(CNN) – Los humanos prehistóricos de Brasil tallaron dibujos en la roca junto a las huellas de dinosaurios, lo que sugiere que podían haberlas encontrado significativas o interesantes, según un nuevo estudio.
Los grabados rupestres, que los arqueólogos denominan petroglifos, se encuentran en un yacimiento llamado Serrote do Letreiro, en Paraíba, un estado agrícola situado en el extremo oriental de Brasil. Los investigadores observaron las marcas por primera vez en 1975. Pero ahora se interpreta que están relacionadas con las huellas tras recientes estudios de campo ayudados por drones, que descubrieron grabados nunca antes vistos. Las huellas pertenecen a dinosaurios del Periodo Cretácico, que terminó hace 66 millones de años.
“La gente suele pensar que los indígenas no eran conscientes de su entorno o que no tenían ningún tipo de espíritu científico o curiosidad”, dice Leonardo Troiano, coautor del estudio y arqueólogo del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional de Brasilia. “Pero eso no es cierto. Está muy claro que les interesaban las huellas. Nunca sabremos si conocían los dinosaurios, pero está claro que sentían curiosidad por las huellas y pensaban que eran significativas de alguna manera”.
Los petroglifos de Serrote do Letreiro no son los primeros ejemplos de arte rupestre hallados cerca de huellas de dinosaurios, pero los autores del estudio afirman que creen que la claridad sin precedentes de la asociación entre ambos en este yacimiento concreto podría tener implicaciones significativas en los estudios de paleontología, arqueología y patrimonio cultural.
Formas geométricas
No está claro cuánto tiempo hace que se hicieron los petroglifos. Pero el estudio —publicado en marzo en la revista Scientific Reports— señala que la datación por radiocarbono ha encontrado enterramientos en la zona de entre 9.400 y 2.620 años de antigüedad, lo que sugiere que las tribus que los dejaron debieron vivir durante esa época.
“Probablemente, estas gentes vivían en pequeñas comunidades, utilizando refugios naturales rocosos muy abundantes en la zona”, explica Troiano.
“Esta región de Brasil es como el Outback de Australia: hace mucho calor y no hay sombra, así que no es fácil estar allí y tallar la roca. Requiere mucho esfuerzo, así que cuando eligieron este lugar, estaban siendo muy intencionados”, añadió. “Podrían haber utilizado muchos otros afloramientos rocosos de los alrededores, pero eligieron éste”.
El estilo de los dibujos es variado, lo que sugiere que podrían haber intervenido varios artistas. Algunos tienen formas que recuerdan a plantas, mientras que otros se asemejan a formas geométricas, como cuadrados, rectángulos y círculos. Los círculos tienen cruces o líneas en su interior, que podrían parecer estrellas, según Troiano. Sin embargo, el significado de estas marcas sigue siendo un misterio.
“Todas parecen abstractas, y si representaban algo para las personas que las hicieron, no sabemos lo que es”, dijo.
Las huellas del Serrote do Letreiro pertenecen a tres tipos de dinosaurios: terópodos, saurópodos y ornitópodos. Los investigadores sospechan que las personas que tallaron la roca podrían haber confundido algunas de ellas con huellas de ñandúes, grandes aves autóctonas similares a los avestruces, que tienen huellas casi idénticas a las de los dinosaurios terópodos.
Resulta más difícil imaginar qué podían pensar los prehistóricos de las huellas de saurópodo, dejadas por algunos de los dinosaurios herbívoros más grandes que jamás hayan existido y, por tanto, diferentes de cualquier animal que les hubiera resultado familiar. Probablemente por esta razón, una asociación intencional entre los dibujos y estas huellas en particular es menos clara, señala el estudio.
Rituales de dinosaurios
Troiano dijo que cree que las marcas podrían haber sido dejadas durante reuniones comunales.
“Creo que la creación de arte rupestre estaba inmersa en algún tipo de contexto ritual: personas que se reunían y creaban algo, quizás utilizando algunos psicotrópicos. Tenemos una planta llamada jurema, que es alucinógena y se sigue utilizando hoy en día”, explica. “Podemos especular que la gente también la utilizaba en el pasado porque es muy abundante y común en la región. Creo que se interesaron por lo que representaban las huellas, y supongo que las identificaron como tales. Se dieron cuenta de que no eran aleatorias”.
Hay otros yacimientos, según Troiano, con petroglifos en las proximidades de huellas de dinosaurio —en Estados Unidos y Polonia—, pero no muestran “ni de lejos el mismo nivel de intencionalidad”, dijo. La intencionalidad se define no sólo por la proximidad de los dibujos a las huellas, sino también por si se solapan o no con ellas. Si no se solapan, sugiere “reflexión” por parte de los creadores, sugiere el estudio.
Troiano añadió que está trabajando en un artículo de seguimiento que profundizará en la interpretación y el análisis de los petroglifos de Serrote do Letreiro, basándose en las conclusiones del estudio actual.
La asociación directa de los dibujos con huellas fósiles de dinosaurios es única y puede arrojar más luz sobre la importancia, el significado y la trascendencia del arte rupestre, según Radosław Palonka, profesor asociado de arqueología de la Universidad Jagellónica de Cracovia (Polonia), que ha trabajado en petroglifos similares pero no participó en el estudio.
“El hecho de que las ubicaciones de los paneles de arte rupestre hayan sido elegidas específicamente se demuestra, entre otras cosas, por el hecho de que los representantes de las comunidades que crearon pinturas rupestres o petroglifos a menudo las colocaron muy cerca de imágenes más antiguas dejadas por otras culturas”, dijo Palonka por correo electrónico. “Este fue el caso en varias partes del mundo donde se practicó el arte rupestre, y es muy claramente visible, entre otros, en el suroeste norteamericano/suroeste de EE.UU., donde se centran mis intereses científicos”.
Jan Simek, distinguido profesor de antropología de la Universidad de Tennessee, Knoxville, estuvo de acuerdo. “El trabajo proporciona un nuevo e interesante ejemplo de cómo los pueblos antiguos observaban e incorporaban los fósiles del paisaje a sus experiencias e interpretaciones religiosas”, dijo Simek, que tampoco participó en el nuevo estudio de los petroglifos.
“La historiadora de la ciencia (de la Universidad de Stanford) Adrienne Mayor ha mostrado cómo los antiguos griegos y romanos veían los fósiles como pruebas de gigantes y monstruos de sus propias mitologías y cómo los pueblos indígenas norteamericanos veían sus narrativas de origen en los fósiles que observaban esparcidos por sus paisajes”, dijo Simek por correo electrónico. “El caso de Brasil es otro ejemplo arqueológico de esta tendencia tan humana a vincular el mundo espiritual creado en la imaginación con cosas inexplicables del mundo que nos rodea”.