Nota del editor: Cristina Lopez-Gottardi es profesora asistente y directora de investigación para programas públicos y de políticas en el Centro Miller de la Universidad de Virginia. Los comentarios expresados en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
(CNN) – Los hispanos se han convertido en una fuerza poderosa dentro de la política estadounidense y, sin embargo, en los últimos días ha crecido la preocupación de que quizás no voten en las elecciones intermedias, que serán en apenas unas pocas semanas. Ahora, ganar su voto puede ser más sencillo de lo que parece. Soluciones con políticas específicas centradas en la educación y en temas de primera necesidad, además de esfuerzos de movilización de votantes y un enfoque matizado de la diversidad pueden allanar el camino para que cualquiera de los dos partidos principales ganen terreno con esta población cada vez más poderosa.
Antes de la campaña presidencial de 2016, el partido Demócrata y el Republicano anunciaron esfuerzos para seducir a la creciente población hispana de Estados Unidos. Los republicanos en particular, con su informe “Proyecto de Crecimiento y Oportunidades” de 2013, planteó un enfoque significativo en las minorías e incluso abogó por una reforma inmigratoria integral. Sin embargo, el presidente Donald Trump ha presentado una estrategia muy diferente, ignorando los consejos del informe, y logrando el 28% del voto hispano, a pesar de su ofensiva contra ellos.
Es difícil imaginar que el Partido Republicano no sufrirá una reacción negativa de los hispanos en las elección intermedias, debido justamente a las controvertidas políticas fronterizas del presidente Trump. La victoria demócrata en las primarias del distrito 14 de Nueva York, que se llevó la latina Alexandria Ocasio-Cortez, puede ser otra señal de la creciente influencia de los hispanos en la política general y de su popularidad con la izquierda, pero eso no cuenta toda la historia de lo que podemos esperar el próximo 6 de noviembre.
Aquí hay cinco factores importantes para considerar
La educación es el tema más importante para los votantes hispanos
En una encuesta del Centro de Investigaciones Pew, realizada justo antes de las elecciones presidenciales de 2016, el 83% de los participantes hispanos consideró la educación como el tema más importante de campaña. Visto como un requisito previo en el camino hacia la clase media de Estados Unidos, la educación ha sido una alta prioridad durante mucho tiempo para las familias hispanas que desean mejorar su bienestar financiero.
En los últimos años, este compromiso con la educación ha dado sus frutos. Según datos de Pew, la tasa de deserción de hispanos en la escuela secundaria ha disminuido drásticamente: pasó del 34% en 1996 al 10% una década más tarde. Y de 1999 a 2016, hubo un aumento del 15% en la tasa de matrícula universitaria entre los estudiantes hispanos de secundaria.
Pero no todo es positivo. Los hispanos todavía están rezagados en varias áreas. Los niños de inmigrantes recientes suelen entrar a escuelas públicas con pocos recursos, con un conocimiento limitado del sistema escolar estadounidense. Además, algunas comunidades siguen estando mal preparadas para enfrentar los desafíos resultantes.
La economía de EE.UU. también es una preocupación vital para los latinos
Como la mayoría de los estadounidenses, gran parte de los hispanos considera que los temas de dinero son primordiales. Después de todo, muchos son votantes de primera y segunda generación que tienen fresco el recuerdo de haber abandonado su país de origen para huir de la inseguridad financiera y, a veces, física. En la misma encuesta de Pew de 2016, la economía era un tema “muy importante” para el 80% de los hispanos encuestados.
Y actualmente están disfrutando de un período de éxito económico sin precedentes. Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), el desempleo de hispanos se encuentra en la tasa más baja de la historia, con un 4,5%, cifra un poco superior a la del resto del país, que es de 3,7%. Un reciente estudio de Raj Chetty y Nathaniel Hendren, en coordinación con el Censo de EE.UU., encontró que el 45% de los hispanos que crecieron en el segmento económico más bajo ascendieron a la clase media o superior con el tiempo. En conjunto, estos reportes son buenas noticias que podrían favorecer a los republicanos en noviembre.
La población hispana es de 58 millones de personas y es cada vez más diversa
Aunque los mexicoestadounidenses constituyen –con el 63%– la mayoría de los habitantes hispanos en EE.UU., esta población es cada vez más diversa. Lo que podría tener un impacto duradero en las tendencias de votación para los dos partidos principales.
Después de los mexicanos, los tres grupos más grandes son los puertorriqueños –superando los 5 millones de personas–, seguidos por los cubanoestadounidenses y los salvadoreños, cuyas poblaciones respectivas son aproximadamente 2,1 millones. Luego, otros tres cohortes hispanas con poblaciones que superan el millón, incluidos dominicanos, guatemaltecos y colombianos.
Esta creciente diversidad hará que sea más difícil predecir los futuros patrones de votación por parte de los hispanos. Aunque comparten algunos rasgos culturales comunes, no son un bloque unificado y monolítico y ambos partidos deben tener cuidado de no hacer suposiciones. Los puertorriqueños, por ejemplo, son en gran parte demócratas: en 2016 Hillary Clinton obtuvo el 72% de sus votos, mientras que los cubanoestadounidenses tienden a votar por el Partido Republicano.
La inmigración puede no ser tan importante para los hispanos como se cree
Sorprendentemente, la inmigración no clasificó como un tema principal para los votantes hispanos en la encuesta realizada por Pew en 2016, pero sí fue considerada como algo “muy importante” por aproximadamente el 70% de los encuestados.
Sin embargo, esa encuesta ya tiene dos años y es difícil imaginar que los hispanos no expresarán un cambio en el debate actual sobre la inmigración. La política inmigratoria del Gobierno de Trump que involucra la separación de familias ha provocado cierta movilización hispana en la izquierda. Pero la importancia que tendrá este asunto el día de las elecciones sigue siendo una pregunta abierta para los dos partidos. Debido a la relevancia que los hispanos le dan a la seguridad económica, no es ilógico imaginar que su descontento con Trump puede estar algo matizado por la baja tasa de desempleo y la fortaleza general de la economía estadounidense.
Nada de esto importa porque la participación de los hispanos en las elecciones es notablemente baja
Los latinos tienden a votar significativamente menos que el promedio nacional. En 2016, solo participó el 47%, cifra muy por debajo del 59% de los afroestadounidenses y del 65% de los blancos no hispanos. Además, en todos los grupos demográficos, la afluencia de los votantes tiende a ser menor, aproximadamente del 40%, durante las elecciones intermedias en comparación con las presidenciales.
Esta tendencia presenta una oportunidad para que ambos partidos se centren en la movilización de votantes. Los “millennials” hispanos representan aproximadamente la mitad de la población hispana en EE.UU. Y serían un objetivo inteligente. La publicación de anuncios en español también podría ser eficaz, un enfoque respaldado por un estudio de Latino Decisions.
Con los hispanos a punto de representar a casi el 30% de la población para 2060, tanto los republicanos como los demócratas deberían enfocar sus mensajes a las preocupaciones y desafíos específicos que esta población enfrenta en EE.UU.