(CNN Español) – Cambiaron el Zócalo por la embajada de Corea del Sur.
“Coreano, hermano, ya eres mexicano”, gritaba ante las cámaras un grupo de aficionados del Tri, luego de la victoria de los asiáticos 2-0 contra los alemanes, actuales campeones del mundo, que sirvió para clasificar a México.
Algunos incluso convocaron un “plantón” frente a la sede diplomática de los coreanos en Ciudad de México para pedir que Son Heung-min, estrella del equipo que hoy derrumbó a Alemania, no haga el servicio militar y en cambio siga metiendo goles.
Los mexicanos no solo tienen fútbol. Tienen, sobre todo, una hinchada inmensa, ¡que respira gratitud! … O “graTritud’, si hacemos un juego de palabras con el Tri.
Mientras algunos periodistas deportivos (muchos no nacidos en México) denigraban del equipo y le daban con un palo a los jugadores de la selección mexicana, los hinchas agradecían.
Ya habían dado muestra de ello en el debut del equipo “manito” ante Alemania. Después de que pidieron con improperios la renuncia del técnico colombiano Juan Carlos Osorio, terminaron coreando su apellido y dándole gracias por el planteamiento del equipo que logró la victoria histórica ante el campeón defensor.
Se vale ser agradecidos.
Así manifiestan el amor los hinchas mexicanos por su equipo. Y como amor con amor se paga, hasta el embajador Kim Sang-il se contagió del agradecimiento y terminó “Coreando” el Cielito Lindo con algunos aficionados del Tri.
La embajada asiática publicó en sus redes un mensaje felicitando a la selección mexicana y a su afición por el pase a octavos de final del Mundial.
Son señales universales de agradecimiento.
Porque errar es de humanos. Y porque si bien hoy el seleccionado tricolor perdió sin atenuantes ante Suecia y jugó su peor partido del Mundial, ya había cosechado seis puntos que le permitieron clasificar a segunda ronda.
Los mexicanos han dado al fútbol una lección de graTritud. Y hay que sacárseles el sombrero. Charro por demás…