Fairfax, Virginia (CNN) – María Valles de Bonilla le pidió a su nieta que le comprara un vestido azul.
Quería ponerse algo especial para la ocasión en que cumpliría un sueño de muchos años.
Mientras los votantes hacían fila en las urnas de todo el país para votar en las elecciones intermedias, Valles, de 106 años, hizo fila en una oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. Cerca de la capital del país para que, algún día, ella también tenga la oportunidad de votar.
Tres generaciones de su familia, hijos, nietos y bisnietos, condujeron en medio de una lluvia torrencial en el norte de Virginia para llevarla a tiempo este martes. Una hija voló desde California.
Su familia temía que Valles no lo lograra después de sufrir dos ataques cardíacos en abril.
Pero Valles estaba radiante cuando la llevaron al edificio de oficinas de Fairfax con su nuevo vestido de terciopelo azul.
Se sentó en primera fila en la sala de ceremonias, junto a su bisnieta, Asia, de 7 años, que se apoyaba en su silla de ruedas y se reía mientras esperaban a que comenzara el acto.
Escuchando el mensaje de Trump
Valles miraba atentamente un video de la exsecretaria de Estado Madeleine Albright que dio comienzo la ceremonia de naturalización.
“Cuando me preguntan sobre el acontecimiento más importante de mi vida”, dijo Albright, “respondo que ser estadounidense”.
Hacerse ciudadana estadounidense era un sueño de Valles desde hace años.
Originaria de El Salvador, obtuvo la residencia permanente de Estados Unidos hace unos seis años, después de que uno de sus hijos la apadrinara. Seis de los hijos de Valles viven en Estados Unidos. La mayoría de ellos también son ciudadanos.
Cuando se reunió con un agente de USCIS para su entrevista de ciudadanía, Valles se acordó de su familia.
“Le dijo al agente que el sueño de su esposo era ser ciudadano estadounidense”, dijo Jim McKinney, portavoz de la agencia. “Pero desafortunadamente, falleció antes de que pudiera hacerlo, por lo que ella se hacía ciudadana en representación de los dos”.
Este martes, inmigrantes de una decena de países se unieron a Valles en la oficina del distrito de Washington para prestar juramento y jurar lealtad al país.
También se escuchó un mensaje en video del presidente Trump.
“Este país es ahora tu país… Compartimos un corazón estadounidense y un destino estadounidense”, decía en el video.
“Ahora compartes la obligación de enseñar nuestros valores a los demás”, continuó, “para ayudar a los recién llegados a asimilar nuestra forma de vida”.
La ceremonia del martes, a pocos kilómetros de la Casa Blanca, tuvo lugar después de días de duras críticas de Trump contra los migrantes de El Salvador y otros países de América Central que viajan en caravanas en busca de asilo en Estados Unidos.
Pero Valles y su familia no estaban pensando en los mensajes de Trump.
“El presidente dice lo que piensa que es verdad. Siempre digo que los estadounidenses a quienes Dios les dio la oportunidad de nacer en este país no deberían pensar que alguien es menos solo por el lugar donde nacieron”, dijo Bernarda Bonilla, una de las hijas de los Valles. “Cada persona piensa lo que quiere y lo respeto. Solo Dios sabe la respuesta correcta”.
“Aunque no seas tan joven, puedes hacerlo”
Valles no es la persona de más edad que se hace ciudadana de Estados Unidos. El récord lo tiene una inmigrante turca que prestó juramento a los 117 años en Los Ángeles en 1997.
Pero McKinney dijo que Valles es la persona más anciana que recuerdan en esa oficina del distrito de Washington.
“Aunque no seas tan joven, puedes hacerlo”, dijo Valles después de la ceremonia del martes. “Lo hice a esta edad”.
El agente de USCIS que entrevistó a Valles y aprobó su solicitud asistió a la ceremonia.
“Buena suerte”, le dijo el agente, Félix Zamot, a Valles.
“Ella reza por ti todos los días”, le dijo la nieta de Valles.
Lista para votar
Valles, que nació ocho años antes de que las mujeres obtuvieran el derecho a votar en Estados Unidos, y 38 años antes de que las mujeres votaran por primera vez en su país natal, El Salvador, nunca ha votado. Pero a ella siempre le ha fascinado ver a sus hijos y nietos votar en Estados Unidos.
A pesar de que ya es ciudadana, Valles no pudo votar este martes. La fecha límite para registrarse como votante en Virginia era a mediados de octubre.
Pero su familia dice que eso no frena su entusiasmo, y que tener la ceremonia el día de las elecciones fue muy significativo.”El tiempo de Dios es perfecto. Fue un día perfecto. Es un día de cambio”, dijo Bonilla, “y un día para cambiar su vida”.
Bonilla dijo que toda la familia de Valles está agradecida por cada día que pasan con ella. Y esperan que en el futuro puedan llevarla a votar. “Me gustaría un día”, dijo Valles, “si puedo”.