(CNN en Español) – En Bolivia se mezclan las tradiciones culturales con lo moderno, todo en un mismo lugar. Es también cuna de una gran diversidad cultural, gastronómica y su belleza extraordinaria corre desde los Andes hasta el Amazonas, según destaca la página especializada de viajes Lonely Planet.
Los amantes de la naturaleza salvaje pueden caer enamorados, pero también los amantes de la gastronomía, pues los chefs más importantes del país decidieron apostarle a los sabores de su tierra dándoles un toque distintivo.
La cultura del país es tan importante, que fue elegido como el Destino cultural de primer orden por los World Travel Awards en 2017, premios conocidos por ser los “Oscar” del turismo.
Te mostramos 10 cosas que los bolivianos hacen mejor que nadie en el mundo.
1. Proteger y preservar su cultura indígena
2. Fue elegido como el Mejor Destino Cultural del Mundo en 2017
En los World Travel Awards, considerados como los Premios Oscar de los viajes, Bolivia le ganó en esta categoría a China, Francia, India, Italia, México, Nueva Zelandia, Rusia y Vietnam.
El país fue reconocido por ser uno de los sitios turísticos “con identidad propia y cultural”, según dijo el Gobierno en un comunicado, mientras que el presidente Evo Morales dijo en Twitter que el galardón “reconoce nuestra riqueza originaria y nuestro patrimonio cultural”.
Bolivia también había recibido el premio como Destino Líder Cultural 2017 de América del Sur, ganándoles en la región a Argentina y Brasil.
3. Tiene el salar más grande del mundo
El Salar de Uyuni es el desierto de sal más grande del mundo, que ofrece tres oportunidades muy fuertes para el desarrollo económico del país: el litio, el cultivo ancestral de Quinua Real (que solo crece en esa área de 18.000 km2 de sal), y el turismo, que atrae millones de turistas cada año.
“La inmensidad, austeridad y perfección cristalina del salar serán fuente de inspiración, y la exploración a primera hora de la mañana de los jardines de roca, los campos de géiseres y las fuentes termales, junto con la camaradería de los tres días en carretera con los demás viajeros, dejará un recuerdo perdurable”, destaca Lonely Planet sobre este lugar.
4. El Mercado de las Brujas en La Paz
Los mercados artesanales de La Paz son “demenciales, pintorescos, caóticos y extraordinarios”, según Lonely Planet, que invita a perderse en ellos al menos unas cuantas tardes.
Allí se puede encontrar secciones de comidas, de brujería, frutas, flores, y muchas mercancías más, con las que se puede experimentar una “sobrecarga olfativa”, dice esa página web.
Aquellos que no han visto una llama disecada o el feto de una alpaca, podrían visitar el Mercado de las Brujas, que también ofrece chamanes y hierbas que que pretenden prolongar los encuentros sexuales o atraer amores secretos.
Los vendedores en la calle de Linares hasta Sagarnaga ofrecen los productos tradicionales que los turistas tienden a buscar en América del Sur, sombreros de colores, bufandas de lana de alpaca y llama con imágenes de alpacas y llamas, coloridas alfombras y textiles, joyas con diseños indígenas, todo más barato que en Perú o Chile.
5. Tienen el mayor parque de huellas de dinosaurios del mundo
El Parque Natural Farallón de Cal Orcko de Bolivia, ubicado en el Parque Cretáceo en el municipio de Sucre, es el único yacimiento de huellas que concentra las pisadas de una amplia variedad de dinosaurios que vivieron al culminar el periodo cretácico, hace 65 millones de años.
Este parque reúne más de 10.000 huellas de dinosaurios, un hallazgo que en 2015 representó todo un récord.
Un boliviano, Klaus Pedro Schütt, descubrió los caminos de los dinosaurios en 1994. Para ese entonces Klaus lo ignoraba, pero había descubierto el mayor yacimiento de huellas de dinosaurios del mundo. El que mayor yacimiento antes de eso estaba en Alemania donde se reunían apenas 220 huellas.
6. El área protegida más biodiversa del mundo
En las faldas del glacial del Chaupi Orco, a más de 6.000 metros sobre el nivel del mar, se mezclan con las tierras bajas de la Amazonía, en el corazón del Parque Nacional Madidi, una de las joyas de biodiversidad del mundo.
Este lugar es un lugar solitario, casi inexplorado, cuyas junglas y valles son atravesadas casi exclusivamente por ríos salvajes, y donde se pueden avistar animales como nutrias y tapires, caimanes y chigüiros, los roedores más grandes del mundo. Y hace poco fueron descubiertas cientas de especies que hasta el momento eran desconocidas, luego de una expedición científica liderada por la Wildlife Conservation Society (WCS).
Hasta mayo de 2018, se habían descubierto allí 1.466 especies de vertebrados, un número que aumentó con la expedición de científicos que se llevó a cabo en los dos últimos años. En esa expedición descubrió un tesoro: más de mil especies nuevas de mariposas, mamíferos, reptiles y plantas.
Con esta expedición científica se sumaron 1.382 especies de plantas y animales al listado de especies registradas en el Madidi, según WSC, entre ellas 100 mamíferos, 41 aves, 27 reptiles, 25 anfibios, 138 peces, 611 mariposas y 440 plantas.
7. El Titiacaca, el lago navegable a más altura del mundo
Está ubicado a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, el Lago Titicaca es un cuerpo de agua de 8.500 kilómetros cuadrados y está en dos países: Bolivia y Perú.
Aquí, la pureza del aire hace que el lago sea particularmente transparente (de 15 a 65 m) y aunque las montañas estén a 20 o 30 kilómetros del lago, parecen estar muy cerca, según una página sobre turismo del gobierno boliviano.
8. La comida tradicional de calidad de exportación
Los chefs bolivianos emprendieron una cruzada por apostarle a los sabores nativos de su tierra con un toque distintivo.
Y la riqueza cultural y la biodiversidad de Bolivia fue determinante para desarrollar el proyecto ‘Gustu’, un restaurante que no solo pone en la mesa nacional y mundial un sofisticado menú, sino también auténtico, con los conocimientos ancestrales de la cocina nacional y los frutos que brinda la madre tierra boliviana.
La especialidad aquí son la Llama cruda con maíz crocante y la lengua de res en ají de chocolate.
Pero para los amantes de la comida callejera están los mercados locales. Allí, escondidos entre los puestos de ropa y productos de limpieza, los extranjeros pueden comer como locales a muy bajos costos. Sin embargo, comer en las calles no es para todo el mundo, especialmente para aquellos que tienen estómagos sensibles, pero vale la pena tomar el riesgo de intentarlo.
Bolivia es un país de carne y papas, con una habilidad especial para poner huevos fritos a un lado y unos cuantos pedazos de yuca si tienes suerte. Algunos vendedores empujan carros que funcionan como mostradores donde preparan comidas completas, que van desde lechón hasta empanadas y sándwiches de cerdo asados.
Y en la noche, más carritos ambulantes aparecen, ofreciendo haburguesas, perros calientes y salchipapas, así como diferentes bebidas de frutas.
Las tazas de jugo de pera con un pozo difuso en la parte inferior puede que te recuerden el feto de llama en el Mercado de las Brujas, pero al beberlo probarás una de las bebidas más dulces sin endulzante artificial que puedas probar.
9. Las cholitas voladoras
En una mezcla de la WWE y la lucha libre mexicana. Las Cholitas Voladoras son un grupo de mujeres indígenas se presentan semanalmente con su atuendo tradicional de las naciones aymara y quechua, saltando y golpeando el cuerpo con faldas con capas, coloridos chales y bombines, como se llama el tradicional sombrero boliviano.
En una muestra de poder y orgullo, estas mujeres hacen una declaración en contra de la histórica devaluación y opresión de sus comunidades en Sudamérica (el término “cholita” en sí mismo fue alguna vez una calumnia contra las mujeres indígenas) y ganaron notoriedad, y un poco de dinero, al mismo tiempo.
Las 'Cholitas luchadoras', las indígenas bolivianas que practican la lucha libre
“Es como un teatro. Las lucharas son más unas actrices. Su sueño es volverse superestrellas, y ganar dinero y la posibilidad de ganar más”, dijo a CNN Daniele Tamagni, un fotógrafo italiano que las siguió durante semanas para capturar su verdadera esencia. “Ellas son gente realmente muy humilde, pero realmente apasionadas por lo que hacen”.
Según Tamagni, lo de las ‘Cholitas’ “es algo diferente a la lucha tradicional, algo más real, en el que (cada una) tiene un papel y una parte. Carmen Rosa es la líder, la mejor, y su mejor amiga es Julia la Paceña, que era más técnica, es la que más salta”.
10. Mezclar lo nuevo y lo viejo en una ciudad
En Sucre los visitantes pueden disfrutar de una gran cantidad de edificios históricos y museos, y por las noches disfrutar de la famosa vida nocturna de la ciudad.
Esta ciudad, que tiene unos 300.000 habitantes, cuenta con una variada oferta cultural y gastronómica, y fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1991.
Fue fundada por los españoles en la primera mitad del siglo XVI y tiene una mezcla de las tradiciones arquitectónicos locales con los estilos importados de Europa, según la UNESCO.