(CNN Español) – El gobierno de Donald Trump anunció este miércoles que Estados Unidos ha comenzado operaciones antinarcóticas en el Pacífico Oriental y el Caribe “en un enfoque global para evitar la introducción de drogas ilegales al territorio estadounidense y proteger a los estadounidenses”, según dijo el secretario de Defensa, Mark Esper, en una conferencia de prensa, junto a Trump.
Luego de hablar sobre las organizaciones transnacionales criminales que se dedican al narcotráfico, Esper añadió que: “El régimen de Maduro, así como de otros países, se basan en las ganancias de las drogas para obtener ingresos. El pueblo venezolano está sufriendo muchísimo, los narcotraficantes están aumentando sus actividades…”.
Trump agregó después de Esper que se incrementaron las “operaciones contranarcóticos desde el hemisferio norte para proteger al pueblo de Estados Unidos de los carteles de la droga. No debemos permitir que saquen provecho de esta pandemia”.
Un funcionario estadounidense le dijo previamente a CNN que el presidente Trump había instruido el despliegue de activos militares adicionales para incluir destructores de la Armada, un buque de combate litoral, embarcaciones de la Guardia Costera, aeronaves de vigilancia P-8 y elementos de una unidad del Ejército conocida como Brigada de Asistencia de la Fuerza de Seguridad, para fortalecer las operaciones antidrogas.
Según el funcionario, el despliegue busca combatir el narcotráfico en general, aunque también destacó que el régimen de Maduro en Venezuela depende de las ganancias del tráfico de drogas para impulsar sus operaciones.
La respuesta desde Venezuela
El gobierno del cuestionado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rechazó el anuncio de Estados Unidos sobre las operaciones militares y las acusaciones. Además, señaló al gobierno de Trump de querer “desviar la atención de la trágica crisis humanitaria que experimenta ese país”, con respecto al coronavirus.
“Venezuela repudia enérgicamente las declaraciones hechas por Donald Trump, su secretario de Defensa, su fiscal general y otros funcionarios de su equipo de seguridad, quienes en un intento desesperado por desviar la atención de la trágica crisis humanitaria que experimenta ese país como consecuencia del errático manejo de sus autoridades ante el covid-19, pretenden agredir a Venezuela con infamias y amenazas”, dice un comunicado emitido por la cancillería venezolana.
El gobierno venezolano también destacó que “por primera vez en décadas, las autoridades de Estados Unidos se dispongan a tomar acciones para resguardar sus fronteras, históricamente permeables, descuidadas y vulnerables, ante las miles de toneladas anuales de drogas que ingresan a ese país, provenientes de la industria del narcotráfico que se ha desarrollado en el territorio de su aliado y cercano socio, Colombia”.
El pasado 26 de marzo, Estados Unidos acusó al cuestionado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y varios de sus funcionarios clave de narcoterrorismo y corrupción, y ofreció recompensas millonarias por información que lleve a su captura.
Según el comunicado emitido en su momento, “el Departamento de Estado ofrece una recompensa de hasta US$ 15 millones por información relacionada con Nicolás Maduro Moros. El Departamento también ofrece recompensas de hasta US$ 10 millones en cada caso por información relacionada con: Diosdado Cabello Rondón, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente ilegítima; el general (retirado) Hugo Carvajal Barrios, exdirector de inteligencia militar de Venezuela (DGCOM); Clíver Alcalá Cordones, mayor general (retirado) del Ejército de Venezuela; y Tareck Zaidan El Aissami Maddah, ministro de Industria y Producción Nacional”.
Con información de Abel Alvarado.