(CNN) – Desde la ventana de su cocina, Ben Ramírez está entregando café gratis y una sonrisa a la gente de su vecindario.
“Incluso si no toman una taza de café, pueden detenerse en la ventana y conversar”, le dijo el residente de San Francisco a CNN.
En promedio, Ramírez hace alrededor de 10 a 15 tazas al día. Sus “clientes habituales” son trabajadores esenciales.
“Tenemos muchas personas en el vecindario que son enfermeras, médicos o trabajadores postales. Están en la primera línea arriesgando sus vidas todos los días. Se merecen algo y siempre están felices de vernos en la mañana”.
En cumplimiento de la guía de distancia social de dos metros, Ben entrega el café con un brazo de gorila de juguete, una idea que le dio su hijo de cinco años, Luca.
“Está muy orgulloso del hecho de que fue idea suya”.
La cafetería en su casa
Ramírez comienza su día temprano, alrededor de las 6:30 a. m..
“Tenemos dos hijos. Usualmente son nuestro despertador”.
Después de preparar el desayuno para sus hijos Juno y Luca, está en la ventana de su cocina desde las 8 am hasta el mediodía, sirviendo a su comunidad, los siete días de la semana.
“Mi esposa ha tenido la amabilidad de trasladar sus reuniones más tarde en el día. Entonces, ella puede ver a los niños en la mañana, y yo puedo entregar el café. Y luego almorzamos juntos y nos relevamos, yo estoy con los chicos. Intentamos que sea un buen día”.
Ramírez ofrece dos tipos diferentes de café: uno tostado ligero y otro tostado medio. Cada taza se elabora fresca.
“Si alguien pide un café, muelo los granos y luego lo pongo en un pequeño filtro y preparo café. De hecho, he conocido a muchos vecinos que no conocía y que viven en la misma calle que yo. Así que es una gran ventaja al hacer esto también”.
El comienzo de un sueño
Ramírez ha sido diseñador durante 20 años.
“Trabajo en tecnología. Así que administro equipos de diseño y equipos creativos, construyendo sus aplicaciones y sitios web para empresas de nueva creación”.
Pero uno de sus sueños es abrir un café y una empresa de café tostado.
“He estado entrenando mucho para eso, certificándome en café tostado y trabajo de barista. Y [hago] trabajo sensorial, pudiendo elegir sabores y calidad de granos de café”.
El conocedor del café ya tenía la mayoría de los suministros que necesitaba para su último proyecto.
“Hice un pedido en Amazon de tazas y tapas, y también compré un tablero de emparedados y un tablero de letras para un menú”.
Los clientes pueden solicitar adiciones a su café, lo que Ramírez llama una opción de menú secreto.
“Cuando estábamos comenzando las órdenes de confinamiento, mi esposa ordenó cajas de leche de avena y almendras. Por lo tanto, tengo mucha leche para poner en el café de las personas si lo desean”.
Y ahora que la mayoría de las cafeterías están cerradas debido a la pandemia, el pequeño gesto del aspirante a barista le está dando una gran alegría al vecindario en el que ha vivido durante dos décadas.
“Estamos en un pequeño vecindario llamado North Beach. Aquí hay una escena de café muy vibrante e histórica. Creo que mucha gente se está perdiendo esa interacción social. Ha sido agradable reunir a la comunidad”.