchiaro, Meo y Sturgis.
“La gente está realmente muy desorientada y en estado de shock y preguntando ‘¿es esto realmente el fin del mundo?’”, dijo el padre Paschal Onunwa, vicario parroquial de la iglesia de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Doylestown. No están acostumbrados a este tipo de tragedias.