La entrevista con Lady Gaga debía haber ocurrido hace casi dos años. Claro, en ese tiempo la cantante no tenía ni 10 millones de seguidores en Twitter, ni 32 millones en Facebook, ni mucho menos la fortuna que hoy la convierten, según la revista Forbes, en la figura más influyente y poderosa del mundo del espectáculo.
En aquel momento, otros compromisos laborales me impidieron entrevistarla, pero esta vez, cuando el fenómeno es más grande que nunca, la cita se pautó en un lugar y una fecha (6 de mayo) muy significativos para ella: en la Ciudad de México y el día que Lady Gaga concluía su gira “Monster Ball”. Una gira que durante el último año y medio la tuvo realizando 201 conciertos en Norteamérica, Europa, Oceanía y Asia.
Primero fue una conferencia de prensa con los medios locales, donde no sólo demostró ser muy accesible, sino además afectuosa con una seguidora que logró “colarse” en el salón del lujoso hotel donde Lady Gaga se hospedaba, y que rompiendo con el protocolo se acercó a ella para llevarle un mensaje que por la emoción y las lágrimas no pudo transmitir.
Este tipo de reacción que Gaga despierta entre sus seguidores tiene explicación. Semanas antes pude verla sobre el escenario en la ciudad de Los Angeles y lo que llamó mi atención fue la forma en la que la cantante establece comunicación directa con su público.
Además de bailar y cantar, la artista de 24 años nacida en Nueva York, dedica igual tiempo y esfuerzo a conversar a lo largo del concierto con sus “pequeños monstruos”, como llama a sus fans y a los que defiende a capa y espada.
Pero volviendo a nuestra misión, poco después de la conferencia de prensa –y a sólo un par de horas de presentarse por última vez en el Foro Sol- llegó el momento de la “audiencia” con la cantante.
La pregunta que varios me hicieron fue: ¿Cómo se comporta o cómo es en persona?. La respuesta es sencilla: de la misma forma en que la vemos sobre el escenario. La gente tiende a preguntarse si entre Lady Gaga y Stefani Germanotta (su nombre de pila) existen diferencias. En mi opinión, se trata de la misma persona.
Lady Gaga es el “alter ego” con el que ella vive en plena armonía, uno que no tiene problema alguno en sacar a la calle o sentarlo a su lado mientras contesta de manera franca y directa a los periodistas.
Con su nuevo álbum (Born This Way), la artista promulga “haber nacido de esta manera”. Sería entonces contradictorio que de día y ante la prensa se presentara sin “maquillaje y disfraz”, para luego convertirse en el personaje al que nos tiene acostumbrados desde hace 3 años.
Es esa seguridad y confianza, que según ella ha ido ganando luego de años de ser objeto de burlas en su colegio, lo que hoy inspira a sus seguidores. A sus conciertos llegan con “disfraz y maquillaje”, pero quizá algún día lo hagan a plena luz del día, tal como hoy lo hace su “Madre Monstruo”.